¿POR QUÉ NO SE DESATÓ LA TERCERA GUERRA MUNDIAL EN LA PENÍNSULA
COREANA?
La mayoría de los expertos
cometen un "error fundamental" en su análisis de la situación actual
en torno a Corea del Norte.
Por Manel Barrio -
16 Abril, 20172370
Esta semana numerosos expertos y
analistas compitieron para elaborar el mejor guion de la guerra que debía
desatarse en la Península coreana. Sin embargo, la mayoría de ellos cometen un
“error fundamental”, equiparando Corea del Norte a Ucrania y Siria, opina el
politólogo Guevorg Mirzaián en un artículo publicado por RIA Novosti. “En
realidad el conflicto en torno a Corea del Norte es único, ya que tiene un
nivel muy alto de amenaza pero una probabilidad baja de derivar en una guerra
real”, explica.
Las reglas del juego
Según Mirzaián, ninguno de los
actores en la Península está dispuesto a lanzar el primer ataque. El analista
destaca que la élite norcoreana es consciente de que cualquier guerra
culminaría en la toma de Pyongyang; por su parte, los estadounidenses,
japoneses y surcoreanos entienden que pagarían muy caro el inicio un conflicto.
Aparte de pérdidas humanas y la posible contaminación nuclear, el experto
presenta tres razones principales por las cuales estos tres últimos países no
quieren desatar una guerra real:
Seúl dejaría de existir porque la
artillería norcoreana reducirá a cenizas la ciudad, situada a tan solo a 50
kilómetros de la frontera;
El costo de integración de una
Corea del Norte destruida por la guerra sería inmenso y equivaldría a varios
PIB anuales del Sur;
No hay garantías de que Pekín no
se involucre en el conflicto para defender a Pyongyang.
El politólogo también descarta un
guion con “ataques limitados” contra instalaciones nucleares de Pyongyang,
afirmando que esos objetos están bien protegidos bajo la tierra y que Corea del
Norte responderá en caso de cualquier ataque, lo que provocaría una guerra a
gran escala.
“Por eso ningún presidente
estadunidense ha atacado Corea del Norte y ninguna de las crisis en la
Península ha terminado en una guerra”, asevera Mirzaián. “Todos entendieron
perfectamente las reglas del juego y no cruzaron las líneas rojas”, añade.
El factor Trump
Pese a su imagen de persona
impredecible, en realidad el presidente estadounidense, Donald Trump, se
comporta de manera lógica en la arena internacional, apunta el experto. Esa
afirmación es correcta en cuanto a las últimas tensiones en torno a Corea del
Norte: “Trump mostró deliberadamente que estaba dispuesto a cruzar la línea
roja”, cree Mirzaián. De esa manera, relata el autor del artículo, Trump
presionó a China para que Pekín, a su turno, presionara a Corea del Norte,
garantizando el triunfo mediático de Trump sobre uno de los integrantes del
‘eje del mal’.
Aunque Pekín intentó presionar a
Pyongyang (por ejemplo, devolviendo a sus puertos de origen barcos procedentes
de Corea del Norte con cargamentos de carbón, la principal exportación del
país), no consiguió su objetivo, y las autoridades norcoreanas no solo
celebraron un gran desfile militar en el que, entre otras armas, se exhibieron
nuevos misiles para submarinos, sino que realizaron pruebas de misiles.
Finalmente la Administración
estadounidense optó por no atacar y apostó por la estrategia de la contención,
es decir, exactamente lo que hicieron todas las Administraciones anteriores,
recuerda el politólogo. En el marco de esa estrategia EE.UU. podría realizar
nuevas maniobras conjuntas y ampliar aún más la cooperación militar con Corea
del Sur y Japón para contener no solo a Pyongyang, sino también a Pekín. Y ese
podría ser el objetivo real de Trump en la situación actual, concluye el autor.
Vía RT
Fuente Ria Novosti