Una
jugada contra Bonadio para proteger a Cristina Kirchner
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MIÉRCOLES 26 DE JULIO DE 2017
El kirchnerismo podría llevarse en los próximos días dos enormes
triunfos que asegurarían su impunidad frente a la oceánica cantidad de
denuncias de corrupción que lo acorralan.
El primero sucedería hoy si la expulsión de Julio De Vido de la Cámara
de Diputados no consiguiera el voto de los dos tercios de los diputados. La
salida del ex ministro depende ya más de las ausencias que puedan producirse
hoy que de los votos a favor o en contra.
El segundo triunfo, tal vez el más grave en el tiempo, ocurriría si,
como aseguran fuentes judiciales inmejorables, la Sala I de la Cámara Federal
ordenara, entre mañana y el viernes, la libertad del histórico contador de la
familia Kirchner, Víctor Manzanares, y apartara definitivamente de la causa Los
Sauces al juez Claudio Bonadio. Esa sala está integrada por los jueces Eduardo
Freiler y Jorge Ballestero, tal vez los más desprestigiados del fuero federal.
Ambos tienen una vieja jurisprudencia (para llamarla de algún modo) a
favor de los intereses kirchneristas en la Justicia.
Freiler y Ballestero están actuando con mucha rapidez para tratar la
apelación de Manzanares por la decisión de Bonadio de encarcelarlo. Manzanares
obstruyó la decisión de la Justicia cuando les ordenó a los inquilinos de la
familia Kirchner que depositaran los alquileres de los edificios de la empresa
Los Sauces en una cuenta de Carlos Sancho, fugaz ex gobernador de Santa Cruz y
hombre de confianza de Cristina Kirchner y sus hijos.
Los Sauces es el nombre de la empresa de los Kirchner propietaria de
varios edificios que sólo les alquilaba a Lázaro Báez y Cristóbal López. El
juez Bonadio procesó a Cristina, Máximo y Florencia Kirchner y a Báez y
Cristóbal López. También intervino la empresa y embargó sus bienes.
Manzanares apeló la detención de Bonadio el martes 18 de julio y ese
mismo día el juez la rechazó. El contador apeló dos días después ante la Cámara
de Federal. Freiler y Ballestero recibieron la apelación el viernes 21 y, menos
de una hora después, llamaron a una audiencia con los abogados de las partes
para mañana, jueves 27. También es posible que mañana escuchen por
videoconferencia al propio Manzanares desde el penal de Marcos Paz. La última
treta de Manzanares consiste en decir que él no fue notificado de la
intervención de las empresas.
Manzanares nunca fue parte del expediente y las decisiones judiciales
habían hecho caer el CUIT de la empresa, imprescindible para moverse en la
AFIP. ¿Nunca se le ocurrió averiguar por qué la empresa se había quedado sin
CUIT, aunque sí imaginó en el acto un método para desobedecer a la Justicia? De
hecho, ya el juez Bonadio le había advertido una vez que no podía seguir con el
procedimiento. La segunda vez que lo pescó eludiendo las decisiones de la
Justicia lo metió preso.
¿Por qué la rapidez de Freiler y Ballestero? La denuncia sobre las
maniobras financieras de la empresa Los Sauces fue hecha por Margarita
Stolbizer. Los denunciados -los Kirchner, Báez y Cristóbal López- están siendo
investigados por asociación ilícita y lavado de dinero. Stolbizer recusó en su
momento al camarista Freiler porque es investigado por denuncias de corrupción
en el Consejo de la Magistratura y es siempre el kirchnerismo el que termina
salvándolo de la guillotina. La recusación de Stolbizer fue rechazada porque la
diputada no es parte querellante. Entonces fue la Unidad de Investigaciones
Financieras (UIF), que sí es querellante, la que recusó a Freiler.
El caso está en la Cámara de Casación, la última instancia penal, que
podría decidir el apartamiento de Freiler en esta causa, según aseguran en los
tribunales federales de Comodoro Py. La decisión podría tomarse en cualquier
momento. De ahí el apuro de Freiler y Ballestero.
Funcionarios judiciales con acceso a la Cámara Federal señalan que tanto
Freiler como Ballestero habrían decidido ya ordenar la libertad de Manzanares.
El contador podría comprometer seriamente a Cristina Kirchner o a su hijo
Máximo si contara que recibió instrucciones de ellos para evadir a la Justicia.
El propio Bonadio señaló públicamente que, si eso sucediera, él tomaría
las "decisiones pertinentes". Es el único caso que la tiene a la ex
presidenta cerca de la cárcel. La propia Stolbizer señaló el lunes que
"evidentemente Freiler sigue cobrando" cuando se refirió a la posibilidad
de que Manzanares quede en libertad.
La decisión de Bonadio de rechazar la excarcelación de Manzanares se
respaldó, además, en un dictamen en el mismo sentido del fiscal Carlos Rívolo,
uno de los funcionarios más respetados de la justicia federal y presidente de
la Asociación de Fiscales. El fiscal de Cámara, Germán Moldes, también apoyó
los dictámenes de Bonadio y Rívolo para que Manzanares quedara preso. Sólo en
Freiler y Ballestero radica la eventual salvación del contador de los Kirchner.
Ninguna otra instancia de la Justicia aceptó ponerlo en libertad.
La segunda decisión que tomarían Freiler y Ballestero sería apartarlo a
Bonadio de esta causa. Bonadio no está recusado ahora y ganó todas las
recusaciones que le hicieron los Kirchner. Sin embargo, esa sala de la Cámara
Federal podría apartarlo si declarara la nulidad de una decisión del juez y lo
encontrara "parcial" en sus decisiones. Son los argumentos de la
resolución que están preparando Freiler y Ballestero. No habría mejor noticia
para Cristina Kirchner, que considera a Bonadio su enemigo "número
uno", según deslizó entre algunos interlocutores recientes.
Freiler tiene abierta una investigación en el Consejo de la Magistratura
por el ostensible enriquecimiento personal que nunca pudo explicar. La última
vez que el Consejo trató su caso, Freiler se salvó de la destitución por un
voto, el de Jorge Candis, representante de los académicos en el Consejo y muy
cercano al kirchnerismo.
La situación de Freiler quedó pendiente, de todos modos, de un eventual
cambio en la representación parlamentaria del peronismo en el Consejo de la
Magistratura. La modificación de un solo voto en el Consejo podría ponerlo en la
calle. El kirchnerismo teme que la caída de Freiler tenga un efecto dominó
sobre el resto de los jueces vinculados a la fracción política que dejó el
gobierno.
Ballestero tiene una larga carrera en los tribunales. Fue juez federal
en los años de Carlos Menem y, ya en 2001, figuró en el informe de la comisión
de Carrió sobre lavado de dinero. En los últimos tiempos se había distanciado
de Freiler (y alejado del kirchnerismo) para apoyar las decisiones de los
jueces de primera instancia que tratan de avanzar en las causas de la
monumental corrupción. Pero ahora parece que está a punto de volver al
filokirchnerismo.
Nadie conoce cuáles son las razones del nuevo giro de Ballestero. Al
final de cuentas, la suerte de Manzanares (y de los Kirchner) depende ahora de
su voto. Freiler es un caso perdido: él ya sabe que tiene las semanas o los
meses contados.