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EL GRANO DEL SISTEMA 776: EL RELATO

 

776 - CONTENIDOS

MILEI DESCONOCE ENTERAMENTE LA HISTORIA ARGENTINA 1900-2001 – Javier Llorens

     Churchill decía que quien desconoce la historia de su país no puede gobernarlo. Y ese es el caso de Milei y quienes le precedieron, que ignoraron el sentido profundo de lo que sucedía y llevaron a Argentina a su debacle. Signada por la deforme apropiación de la tierra, la alianza complementaria con Inglaterra y competitiva con EEUU, la deuda, el petróleo, pero sobre todo el enclave estratégico de Malvinas, que nos llevó a tres guerras que nos partió el espinazo..

      La intelección cinemática de ella, en lo relacionado con el gobierno, el poder, y la economía, resulta indispensable para saber de dónde venimos, y los impulsos y desafíos positivos y nega-tivos que nos lleva hacia dónde vamos, que en el caso argentino parece lamentablemente ser de mal en peor. Lo que se ve agravado por el enfoque salvajemente economicista de la historia que tiene el presidente Milei. Que se ve plasmado en su concepto empresarial de capital huma-no, como si la maravillosa y trágica aventura humana sobre este planeta, se pudiera reducir a la función de producir bienes, como si fuera parte de inmuebles, maquinarias, e instalaciones destinadas a ello. Como si no existieran las naciones, y los intereses y conflictos de las grandes potencias en busca de su hegemonía, con sus geopolíticas y geo estrategias.

     Y así como un falso hechicero dice aguta kalenga para concretar su falsa hechicería, Milei dice déficit cero para concretar la suya. Con la que ha cautivado a una audiencia qué como él, desconoce enteramente la historia, y no se distingue precisamente por su nivel intelectual. Como jugadores elementales de dominó, que creen que todo se trata de hacer coincidir unos pocos números. Ignorando que en el mundo existen juegos mucho más elaborados y comple-jos, como el mahjong, el Go, y el ajedrez. Que incluso resultan elementales en relación con la inmensa trama de las relaciones humanas, y los intereses y aspiraciones de las potencias mundiales con sus consecuentes geo estrategias y geopolíticas.

      En tal sentido, ante la insistencia de Milei de fijar la edad dorada de Argentina en los tiempos de la oligarquía de la Generación del ´80, y negar los cien años de la fragorosa historia posterior hasta nuestros días, resulta necesario con motivo de la sanción del Presupuesto 2025, que según el presidente va a cambiar para siempre la historia de nuestro país, hacer un relato lo mas conciso de ella desde 1900 en adelante, hasta el trágico año 2001.

El segundo ciclo hasta hoy

     A continuación, viene el ciclo de la desordenada historia argentina hasta el día de hoy. Con la Revolución Libertadora y la aparición del FMI, a cuyo ingreso se había negado Perón, con-cretada en 1956. Junto con la invención del Club de Paris, para refinanciar la deuda externa contraída por empresas estatales y privadas argentinas. Con golpes militares relacionados también con la cuestión del petróleo, y acuerdos con el FMI cada vez más ruinosos, déficits fiscales crecientes, y aumentos de deuda.

     Hasta llegar al golpe de Estado de 1976, con el cual el país neutral y pacífico de antaño, en un periodo de solo siete años, se hundió demencialmente en nada menos que tres guerras: la guerra sucia contra la subversión, el conato de guerra con Chile, y la guerra contra la OTAN en Malvinas. Las que estaban estrechamente interrelacionadas entre sí, dado que tenían por obje-tivo final instalar una base de la OTAN en Malvinas, para contener la expansión de la Unión Soviética en el Atlántico Sur.

      A partir de las cuales se sucedió un notable endeudamiento externo, con la quiebra de cen-tenares de bancos y financieras con el crack de 1980, que limitó a Argentina en su autonomía, y la ató aún más al FMI. Con sucesivas hiperinflaciones, caídas notables del PBI como nunca antes en su historia, y aumentos notables de la pobreza. Y la renuncia de los argentinos, no a su bandera ni al himno, pero sí a su moneda, que en el transcurso perdió trece ceros, con la consagración de un bi monetarismo de hecho.

     Cuestiones que se profundizaron notablemente durante la democracia, hasta llegar al día de hoy. Por la ignorancia por parte de sus sucesivos gobiernos, de la sensibilidad que tiene para EEUU e Inglaterra, la cuestión Malvinas. Con su base al servicio de la OTAN allí, y como poten-ciales adversarios por nuestra parte. Además de su petróleo, la proyección antártica, y como puesto de vigilancia del paso entre dos océanos.

      Con gobernantes que actuaron en consonancia con esos intereses, como los hechiceros Menem y Cavallo, a quienes pretende continuar hoy Milei. Que además de ser aliados extra OTAN, dijeron que la cuestión de la deuda externa se solucionaba con la convertibilidad de un peso por un dólar, y cedieron todos nuestros bienes colectivos, como si fuera un botín de guerra. Y diez años después nuevamente la deuda arrasó con la convertibilidad de un peso por un dólar, y el sistema financiero argentino, como en 1890. O con gobernantes que confrontaron con esos intereses extranjeros, sin tener verdadera dimensión de lo que estaban haciendo. Siendo los argentinos los habitantes del mundo que a lo largo de los siglos tropiezan con las mismas piedras.

El primer ciclo iniciado con la Generación del 80

      Pellegrini era hijo de la inglesa Bevans Bright, emparentada con un político inglés. Por eso había estudiado en Inglaterra y posteriormente la reina Victoria quedó maravillada por la per-fección de su inglés, y el conocimiento que tenía de los intereses ingleses en el mundo. Y por su parte Sarmiento decía que el Gringo hablaba mal el castellano. En 1877 era secretario personal del ministro de Guerra Alsina; a la muerte de este asume Roca que encara la Conquista del Desierto; con la que se culminó de consolidar la propiedad de la tierra en enormes latifundios, deformación económica que aún tiene sus efectos. Donde el Estado, a la inversa de lo que sucedió en EEUU y Canadá, generó instituciones extractivistas en beneficio de unos pocos, y en detrimento del bienestar general, y así nació la oligarquía argentina. Y estas propiedades mal habidas son la que hoy defiende a ultranza Milei, cuyos detentores se esmeraron de de-jarlas cristalizadas en la Constitución de 1853, declarándolas  inviolables.

      Durante la Conquista del Desierto, el mismo Pellegrini con solo 33 años, pasó a desem-peñarse como Ministro de Guerra. Oportunidad en la cual, acorde con el fraude electoral de entonces, Roca fue elegido presidente de la Nación. Y en consecuencia ambos enfrentaron la Revolución de 1880 de Tejedor, que se oponía a la federalización de Buenos Aires. Y con la de-rrota de este y el establecimiento de Buenos Aires como capital de Argentina, de quien Malraux maravillado dijo que era la capital de un imperio que nunca existió, se inició el ciclo de la Gene-ración del ´80 que Milei tanto admira.

       Bajo el lema con el oro inglés y el músculo italiano haremos grande a Argentina, consa-grando en su inicio en 1881, la convertibilidad de cinco Pesos oro sellado por una libra ester-lina. La que similar a la del Menem/Cavallo, solo duró una década, al volar por los aires en 1890 con la crisis de deuda externa y de los bancos garantizados, con una caída del sistema finan-ciero argentino similar a la del 2001.

       Ese ciclo estuvo signado por la neutralidad argentina en el escenario bélico mundial, que tenía como finalidad asegurar que nuestros aprovisionamientos llegaran indemnes a Inglate-rra. Lo que hizo finalmente qué de deudores, pasáramos a ser acreedores de Inglaterra. Y por otro factor subrepticio: el descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia en 1907, mien-tras Inglaterra lo buscaba afanosamente en las costas de los mares para suplantar al carbón, acorde con las necesidades de la Royal Navy.

      Para reconvertir la estación de carboneo en Malvinas, siendo este el motivo por la que la había ocupado en 1833 con la ayuda de EEUU (lo que derivó en una ruptura de relaciones con este país durante 12 años) cuando la navegación a vapor estaba en sus inicios, y para vigilar el paso entre dos océanos, rumbo a Australia. Por una de petróleo alimentada clandestinamente por la petrolera Astra, la primera e instalarse en Comodoro Rivadavia.

      Lo cual le permitió imponerse en batalla naval decisiva de Malvinas en la 1ra Guerra Mun-dial, para impedir que Alemania con la flota de Graf Spee le cortara la ruta del Nitro de Chile, base del TNT, el explosivo de aquella época, que Alemania había obtenido del aire. Y neutra-lizar las andanzas del acorazado de bolsillo Graf Spee en la 2da Guerra Mundial, que depreda-ba los mercantes de los aliados. No casualmente, como señal de importancia estratégica de esa zona, un año después Inglaterra se despachó con la Carta Patente de 1908, en la que incorporaba como territorio británico no solo a las islas Georgias y Sandwich del Sur, sino también parte de la entonces gobernación de Santa Cruz y Tierra del Fuego.

      Como los países no tienen amigos sino intereses, cosa que parece no saber Milei, Inglaterra con la ayuda de EEUU, nos pagó esos altos servicios de guerra, bloqueando el pago de las divisas que nos debía por las exportaciones durante la 2da Guerra Mundial, o sea defaulteando esa deuda, con el reproche de haber sido neutrales durante ellas. A los efectos de abonarlas con la entrega de los ferrocarriles ingleses a valor libros, cuando ya estaban más que amorti-zados. Operación que concretó el peronismo, perdiéndose así una oportunidad histórica, al no agregar nada de valor a los activos ya existentes en argentina.

Oligarquía

       Hasta 1916, durante el régimen de la oligarquía y el fraude admirado por Milei, que incluye el inicio de la 1ra Guerra Mundial, el PBI per Cápita creció un 0,7 % anual. Por su parte el resul-tado fiscal primario estuvo alrededor de -1,3% del PBI, y el financiero en -3,5 % del PBI. Mien-tras que la deuda pública, que había llegado a un 68 % del PBI y la externa a un 56 % del PBI en 1891, tras la crisis de 1890 que hizo sucumbir el sistema financiero argentino como en el 2001 y precipitó el default de la deuda.

      La cuestión de la deuda externa con Inglaterra, que había determinado la férrea unión entre Pellegrini y Roca, a principios de siglo también determinó la ruptura entre ambos líderes de la Generación del 80. Ante la pretensión del primero como senador, de convertirla con garantía de los ingresos de aduana. Y el desistimiento de ese intento por parte del segundo, como presi-dente en su segundo mandato, ante la reacción popular.

      Los sucesos en Venezuela en año siguiente, 1902, mostraron lo acertado de esa medida. Con el intento de las flotas de guerra inglesa, italiana, y alemana, de cobrar la deuda por la fuerza, con los ingresos de aduanas. Lo cual, ante la reticencia de aplicar la doctrina Monroe por parte de EEUU, originó la doctrina del argentino Drago, que prohibió ello tratándose de países soberanos.

      En cuanto al mito del presidente Milei que Argentina tenía el ingreso per Cápita mas alto del mundo, en el siguiente grafico se puede apreciar que estaba muy lejos de ello. Lo superaban en 1916 países, entre ellos los que libraban entonces una demencial guerra en sus territorios, como Francia, Alemania, Italia, y largamente el Reino Unido y EEUU. Vean el siguiente cuadro con los PBI por cápita superiores a la Argentina en 1916

VIDEO CUADRO PBI

    En cuanto la distribución del ingreso, por entones no se conocía el índice de Gini. Pero el in-forme elaborado por Bialet Massé por encargo de su amigo el presidente Roca en 1904, Estado de la clase obrera en el interior de Argentina, habla a las claras de la existencia de un enorme sector de laburantes pobres, que vivían sobre la línea de la indigencia, con todas las secuelas que eso acarrea. Al lado de una elite opulenta, que viajaba a Europa todos los años, vivía en mansiones con mayordomos con librea y mucamas con cofia, cenaba con frac, tenía un palco en el Colón, y un mausoleo en Recoleta.

Primer radicalismo

      En ese año 1916, tras las reiteradas insurrecciones militares y civiles del radicalismo lide-radas por Yrigoyen, la oligarquía abdicó, al aceptar el voto secreto y obligatorio en 1912. Así a-sumió la presidencia Yrigoyen, luego Alvear, y luego nuevamente Yrigoyen. Con un crecimien- to del PIB per Cápita del 2 % anual, superior al de la oligarquía, que en parte era un rebote de la caída registrada entre 1911 y 1916, durante el periodo iniciado durante la 1ra Guerra Mundial que terminó en la Crisis del 29.  Oportunidad en que la deuda pública cayó al 10 % del PIB, y la externa al 4 % del PIB. Mientras que el resultado fiscal primario, sin diferencia con el de la oligarquía, osciló ente -2,7 % y +1,3 % del PIB, y el financiero entre – 3,7 % y +0,2 % del PIB.

     Por su parte el petróleo también fue el factor oculto para la caída del presidente Yrigoyen, con el golpe de estado del ‘30. Quien, junto con el presidente de YPF Gral. Mosconi, lanzaron un audaz plan para desplazar a la ESSO de EEUU y la SHELL inglesa del mercado, mediante la compra de petróleo a la Unión Soviética. Aprovechando la guerra de precios que existía mun-dialmente entre ellas, para dominar el mercado. Pero en 1929 estas llegaron al Acuerdo de Achnacarry que abarcaba a las Siete Hermanas angloamericanas. Y su primera labor en con-junto fue hacer caer ese peligroso competidor, que había inaugurado mundialmente la explota-ción estatal del petróleo, mediante un golpe de Estado.

Década infame y Revolución 1943

      Esto originó la denominada Década Infame, con la proscripción del radicalismo y la vuelta del fraude, ahora patriótico, donde descollaban vástagos de la anterior oligarquía, como el au-tor del golpe, Gral. Uriburu emparentado políticamente con Roca, y el hijo de este. Periodo en el cual hasta 1943, sucedieron hechos resonantes: como el asesinato del senador Bordabehere en el recinto del senado, en oportunidad del descubrimiento de la doble contabilidad que lleva-ban los frigoríficos ingleses para disimular sus enormes ganancias; y el comienzo de la 2da Guerra Mundial

       Durante el cual el PIB per Cápita creció un 0,4 % anual. Mientras que la deuda pública creció hasta el 17 % del PIB, y la externa cayó a un 3 % del PIB. Con resultados fiscales que oscilaron el primario entre -1,7 % a +2 % del PIB, y el financiero, entre -2,7  a  –1,2 % del PIB. Ese año se produjo la Revolución de 1943, en plena Guerra Mundial, en la que también partici-pó Perón con un papel descollante, como vicepresidente, ministro de Guerra, y secretario de Seguridad Social, que llegó a su climax el 17de octubre de 1945.

      Perón había sido agregado militar en Italia, donde apreció el fenómeno de captación de las masas desarrollado por Mussolini. De quien Churchill decía que era su más útil instrumento, para contener la marea roja que había provocado la aparición de la Unión Soviética como subproducto de la 1ra Guerra. Siendo notables las evidencias que señalan que tanto Inglaterra como EEUU, apoyaron la llegada de Hitler al poder, el rearme alemán, y su obtención de com-bustibles sintéticos, para impulsar a Alemania contra la Unión Soviética. Y suprimir así ese sub- producto no querido de la 1ra Guerra Mundial.

     Nada distinto de lo que sucede hoy en Ucrania. Quien cambió la historia fue Einstein, quién advirtió al presidente Roosevelt del desarrollo nuclear alemán, que la colocaría en un plano de superioridad estratégica, junto con el avión a reacción. Y en consecuencia Inglaterra y EEUU tuvieron que aliarse con la Unión Soviética, para exigirle a Hitler la rendición incondicional. Señalando no obstante la Guerra Fría que apareció a continuación, quien era en realidad el verdadero enemigo.

     Durante ese interregno del golpe militar 1943-46, el PIB per Cápita creció un 0,4 % anual.  Mientras que los resultados fiscales desmejoraron bastante, que Milei atribuye al gobierno de los políticos, pero no habla de los golpes militares. El resultado primario osciló entre – 3,8 % y – 2,2 % del PIB, y el financiero entre -5,2 % y -3,8 % del PIB. Mientras que la deuda pública se redujo a un 16 % del PIB, y la externa a un 1 % del PIB.

Primer Peronismo

     En 1946, la transición con la dictadura militar consagró a Perón como presidente, quien impulsó la industrialización para dotar de empleos dignos a la mano de obra que expulsaba la maquinización del campo. Y para profundizar la movilidad social ascendente, quitó los aran-celes a las universidades públicas, y creo las universidades tecnológicas para facilitar el estu-dio de quienes laburaban simultáneamente. Y a la par se instaló un culto a la personalidad del gobernante, asistido por una policía dura, que era propio de esas épocas, pero que deja secuelas.

      El traspaso de Argentina de la órbita inglesa a la estadounidense, quedo manifestado con el cierre del diario probritánico La Prensa, que monopolizaba la importación del papel y los avi-sos clasificados, y la aparición del pronorteamericano Clarín.

      Su gobierno, además de comprar los ferrocarriles ingleses, como un gesto de soberanía que no agregó ningún activo al país, debió soportar la larga sequía del 49. Y le erró en su visión de que Europa seguiría comprándonos alimentos humanos, cuando esta tras la penurias de las guerras había comenzado con su Plan Agrícola Común. Encontrándose también con que EEUU obstaculizaba el desarrollo de YPF, impidiéndole la compra de insumos críticos.

      En consecuencia, tras la visita en 1953 del hermano del presidente Eisenhower, Perón profundizó la relación con EEUU, y le otorgó a la hoy petrolera Chevron, una extensa concesión petrolera en la entonces gobernación de Santa Cruz. En la misma área que Inglaterra había pretendido como suya, con la Carta Patente de 1908. Así el petróleo, en el marco de un distan-ciamiento de la alianza especial de EEUU con Inglaterra, manifestada en la Crisis de Suez, por la sospecha de que la pérfida Inglaterra había transferido secretos nucleares a los rusos, fue también otro factor determinante de la caída del Perón en 1955.

      Mientras Churchill en ese año despotricaba en el Parlamento inglés contra el peronismo, casualmente el conflicto interno peronismo anti peronismo, con el bombardeo de Plaza, la procesión de Corpus Cristi, y la quema de las iglesias, llegó a su climax.  Y además desde Malvi-nas, se facilitó a la armada argentina las espoletas de los proyectiles Vickers ingleses, con los que amenazó bombardear Buenos Aires, obteniendo así la renuncia y el exilio de Perón.

     A lo largo de su presidencia, el PIB per Cápita creció un 1,7 % anual, muy superior al del final de la oligarquía que admira Milei. Por su parte los resultados fiscales, que fueron mejorando con el correr de los años, oscilaron el primario entre -3,2 %  y -0,8 % del PIB, y el financiero entre -4,1 y -1,6 % del PIB. Mientras que su contrapartida la deuda pública cayó a un 7 % del PIB, y la externa se hizo cero.

     Se cerró así un ciclo en cuyo final, lejos de lo que afirma Milei, Argentina según la Fundación Norte y Sur, seguía liderando lejos el PIB per Cápita en relación con los principales países de la región.

Revolución Libertadora y Frondizi

      La Revolución Libertadora inauguró la etapa cada vez más desordenada hasta hoy. Tras el intento del Gral.  Lonardi de pacificar el país con su ni vencedores ni vencidos, se impuso el anti peronismo cerril de Aramburú y Rojas. Con proscripción del peronismo, prohibición de de-cir Perón, y fusilamientos clandestinos incluidos, que dieron origen a la Resistencia Peronista. Seguidamente en 1958 en base a esa proscripción y pacto con el peronismo, Frondizi llegó a la presidencia.

     Aliado con el desarrollismo de Frigerio, vino con un secreto plan petrolero bajo el brazo, enteramente en contra de lo que había predicado antes en su libro Política y Petróleo. Con el cual, tras la ley de nacionalización del petróleo existente en distintas provincias, YPF formalizó numerosos contratos petroleros con las Siete Hermanas angloamericanas, por el que pagaba el petróleo como si fuera importado. Y para disimular esto, el gobierno impuso mínimas rebajas populistas al precio de los combustibles, como hace hoy Milei.

      Logró además que el desarrollismo frigerista se posicionara como socio en el diario Clarín, con la financiación estatal de su sede en la calle Piedras. Y también para domesticar la justicia, amplió sus integrantes de 4 a 7 miembros. Fue un periodo signado por la creación de las uni-versidades privadas, con el debate de la educación laica o libre, y represión con el Plan Conin-tes. Con los cuales el gobierno disimulaba negociados y asonadas y presiones militares, que se sucedían unas tras otras. Las que finalmente precipitaron la detención y destitución de Fron-dizi a principios de 1962, y su sustitución por el presidente del Senado Guido. Produciéndose a continuación el enfrentamiento bélico entre azules y colorados, entre anti peronistas mode-rados y anti peronistas exacerbados, de donde surgió el liderazgo del futuro dictador Gral Onganía.

     En este alterado interregno cívico militar, tras el ingreso en 1956 al FMI, y la firma sucesiva de cinco acuerdos con él, junto la creación del Club de Paris, se sucedieron numerosos minis-tros de Economía, que luego reaparecieron nuevamente. Como Dagnino Pastor, Krieger Vase-na, Martínez de Hoz, Aleman, Whebe etc. Y también Alsogaray, con su plan hay que pasar el invierno y déficit cero, similar al de Milei, que llegó al extremo de pagar a los empleados públi-cos con bonos de la deuda. Hasta 1963, el PIB per Cápita creció un 0,5 % anual, la deuda pública trepó hasta el 28 % del PIB, y la externa al 10 % del PIB. Mientras que el resultado fiscal anual primario osciló entre -6,1 % a -1,5 % del PIB, y el financiero entre – 7,2 %  a – 2 % del PIB.

El segundo radicalismo

      Con Frondizi detenido, y la proscripción del peronismo, Illia logró llegar a la presidencia a mediados de 1963, con el 25 % de los votos, seguido con un 21 % de votos en blanco. Una de sus primeras medidas de gobierno, fue anular los contratos petroleros de Frondizi, por el cual YPF pagaba el petróleo extraído en argentina, como si fuera importado.

      Concretó esta medida en base a un guiño del presidente de EEUU Kennedy, que estaba enfrentado con los barones del petróleo de las Siete Hermanas, quien siete días después fue asesinado en Dallas. Así esa medida, con la designación de Storani como nuevo secretario de Energía, entró en aguas de borrajas, sin concretarse en toda su dimensión.

     Por otro lado, sin acuerdos con el FMI, el presidente Illia mejoró paulatinamente las cosas, con un aumento en ese periodo del PBI per Cápita, de nada menos que el 5 % anual. Superando a todos los gobiernos anteriores, mal que le pese a Milei, con una pobreza que rondaba el 3 % de la población.

       Durante su gobierno Argentina obtuvo el éxito diplomático en la ONU, de la resolución 2065. Qué en el caso particular de Malvinas, rechazó del principio general de descolonización basado en la autodeterminación, por tratarse de una población implantada. Debiendo en con-secuencia considerarse solo los intereses de ella, no sus deseos. Lo que como se verá, fue el motivo de la guerra de 1982.

      Sin embargo, los intereses petroleros afectados por esas medidas estaban activos, confluyendo con las fuerzas armadas, el Opus Dei, la CGT, y los medios de comunicación, que presentaban a Illia como una tortuga, hacia un nuevo golpe de estado. A la par que Inglaterra y EEUU habían restañado su alianza especial, ante el descubrimiento del petróleo submarino y en Alaska, para cuya explotación era indispensable un notable cambio de precios.

La Revolución Argentina

     El Gral. Onganía, que había liderado a los militares azules, a mediados de 1966 derrocó a Illia y asumió la presidencia. Con una mezcla mesiánica de religión, liberalismo, e ideas corpo-rativistas, con las que se ganó a los sindicatos peronistas, otorgándoles las obras sociales sin-dicales, que hizo que estos, convertidos en la práctica en empresarios VIP, se atornillaran en sus asientos. Mientras que su ala liberal, tras un corto interregno de Salimei, llevó nuevamente al ministerio de Economía al ortodoxo Krieger Vasena. Quien concretó una gran devaluación, e implantó simultáneamente altas retenciones a las exportaciones agropecuarias, cuyos precios habían mejorado sensiblemente. Y con sendos acuerdos con el FMI en 1967 y 1968, logró encuadrar el déficit primario en alrededor de -1 % del PIB, y el financiero en alrededor del -2 % del PIB. A la par la deuda subió nuevamente a un 15 % del PIB, y la externa bajó a un 4 % del PIB. Con un crecimiento del PIB per Cápita en el periodo del 3,7 % anual.

      A poco de asumir, Onganía anuló la rescisión de los contratos petroleros concretada por Illia, e indemnizó a las compañías. Sancionó además una ley del petróleo, que aun rige con la plena conformidad de estas, que fue redactada por un asesor de la CIA, y traducida al español por la secretaria bilingüe de ASTRA. Dejando así en claro, quien había propiciado desde las sombras este nuevo golpe de estado. Y a principios de 1969, por efecto de la inflación acumu-lada a lo largo de 78 años, creo el peso Ley 18.188, equivalente a 100 pesos moneda nacional, creado tras la crisis de 1890, se sacaron dos ceros a la moneda.

     Pero el plan de Krieger Vasena, con un tipo de cambio fijo por efecto de la inflación se fue agotando, y se pudrió socialmente a partir del Cordobazo de 1969. Que fue facilitado por la interna militar que Onganía tenía con el probritánico y liberal comandante en Jefe del Ejército, Gral Lanusse, que tardó una enormidad en movilizarse para reprimirlo.

Lanusse

     A mediados del año siguiente, Onganía fue reemplazado por el Gral. Levingston, ladero de Lanusse. Tras el confuso secuestro y muerte del Gral. Aramburu, quien pretendía liderar nue-vamente una vuelta de la democracia, y se auto atribuyó Montoneros. Siendo el beneficiado de ese luctuoso suceso el mismo Lanusse, que se podría decir que mató dos competidores con un solo tiro: Onganía y Aramburu. Quien a los pocos meses en marzo de 1971, desplazó a Levings-ton, asumió la presidencia, y desafió a Perón a que volviera al país.

      Ante la táctica por parte de este, de movilizar contra el gobierno las dos alas del peronismo. El sindicalismo de derecha, y la juventud maravillosa de izquierda, que llegaba hasta la insu-rrección por parte de Montoneros.  A la par que aparecían otras insurrecciones o guerrillas urbanas, impulsadas desde Cuba, en el marco de la Guerra Fría de la OTAN contra la Unión Soviética. Y la violencia subversiva se realimentaba con hechos de violencia institucional, como fue la masacre de Trelew. Como si hubiera manos muy decididas a echarle leña al fuego.

     Durante su gobierno, se firmaron dos acuerdos con Londres, que tuvieron luego notable trascendencia, como preparando el desastre que iba a sobrevenir. Uno fue el acuerdo con Chile, para que Su Majestad Británica, con la intervención de cinco jueces de La Haya, tres de ellos oriundos de países líderes de la OTAN y otros bajo su órbita (EEUU, Reino Unido, Francia, Suecia, Nigeria) fallara en relación con el conflicto por el Canal del Beagle. El otro fue el acuerdo con Londres de Comunicaciones con Malvinas, sin necesidad de empelar pasaportes, con vuelos comerciales desde Argentina, provisión de combustibles, etc.

     Durante ese interregno del liberal Lanusse, el déficit primario osciló entre -4,8 % y 1,1 % anual, y el financiero entre -5,8 % y – 1,9 % anual. La deuda pública se elevó hasta el 20 % del PIB, y la externa a un 7 % del PIB. Con un crecimiento per Cápita a lo largo de ese periodo que del 2,3  % del PIB anual, mientras que la pobreza rondaba en el 4 % de la población.

El contexto internacional del segundo peronismo

      Si bien el primer peronismo cometió un error de apreciación respecto del comercio de los commodities agropecuarios, en este segundo periodo se puede decir que ni vio lo que se venía. Consistente en el shock de los precios del petróleo de 1973, que cambió la economía mundial. Con la consecuente aparición de los petrodólares, que hizo renacer el imperialismo financiero que anteriormente había ejercido Inglaterra con la libra esterlina. El que ahora en manos de EEUU con el dólar, no solo le permitió mediante el revival de la política del préstamo británica, alinear a los países No Alineados. Sino también agotar a la Unión Soviética con una carrera armamentística, contando por su parte con esa inagotable fuente de financiamiento. Que le ha permitido en los últimos 20 años, tener un déficit financiero promedio del  – 7 % del PIB, y ha llevado su endeudamiento a 35 billones de dólares, equivalente a un 140 % del PIB.

       Los impulsores de ese shock de precios fueron EEUU e Inglaterra, quienes con motivo del descubrimiento del petróleo submarino y en Alaska, habían restablecido su alianza especial. Pero para su explotación requerían un sustancial aumento de los precios del petróleo, que entonces no superaban los dos dólares el barril. Este indispensable aumento de precios lo consiguieron, tras el asesinato de Kennedy, con un plan impulsado por Kissinger, estratega del grupo Rockefeller, estimulando el nacionalismo petrolero con la OPEC; y concretando a la par una escalada en la guerra de Vietnam. Que le permitió llegar a una de las tantas ententes que EEUU tuvo con la Unión Soviética, para obtener a cambio de retirarse de allí, el control de Egipto, el país árabe rector en Medio Oriente. Acontecido con la oportuna muerte súbita del pro ruso presidente Nasser, y el ascenso del pro EEUU Al Sadat.

       De esta manera EEUU pudo pasar a administrar el conflicto árabe israelí, y mediante el embargo petrolero árabe a Occidente durante la Guerra de Yon Kippur en octubre de 1973, logró la ansiada suba de precios del petróleo, que se decuplicó hasta llegar casi los 20 dólares por barril, a favor de las Siete Hermanas anglo estadounidenses. Y seguidamente esa mega operación se estabilizo, con la caída del presidente Nixon al año siguiente por el escándalo del Watergate, que permitió el ascenso de Nelson Rockefeller a la vicepresidencia, a cargo de las relaciones internacionales.

El corto tercer peronismo

      El peronismo llegó a su tercer mandato con Cámpora como presidente, quien ganó las elec-ciones de marzo de 1973 con casi el 50 % de los votos. Y pocos meses después el mundo y el comercio internacional cayeron en un desorden mayúsculo, con un simultáneo proceso de inflación y recesión, con el shock petrolero.

      Al peronismo gobernante también le sucedió lo mismo, como consecuencia de la táctica exitosa de Perón de impulsar las alas de la derecha sindical y la izquierda juvenil para poder regresar. Pero que seguidamente derivó en una guerra entre ellas, que le impidió gobernar. Así Cámpora no duró ni un par de meses, y a Perón no le quedó otra salida qué, elección mediante que ganó con el 62 % de los votos, asumir la presidencia en octubre de 1973, en plena crisis del shock petrolero. Mandato qué con motivo de su fallecimiento en junio de 1974, solo duró nueve meses. Siendo sucedido por su esposa Isabel, quien con algunas interrupciones por razones de salud, solo gobernó 21 meses. Periodo en que Argentina se fue hundiendo en un caos múltiple. Económico, como consecuencia de la salida ortodoxa que se intentó con el Rodriga-zo, para corregir el desajuste de los precios internacionales y locales. Institucional, con los enfrentamientos intra partidarios. Y social, con un espiral de violencia insurreccional, por parte de guerrillas de distinto signo, y una represión cada vez más clandestina y sin normas, en per-manente ascenso.

       Ello llevó a una caída en picada de los resultados fiscales, que en ese periodo el primario oscilo entre -12,7 % y -6,5 % del PIB, y el financiero entre -13,8 % a –7,5 % del PIB. Mientras que la deuda pública bajo a un 10 % del PIB, y la externa subió a un 6 % del PIB. Registrándose en el mismo no obstante todas esas peripecias, un crecimiento del PIB per Cápita del 2,1 % anual. Habiendo acordado con el FMI sendos financiamientos compensatorios por fluctuación de exportaciones a fines de 1975 y en marzo 1976, que este organismo recién desembolsó tras el golpe militar de ese mes. De todas maneras en 1974, Argentina seguía liderando lejos el PIB per Cápita de la región.

Hechos trascendentes

    Hubo tres hechos con trascendencia en ese agitado periodo. Uno fue la estatización parcial de los depósitos bancarios, que afectaba especialmente a la banca extranjera. Otro la estati-zación de las bocas de expendio de combustibles, que desplazaba a Shell y ESSO del comercio minorista de ellos, monopolizado por YPF. Y el tercero el conflicto a fines de 1975 y principios de 1976 en torno la misión Shackleton inglesa, para el relevamiento de los recursos de las islas Malvinas. Ante la cual Argentina exigía que conforme las resoluciones de la ONU, no fuera unilateral, sino bilateral. Lo que Inglaterra no solo no aceptó, sino que a la par desde el Parla-mento inglés se efectuaron hostiles declaraciones respecto las pretensiones argentinas. Y además provocativamente, Shackleton, arribó a Malvinas en el RSS Shackleton el 3 de enero de 1976, en el aniversario de la ocupación de ellas por Inglaterra.   

      Esto fue respondido por su cuenta y riesgo a principios de febrero de ese año por la Armada Argentina. Con el intento de detener ilegalmente dicho buque, fuera del mar territorial argen-tino, al que incluso con apoyo de la aviación naval, persiguió hasta las aguas territoriales de Malvinas.  Generando finalmente estos incidentes el pedido del gobierno de Isabel Perón del retiro del embajador inglés, a la par que retenía en Buenos Aires al embajador argentino en Londres. Se precipitó así un congelamiento de las relaciones entre ambos países, iniciadas un siglo y medio atrás. En la cual, durante un siglo largo, la embajada inglesa en Buenos Aires era La Embajada, como hoy lo es la de EEUU. Y a partir de allí, un ejercicio por parte de la Armada Argentina fue la de elaborar planes para tomar militarmente las islas Malvinas, aprovechando su escasa dotación militar, sin ninguna visión posterior de cómo defenderlas.

Proceso de Reconstrucción Nacional

      Con el golpe de estado de marzo de 1976, los militares volvieron al poder menos de tres años después de haberse ido, agredidos y escupidos por una multitud durante el traspaso del poder. Y eso fue posible por tres razones esenciales. Una, las acusaciones de corrupción con-tra del gobierno, magnificadas por los grandes medios. La otra, el espiral de violencia que de-sató el auge de las guerrillas.  Que era evidentemente fomentada desde el exterior por parte de Inglaterra, a la luz de los contrabandos de armas que protagonizaron el cónsul inglés, y el rom-pehielos Endurance, el descubierto en un vuelo de British Caledonian, y otro posterior. A lo que se sumó los siderales rescates pagados a la guerrilla por los secuestros de altos empresarios multinacionales. Como fueron el de los hermanos Born, y el de Samuelson de la ESSO, que potenciaron notablemente a las organizaciones guerrilleras, aportando así argumentos para el golpe militar.

       Incluso la organización peronista liderada por Firmenich, Montoneros, llegó a atacar cuarteles tras pasar a la clandestinidad, y tras la muerte de Perón. Al respecto fuentes de la embajada de EEUU aseguraron que Firmenich era un agente del Batallón 601, conducido por el entonces coronel Valín que luego se desempeñó en la guerra sucia en Centroamérica. Una prueba de ello es que fue dejado en libertad cuando fue detenido por la Policía Federal, y otra que su familia se mantuvo indemne, mientras que otras eran diezmadas por la represión en represalias. Además diversos testimonios, como el que se atribuye a la desaparecida y asesi-nada diplomática Elena Holmberg Lanusse, con destino en Paris a fines de 1978, informan de tratativas del Alte Massera con Firmenich, para mantener la paz durante el Mundial de Futbol de ese año. Y luego para desencadenar la contraofensiva de Montoneros de 1980, cuyos integrantes apenas desembarcar terminaban secuestrados en la ESMA. Con el objeto de emblocar nuevamente a los militares ante el enemigo guerrillero, y así conjurar la crisis interna que se había desatado con motivo de las denuncias de corrupción  (EAM, ITALO, Austral, etc) y la rebelión protagonizada por el Gral Menéndez en Córdoba en 1979. Mostrando nuevamente esto que el auge de la guerrilla resultó funcional, no solo para perpetrar el golpe de estado, sino también para asegurar su continuidad.

      El tercero fue la crisis económica, provocada por el shock de los petrodólares, y magnifi-cada al máximo con el Rodrigazo, inspirado por Zinn, quien luego tras el golpe pasó a ser un alto funcionario de Martínez de Hoz. De esta manera, aceptando una receta ortodoxa liberal, el peronismo creyó que de esa forma desalentaba el golpe, al que suponía por motivos mera-mente económicos. Suposición errada, porque el ascenso de dos horrorosas dictaduras a ambos lados de la Cordillera, con la abierta intervención de Kissinger tres años atrás en el caso de Chile con Pinochet, y encubierta en el caso de Argentina, tenía objetivos mucho más perversos. No siendo casual que con ella arribaran cómplices de la masacre de Plaza de Mayo, como es el caso del Alte. Massera y el Gral. Suárez Mason.

La Guerra con Chile y la  guerra sucia

      Concretamente el objetivo era llevarnos a una alucinante Guerra con Chile como agresores, para así sin esfuerzo propio por parte de Inglaterra y EEUU, solucionar el contencioso de Mal-vinas. A los efectos de instalar una base al servicio de la OTAN allí, para hacer frente a la expansión de la Unión Soviética en el Atlántico Sur, que contaba con bases militares en las costas de Africa. La que incluso podría haberse visto justificada por esa absurda agresión argentina a Chile. Quedándose así también con las grandes riquezas de petróleo que existen allí, que se están comenzando a explotar. Lo cual, ante la reacción regional por los conflictos de diversa índole que manteníamos con Brasil, Paraguay, y Chile, y la defección de Bolivia que según denunciaron desde allí, tenía una contra alianza secreta con Pinochet, habría derivado en una desastrosa derrota militar argentina. Con la consiguiente partición de Argentina, insi-nuada por Kissinger en sus escritos, conforme su mapa ferroviario dibujado por la geopolítica británica, con sus tres trochas distintas y la inexistente en la Patagonia.

      Para ello era indispensable el agotamiento previo del peronismo liderado por Perón, y por eso el desafío de Lanusse a que regresara. E incluso su fallecimiento, dado que Perón, que se había desempeñado como agregado militar en Chile, preconizaba la unidad latinoamericana, y afirmado que nunca se iba a pelear con Chile por unos peñascos sin valor. Y de esa manera jamás habría hecho eso, o adherido a ello.

      Un contribuyente decisivo para imponer esa partición, igual al de la Alemania nazi partida en dos, era la aparición de los campos de detención clandestinos. Que pulularon en el marco de la guerra sucia contra la subversión, tras el famoso guiño de Kissinger: lo que tengan que hacer háganlo rápido. Y a partir de allí se perpetraron el 80 % de las desapariciones forzadas de personas registradas.

      Las que se redujeron a un mínimo después del año 1978, cuando en diciembre de ese año, Argentina estuvo en un tris de invadir militarmente el sur de Chile para cortarlo por la mitad, además de bombardear Santiago y otras ciudades chilenas. Tras el provocador fallo de Su Majestad Británica sobre el Beagle a medidos de 1977, las provocaciones de Pinochet desde el otro lado de la Cordillera, y tras la visita de Kissinger a Buenos en 1978 con motivo del Mundial de Futbol, y su disertación en el CARI El temor a la guerra es un chantaje. Siendo los principa-les impulsores de esa absurda agresión militar, el Gral. Suárez Mason y el Gral Menéndez. Quien arengaba a su tropa diciendo qué durante esa invasión, iban a comer sus gallinas, violar a sus mujeres, y orinar en el Pacífico. La que fue impedida sobre el filo del día D fijado para concretarla, 22 de diciembre, por la intervención del Papa Juan Pablo II y el presidente de EEUU Carter. Simultáneamente en esos días fue desaparecida y asesinada en Buenos Aires la mencionada Elena Holmberg Lanusse, sobrina del ex presidente probritánico. Quien había comenzado a tomar vuelo local y nacional, como preparándose para ser el hombre provi-dencial que apareciera tras la desastrosa derrota argentina que iba a sobrevenir.

Martínez de Hoz

      Con el golpe, volvió como ministro de Economía Martínez de Hoz, representante de los intereses mineros y financieros del grupo Rockefeller. Quien como Milei también hablaba del déficit, de una inflación anualizada del 17.000%, y que achicar al Estado es agrandar la Nación. Y en primer lugar hizo lo de siempre, anuló la estatización de las bocas de expendio, e indemni-zo por ello a Shell y ESSO. Y además lanzo un plan de privatización periférica de YPF, cediendo áreas que esta había desarrollado, a empresas privadas que con solo bajar la palanca, comen-zaban a cobrar, y en definitiva mediante una compleja red de asociaciones eran controladas por Shell y ESSO. También anuló la estatización parcial de los depósitos bancarios, con un decreto ley de Entidades Financieras, que aún sigue vigente. Por su parte el BCRA creó una Cuenta de Regulación Monetaria, por la que el Banco Central a simple declaración jurada mensual, pagaba enormes intereses a bancos y financieras, por los altísimos encajes que debían mantener en efectivo. Esto generó un festival financiero, que hizo que pulularan cen-tenares de bancos y financieras a lo largo y ancho del país. Que se sostenían mediante fraguar depósitos y préstamos ficticios, que generaban falsos encajes, cuyo pago de intereses genera-ban a su vez una enorme emisión por parte del Banco Central, parecida a las de las Lebac– Leliq.

     Martínez de Hoz firmó en 1976 y 77 tres acuerdos con el FMI. Pero a partir de allí por orden del presidente de EEUU Carter, dicho financiamiento se interrumpió hasta 1983, después de la derrota de la Guerra de Malvinas, como sanción por las violaciones a los derechos humanos, poniéndonos así en la picota mundial. También fue el impulsor de que el negociado de Papel Prensa iniciado por Graiver, pasara a manos de Clarín y La Nacion, además de La Razón que dirigía la SIDE, haciéndolos así cómplices de la dictadura militar, para ocultar las aberraciones de esta, como fueron los desaparecidos.

Preparando la Guerra de Malvinas

     Tras el fracaso de la estratagema de la Guerra con Chile, a mediados de 1979 se puso en marcha su reemplazo o plan B. Hacer que los militares argentinos concretaran efectivamente sus planes teóricos de tomar o recuperar militarmente las Malvinas, sin posibilidad de defen-derlas ante una reacción de la OTAN. Para una vez aferrados allí, arrancarles un reconocimien- to de la autodeterminación de los isleños. En ese año el futuro supuesto mediador en dicho conflicto, Alexander Haig, abandonó la Comandancia Suprema de la OTAN, y pasó a ser parte en la elaboración de ese plan, en la consultora Kissinger Associates Inc; junto con Lord Carrin-gton, el canciller inglés que renunció por supuestamente no haber previsto la ocupación argen-tina, pero posteriormente fue multi condecorado, quien previamente se había desempeñado como secretario de la OTAN. Y con Thomas Enders, el subsecretario de Estado que visito Buenos Aires semanas previas al desembarco argentino, y prometió el manos afuera al respec-to. Y seguidamente cómo embajador en España, fue el artífice de la ratificación mediante un referéndum, del ingreso de España a la OTAN. Que casualmente se había producido en mayo de 1982 durante la Guerra de Malvinas, siendo España además de la Madre Patria que podría haber incidido el conflicto, el país que tenía una disputa parecida con Inglaterra por la sobe-ranía de Gibraltar, con una base al servicio de la OTAN allí. Y simultáneamente la ONU estableció el Derecho del Mar, acordando un área de 200 millas náuticas a la redonda, a quien detentara un punto de tierra firme en el mar como lo era Malvinas.

       Posteriormente Haig asumió como secretario de Estado del presidente Reagan, en enero de 1981. Puesto al que renunció dos semanas después de la rendición argentina, el 14 de junio de 1982, como si hubiese cumplido su misión.  Para concretar y asegurar dicho plan eran nece-sarias varias cosas, más allá de la penetración de inteligencia en los factores de poder argen-tinos: Un crecimiento del endeudamiento externo que mantuviera aferrada a Argentina a Occi-dente, y disciplinados a los políticos ante un recambio de gobierno. Una cancillería que lo ava-lara diplomáticamente. Un incidente en relación con las islas que precipitara la decisión de re-cuperarlas. Un escándalo que afectara a la cúpula gubernamental, para forzar sus decisiones. Una crisis terminal del Proceso militar, que los forzara a emprender esa aventura. Un control de los medios de comunicación masivos, que hicieran plausible ese plan y su acompañamiento posterior. La neutralización del Vaticano, que había impedido la Guerra con Chile. La prepara-ción de una salida política, ante la segura caída del régimen militar como consecuencia de una segura derrota diplomática y/o militar.

Endeudamiento externo

     Todo esto fue sucediendo simultánea y/o sucesivamente. En cuanto al endeudamiento externo, a mediados de 1979 Martínez de Hoz comenzó a bajar los altísimos encajes que ali-mentaban la bicicleta de la Cuenta de Regulación Monetaria. Con lo cual muchas entidades creadas poco tiempo atrás, se hacían inviables y caían como moscas. Con la intervención y li-quidación por parte del Banco Central de ellas, y el pago de los depósitos, aunque fueran ficticios, a cambio de quedarse con sus carpetas de crédito, muchas de ellas fantasmas.

      El BCRA emitió así una cantidad sideral de dinero, dado que la ley libérrima de Martínez de Hoz escondía una trampa: la continuidad de la garantía estatal de los depósitos, pese consa-grar una absoluta libertad en las tasas de interés. Así en marzo de 1980 estalló la crisis masi-vamente, con la intervención y liquidación del BIR, el banco más grande de Argentina, opor-tunidad en que Martínez de Hoz extendió la garantía a los depósitos en dólares. A la par a partir de ese año, inauguro la tablita cambiaria, con el precio del dólar a niveles ínfimos en términos históricos, lo que permitía que los pesos emitidos con la quiebra de los bancos, arrasaran con los dólares obtenidos con endeudamiento externo, no quedando nada como contrapartida. Lo cual, ayudado con la baja de los aranceles de aduana, produjo además un industricidio en la hasta entonces pujante industria argentina, por la competencia predadora de las mercaderías importadas y la imposibilidad de exportar. De esa manera la deuda pública en 1981 subió en un año del 6,6 % al 15,1 % del PIB, y la externa del 4 % al 10 % del PIB. Y en 1982, año de la Guerra de Malvinas, alcanzaron el 23,6 % y 19 % del PIB, respectivamente. Con cada vez mayor pre-ponderancia de la deuda externa, que casi se duplicó respecto el año anterior. Y en 1983, con el traspaso a fin de ese año del poder a los políticos, y el comienzo de la estatización de la deuda externa privada, treparon al 26,5 % y 20 % del PIB, respectivamente.

Costa Méndez, naftas adulteradas

     Paralelamente a mediados de 1979, comenzó la aproximación hacia el futuro canciller Costa Méndez, a través de la página Opuesta Editorial del diario La Nación. Concretando a través de ese medio la proeza comunicativa (que seguramente no fue inventada para Malvinas) de su captación como topo de la OTAN, su instrucción previa, y su control a lo largo del conflicto, razón por la que recibió notables descalificaciones en el  Informe Rattenbach. 

    Hacia fines de ese año, se produjo la designación de Costa Méndez como presidente de la Compañía General Combustibles implicada en el affaire de la nafta adulterada, un escándalo mediático judicial que trazó un arco paralelo al de la Guerra de Malvinas. Consistente en el hurto de las naftas de YPF, que salían facturadas como gasoil, para quedarse con la diferencia de impuestos. En el mismo estaba implicado el Gral Galtieri, de la rama de Ingenieros, quien se había desempeñado como director de YPF cuando comenzaron esas maniobras en 1972/73, para presuntamente allegar fondos para la lucha antisubversiva clandestina.

       A fines de ese año también fue designado Galtieri como comandante en Jefe del Ejército, quién contaba con el perfil apto para ser llevado a esa trampa. Fue promovido por el anterior comandante y futuro presidente, el Gral Viola, quien había reculado en el conato de la Guerra con Chile. Y a quien Galtieri se vio obligado a desplazarlo, a los pocos meses de su mandato, al destaparse el affaire de las naftas, tras la visita de Kissinger a Buenos Aires en noviembre de 1981.

Incidente Georgias, combustibles Task Force, Vaticano

      También hacia fines de 1979, se firmó en Edimburgo el contrato con los chatarreros de Davidoff, para el desmantelamiento de las factorías balleneras en las islas Georgias. Quienes al desembarcar sin pasaportes, solo con las tarjetas blancas para ir Malvinas, establecidas en el acuerdo de Comunicaciones de 1972 de Lanusse, desencadenaron el incidente que el Informe Rattenbach describe como el Sarajevo del Atlántico Sur, que precipitó la decisión de la dicta-dura militar de recuperar las Malvinas.

      En ese año también SHELL contrato los buques de Astramar del grupo Astra, a los que dotó de la novedosa geo localización satelital. Lo que le permitió abastecer de combustibles a la Task Force británica durante la Guerra de Malvinas, provistos desde la destilería Astrasur de ese mismo grupo, ubicada en Comodoro Rivadavia. La que dos semanas después de la caída de Puerto Argentino, se incendió para no dejar rastros de la operación.

       Posteriormente en octubre de 1980, tras casi 500 años de ruptura diplomática entre Ingla-terra y el Vaticano, se inició formalmente un intercambio entre el Papa Juan Pablo II, que había impedido la guerra con Chile, y la cabeza de la iglesia Anglicana, la reina Isabel. Que luego de-rivó en una visita programada del Papa a Inglaterra prevista para junio de 1982, con una reanu-dación plena de las relaciones diplomáticas con intercambio de embajadores.

Interregno Viola – Sigaut

       La gestión de Martínez de Hoz junto con la del presidente Videla, terminó en marzo de 1981. Seguidamente con el ascenso de Viola a la presidencia apareció Sigaut en Economía, y tam-bién como secretario del ministro del Interior, Gral. Liendo, el joven Cavallo; quien en 1977 había concurrido a los cursillos de verano de Harvard, en los que Kissinger captaba jóvenes promisorios de distintos países. Y al regresar, como si avizorara el futuro, impulsó la creación de la Fundación Mediterránea, que tuvo un notable desempeño posterior. Y además pasó a presidir el Banco Hipotecario y Edificador de Córdoba, teniendo como socio a los Pagani de Arcor, que funcionaba en la planta baja de la flamante fundación.

      Ese año la tablita del dólar de Martínez de Hoz estalló, convirtiéndose la corrida bancaria en una corrida cambiaria, que hizo célebre a Sigaut con su frase el que apuesta al dólar pierde.  Y a partir de allí los argentinos se dedicaron a ahorrar estérilmente en dólares, guardados lo más lejos posible de bancos y financieras. De las cuales entre los años 1981 a 1983, fueron dadas de baja por el BCRA 87 entidades, sin tener en cuenta las intervenidas y en proceso de liquida-ción, que en la década de los ‘80 sumaron 286 entidades dadas de baja.

      En septiembre de ese año, a instancias de Massera, que era uno de los impulsores de la toma de Malvinas, el Alte Anaya fue designado comandante en jefe de la Armada. Y tanto él, cómo el jefe de Inteligencia y luego comandante de la Flota de Mar, Gualter Allara, se habían desempeñado como agregados militares en Londres. De donde vinieron convencidos de que a Inglaterra no le importaba la soberanía sobre las islas, sino el petróleo. Y en consecuencia se podía hacer el intercambio de una por el otro. Siendo ambos los principales impulsores institu-cionales de la recuperación de Malvinas, a la que años después Anaya reconoció públicamen-te. A fines de noviembre, en un clima económico social cada vez más enrarecido, reapareció Kissinger en Buenos Aires, y entre otros cabildeos y conferencias para la ocasión, mantuvo sendas reuniones coloquiales con los futuros ministros Costa Méndez y Aleman. Y tras su partida los hechos comenzaron a desencadenarse.

Rumbo al conflicto con la OTAN

     Tras destaparse el escándalo del affaire de las naftas, la Junta Militar por la presión de Ana-ya y Galtieri, removió a Viola de la presidencia. Y a finales de diciembre encumbró a Galtieri co-mo presidente, reteniendo el comando del Ejército. Quien poco antes había viajado reiterada-mente a EEUU, de donde vino también convencido del manos afuera de EEUU respecto las Malvinas, supuestamente a cambio de la colaboración de Argentina en la guerra sucia contra la subversión en Centroamérica. A la par que la Armada reflotaba sus planes teóricos de recupe-ración de ellas, sin consideración alguna de cómo defenderlas posteriormente.

      Aleman por su parte, se despachó con un programa económico liberal similar al de Milei. Consistente en desestatizar, desinflacionar, desregular, que provocó de inmediato una aguda recesión, profundizando notablemente el malestar social y laboral existente. Que fue resistido abiertamente por la CGT, y la Multipartidaria política que súbitamente había adquirido nuevos bríos.

      Explicados por que el famoso diplomático itinerante de EEUU, Gral. Vernon Walters, que ha-bía participado en la jugada de Kissinger de la creación de los petrodólares, visitó Buenos Ai-res; y le informó al ex presidente Frondizi, que la mano venía en contra de la dictadura militar. Información que este compartió con otros, entre ellos Alfonsín y Alsogaray, quienes por eso se opusieron a la momentánea recuperación militar de las islas por parte de Argentina.

      Por su parte aceleradamente, La NaciÓn y Clarín, teniendo como socios menores a los dia-rios de provincias, fundaron DYN, la agencia de noticias de alcance nacional, que velozmente se puso en marcha dos semanas antes de la recuperación. Simultáneamente hubo un cambio de manos en Clarín, con la expulsión de los desarrollistas, y el ascenso de Magnetto, que cam-bió totalmente el tratamiento de las noticias.  A la par se multiplicaron las falsas señales prove-nientes desde Inglaterra y EEUU, reproducidas por los grandes medios argentinos, para intoxicar la cúpula militar. Basadas en la supuesta alianza de Argentina con EEUU contra la insurrección en Centroamérica. El desguace de la flota de la Royal Navy que incluía al Endu-rance radicado en Malvinas, por el absoluto desinterés que tenían en ellas. El petróleo como arma, y su abundancia en Malvinas, que posibilitaban supuestamente un pacífico canje. Argu-mentos avalados por el topo canciller Costa Méndez, a la par que el escándalo de la nafta adul-terada, amenazante, aparecía diariamente en los grandes diarios.

Guerra de Malvinas

       Así tras la visita del subsecretario Enders se desencadenó en marzo el incidente de las Georgias, y la decisión de la Junta Militar de recuperar las islas a principios de abril. Para seguidamente dejar solo una dotación mínima, a los efectos de activar la diplomacia, y evitar una confrontación bélica. Plan que se deshizo casi inmediatamente por tres razones concu-rrentes, planificadas meticulosamente previamente: El desastre de la resolución 502 del Con-sejo de Seguridad de la ONU, que condenó la agresión argentina, producto de la alta traición del topo Costa Méndez en su desempeño allí. La inmediata reacción bélica de Inglaterra, con el despacho de la Task Force, que estaba a la espera del acontecimiento. Y la deliberada eufo-rización de la población argentina, por parte de los grandes medios nacionales, con su cana-lización a través de DYN, que celebraron el acontecimiento como si fuera definitivo.

      En consecuencia, la dictadura militar casi inmediatamente se vio obligada a cambiar el plan, improvisando una defensa de las islas, que en manera alguna había previsto antes. Con la es-peranza de con ello forzar una negociación. Quedando así atrapada en las islas en una trampa, cuya peor alternativa era un enfrentamiento con la OTAN. Tal como ocurrió, al negarse a reconocer la autodeterminación de los isleños, que de una u otra manera exigía el supuesto mediador, el ex comandante de la OTAN Haig.

     El climax de la confrontación llegó el 2 de mayo de 1982, con el crimen de guerra del Bel-grano por parte del submarino atómico Conqueror. Un acto de perfidia bélica, perpetrado fuera de la zona de exclusión fijada unilateralmente por Inglaterra, a los efectos de demostrar el desnivel del enfrentamiento. Al mismo tiempo que Haig cursaba un ultimátum a través del presidente Belaunde Terry, que Argentina rechazó.

       Seguidamente Argentina propinó a Inglaterra la sorpresa táctica del desempeño de su aviación, con gran costo de vida y equipos, lo que demoró el desembarco inglés. El qué una vez logrado, con tropas que venían de entrenar en Finlandia y equipamiento muy superior, deter-minó la rendición de Puerto Argentino a mediados de junio. Tras la visita del Papa Juan Pablo II, quien neutralizado con su programada visita a Inglaterra, anticipó está a fines de mayo, para venir a consolarnos de nuestra derrota a principios de junio.

       A continuación, como resultado de que el conflicto no se cerró y quedó abierto, comenzó la desmalvinización. Ocultando el regreso de los combatientes, y con el accionar de los mismos grandes medios que habían malvinizado, para poder cerrar la trampa de la OTAN. Que llegó a su cumbre con el libro de los muchachos de Clarin, Cardozo, Kirschbaum, y Van Der Koy, Malvinas la trama secreta; en el que describen un liderazgo argentino inepto y alcohólico, que interpretó mal las señales provenientes de unos caballeros de Washington y Londres. Y según algunos expertos, esa primera versión periodística de la historia, fue escrita en inglés y tra-ducida al español.

La dictadura post Malvinas

      La derrota militar implicó la caída del gobierno de Galtieri y la disolución de la Junta Militar, quedando la conducción del Proceso en manos del Ejército. El que designó al Gral en retiro Bignone, un empleado de la petrolera Bridas, representante de los intereses petroleros del grupo Rockefeller, como presidente. Quien luego fue también condenado por delitos de lesa humanidad. Siendo esta una muestra de la alianza que había conducido el Proceso hasta su extinción. Y se plasmó nuevamente con la renegociación de los contratos petroleros de YPF con las compañías privadas, con un enorme aumento en sus precios, ad-referéndum del próxi-mo gobierno democrático, tendiendo así un avieso puente con este.

       En el estertor del mismo, se sucedieron los ministros de Economía liberales Dagnino Pas-tore y Wehbe, que se habían desempeñado también durante la dictadura de la Revolución Ar-gentina y el frondizismo. Y en la presidencia del BCRA reapareció brevemente Cavallo, no obs-tante haber sido responsable de una de las entidades dos veces intervenidas y liquidadas por este, el Banco Hipotecario y Edificador de Córdoba. Quién con la tasa regulada y una inflación desbocada, llevó adelante una feroz licuación de los pasivos empresarios. Y además echó la base de la estatización de las deudas externas privadas, que luego consolidó su sucesor González del Solar. Quien junto con Wehbe firmaron un par de acuerdos con el FMI, de nuevo en Argentina a la espera de la democracia que se venía.

       El saldo de ese gobierno supuestamente liberal en lo económico, fue un déficit primario que osciló entre 1981 y 1983 entre – 6,4 % y -3,7 % del PIB, y un déficit financiero entre -11,4 % y – 10,4 % del PIB, superando largamente el Rodrigazo peronista. Mientras que el PBI a lo largo de esa dictadura militar, cayo a una tasa del menos – 1,2 % anual, la mayor en la historia argentina hasta entonces, volviendo el mismo al nivel de 1970. Y ante la enorme inflación registrada, en enero de 1983 se dispuso la creación del peso argentino, equivalente a 10 mil pesos ley 18.188, creado solo 14 años atrás; se sacaron cuatro ceros mas.

       Al respecto en su discurso Milei se ve que no la ve, ya que dijo: Se preguntarán entonces a quién le puede servir este modelo. Bueno, saben cuál es la madre del déficit, la razón por la cual hay déficit: la compulsión inagotable de los políticos por el gasto público, que no conoce restricción presupuestaria alguna. Porque solo gastando plata que no es suya que pueden hacer negocios para ellos, sus clientes y sus amigos.  Pero en buena parte del tiempo y con los peores resultados, no se trataba de políticos sino de dictaduras militares con ministros libe-rales. En cuanto a la evolución del PIB per Cápita en relación con los otros países de la región, se verificó una notable caída en el liderazgo argentino. Seguía siendo mayor que Brasil pero no tanto.

Alfonsín

      Durante la campaña electoral Alfonsín denunció un pacto militar sindical, al mismo tiempo que concretaba un pacto petrolero radical, que le financió una impecable campaña electoral con la que llegó a la presidencia con el 52 % de los votos, evitando el balotaje. Y en correspon-dencia a poco de andar con la actuación nuevamente del secretario Storani, no solo aprobó los contratos petroleros de la dictadura, sino que los mejoró sensiblemente.

      Luego, sin vislumbrar su malicia, hizo un apurado acuerdo con Chile en la disputa por el Beagle. Motivado por los intereses de la ENAP chilena, para explotar los yacimientos existentes en el estrecho de Magallanes; y de la Shell inglesa para hacer lo mismo en la boca del mismo, concesión de la que luego se arrepintió y logró su reversión.

       La democracia también llegó contaminada por las actividades financieras que habían generado la deuda externa sucia, que no dejó contrapartida alguna en el país. Como ejemplo, el ministro Grinspun había sido directivo de una financiera intervenida y liquidada por el BCRA. Y Alfonsín Hnos, la sociedad familiar del presidente, estaba en el listado de préstamos incobra-bles que a cambio de ello se hizo cargo el BCRA. Cierto es que en su misión de juzgar a la cúpu-la militar, no solo por razones morales, sino también políticas para acabar con los golpes mili-tares, Alfonsín no podía abrir otro frente de conflictos. Y en consecuencia le puso al hombro de la flamante democracia la deuda externa, que con las tasas flotantes de interés crecía casi al 20 % anual. Y puso como negociador de ella a un ejecutivo del Citicorp, Marx, para negociar con el Comité de Acreedores presidido por Stanley del Citibank, o sea del mismo grupo finan-ciero. Defección que cómo a otros que le sucedieron, le costó el no poder finalizar su mandato en 1989, por la crisis de deuda, que ese año trepó la publica al 48 % del PIB, y la externa al 44 % del PIB.

       En el primer año de su mandato 1984, se firmaron dos convenios con el FMI, pero la infla-ción seguía galopando. Y así a mediados del año electoral de 1985, con la ayuda de Kissinger y el grupo Rockefeller, el ministro Sourruille sacó un conejo de la galera para pararla, el Plan Austral. Que era una especie de pre convertibilidad con la creación del Austral argentino, equivalente a mil pesos argentinos, creado solo dos años atrás. Se sacaron tres ceros mas.

      El costo del mismo fueron los compromisos de: No investigar la deuda externa, como recla-maban sectores de la sociedad: en base al famoso teorema de Baglini, cuyo sentido oculto era cuanto mas cerca del poder, más lejos de investigar deuda externa. No investigar los ilícitos económicos de la dictadura, cancelando una comisión creada en el Senado. Estatizar la deuda privada sin investigación alguna, razón por la que aparecieron en el Banco Central las 3M, Ma-chinea, Melconian, Marx. Pagar al menos dos tercios de los intereses de la deuda, capital-zando el resto. Y el Plan Houston petrolero, junto otras privatizaciones, que Alfonsín eufemísti-camente describió como la privatización del crecimiento.

      Así mientras la pobreza se decuplicó, trepando un 16 % de la población, la situación fiscal mejoró momentáneamente. Pero en 1987 y 1988 nuevamente se desbarrancó, en cuyo trans-curso se firmaron tres acuerdos con el FMI. A la par que Machinea desde el Banco Central, organizaba un festival de bonos para tratar de controlar la emisión descontrolada del mismo, que venía desde los tiempos de Martínez de Hoz  y la tremenda crisis bancaria que este había desatado.

      En síntesis, durante su gobierno el resultado fiscal primario osciló entre -5,2 % y -0,5 % del PIB, y financiero entre -8,7 % y -4,1 % del PIB. Mejorando módicamente los últimos resultados dejados por la dictadura militar, de quien heredó la deuda. Con una caída del PIB per Cápita a lo largo de ese periodo de otro menos -0,9 % anual, volviendo al nivel de 1969, 19 años atrás. Que si se considera respecto el pico de 1974 representa una catastrófica caída de menos -1,4 % anual. De esa manera la pobreza trepo en 1988 a un 34 % de la población.

Enfrentamiento con la OTAN

      Ese resultado en buena parte fue producido porque desde 1986 Alfonsín había perdido ente-ramente la confianza de EEUU, Inglaterra y la OTAN, y en consecuencia se decidió su expulsión del gobierno en forma tal, que dejara preparado el piso para que sucesor hiciera lo que debía hacer en función de esos intereses.

     Como consecuencia, por un lado, del desconocimiento del gobierno de Alfonsín de lo suce-dido realmente, no solo en relación con el conflicto con Chile, sino con el de Malvinas y la OTAN. Y por otro lado, de la compleja situación en su relación con los militares y su intención de juzgarlos, que se fue limitando con las leyes de Punto final y Obediencia Debida. Y por ello tratando de mantener el equilibrio, se negó a reanudar relaciones diplomáticas con Inglaterra si no se discutía sobre soberanía.

        Pretendiendo volver ingenuamente a la situación previa a la guerra, mientras que Londres solo quería reanudar relaciones, y que Argentina retirara sus muertos de allí, para extirpar de raíz el conflicto. A la par de esgrimir la ridícula autodeterminación de sus 1.400 habitantes, para disimular las necesidades de la OTAN. Y acorde con el espíritu malvinero que había dejado la guerra en el sector militar, también le dio vía libre al proyecto del misil Condor, que amenazaba a la base del OTAN.

       Como si fuera poco, firmó en 1986 un convenio con la Unión Soviética y Bulgaria, para que pescaran en torno las islas Malvinas, que arrancó una furiosa reacción de Londres. Dado que la base de la OTAN allí tenía precisamente por objeto mantener justamente a la Unión Soviética lo más alejada posible de allí. Y como si eso no fuera suficiente, en 1987 intentó darle otro tratamiento a la cuestión de la deuda externa. Cuestionando las tasas flotantes de interés con el objeto de compensar la inflación, que esconden la aberración de cobrar anticipadamente el capital como si fueran intereses. Pretendiendo al respecto efectuar depósitos en una cuenta consignación a favor de los bancos privados acreedores de la deuda, para poder obtener el financiamiento del Banco Mundial y FMI. Mientras que el diputado peronista cordobés Cavallo, reclamaba orbi et urbi que estos suspendieran sus pagos a Argentina.

El final a toda orquesta de Alfonsín

       Ante ello los boys de Kissinger Associates le prepararon un final a toda orquesta, con una tormenta perfecta para el año electoral presidencial de 1989. Que comenzó en enero con un alucinante revival de la guerrilla, con la toma por el MTP del cuartel de La Tablada, liderado por Gorriarán Merlo. Operación que comenzó en 1987 con la creación de Pagina 12 por parte de Lanata y Verbistky, con aportes de Gorriarán Merlo, para confrontar con los alzamientos de ca-rapintadas, con la que le pusieron una escafandra informativa a los infelices integrantes del MTP que tomaron el cuartel. Con el cual, con masacrados, torturados. y desaparecidos, los militares durante unos días jugaron a mostrar la guerra sucia. Que luego permitió a Menem dictar sus indultos a los militares de alto rango procesados, entre ellos Suarez Mason, el impul-sor de la guerra contra Chile, quien había llevado a cabo el vaciamiento de YPF, y se había refugiado en EEUU. Y también a la cúpula guerrillera incluido Firmenich, que a esos efectos había hecho un aporte a la campaña de Menem. Luego a ello se sumó la crisis energética, con la que luego se justificó la privatización de sus empresas estatales, generada por el des mante-nimiento de las máquinas térmicas que había llevado a cabo el ministro Terragno. Quien vino desde Londres en 1987, para llevar adelante las privatizaciones prometidas en el plan Houston.

      A lo que se sumó la hiperinflación, desatada por la liberación del precio del dólar por el ministro Pugliese, quien hablo con el corazón y le respondieron con el bolsillo. Acompañada de la emisión continua de pesos efectuada por el joven ministro que hasta hace poco presidía la AGN, Jesús Rodríguez, para el retiro de los depósitos. A la par que mantenía oscuras transac-ciones con Bunge y Born, quien por entonces controlaba el comercio exterior, y así luego pasó a codearse con reyes y vivir de rentas toda su vida.

       Mientras que Clarín y otros grandes diarios informaban que el 40 % del circulante sería clandestino; resultando sospechoso que después los grandes bancos se dedicaron a comprar cambio, o sea moneda que la inflación había licuado hasta hacer su valor insignificante. Por lo que bien para agudizar la crisis financiera al máximo, se pudo haber hecho ingresar dinero falsificado. Lo cual no es una novedad en los conflictos, dado que los militares argentinos habían impreso en 1978 los escudos chilenos para ser usados en su demencial aventura contra Chile. Respecto la evolución del PIB per Cápita en relación con los otros países de la región, se verificó otra notable caída en el liderazgo argentino.

Menem

           Con ese final a toda orquesta de Alfonsín, el campo quedó arado para lo que venía a ha-cer Menem. Quien al mismo tiempo que para ganar las elecciones, prometía el salariazo y la revolución productiva, y recuperar las Malvinas a sangre y fuego, mantenía dilectas conversa-ciones con Kissinger, a través de su secretario, el geólogo Kohan; quien durante la dictadura se refugió en Venezuela y se conectó con el mundo del petróleo, los intereses Rockfeller, y Kissinger.

      Por esa razón al menemismo podría denominárselo la pax kissingeriana, dado que hizo todo lo que le reclamaba la OTAN. Cavallo como ministro de Relaciones Exteriores, lo primero que hizo fue firmar los Acuerdos de Madrid, que con el cuento del paraguas de soberanía, legalizó la ocupación británica y la instalación de una base al servicio de la OTAN allí. Y como muestra de su alianza con esta, con el que se ganó el título de aliado extra OTAN, Argentina participó marginalmente en la Guerra del Golfo I, abandonando su tradicional neutralidad.

      Una trampa similar a la de la guerra contra Chile por parte de Argentina, en la cual Sadam Hussein con un guiño de EEUU, que había sido su aliado en la interminable guerra contra Irán, invadió Kuwait, con quien mantenía una disputa por la explotación del petróleo. Y así Irak como agresor, por la reacción mundial, se convirtió en un paria internacional. Al que se le despojó sus enormes riquezas del petróleo, y se le abortó el plan nuclear que amenazaba la hegemonía atómica de Israel.

      Menem también se encargó de hacer desaparecer desde su raíz, el proyecto del misil Cóndor que amenazaba la base de la OTAN en Malvinas. Y de extirpar de las fuerzas armadas el espíritu malvinero liderado por el Cnel. Seineldin, forzando el absurdo levantamiento de este, durante la casual visita del presidente de EEUU Bush a Buenos Aires en 1990. A las que ade-más redujo a una mínima expresión, como para que no sean ni por asomo una amenaza a la base de la OTAN. E incluso las desarmó, con los contrabandos de armas a pedido de EEUU a Croacia,  que tenía un embargo de la ONU, y a Ecuador, país rival de Perú que había colabora-do activamente con Argentina en la Guerra de Malvinas. Y como si ello fuera poco, con el caso Carrasco en 1994, eliminó el servicio militar obligatorio, que deterioró aún más las capacida-des militares, y con el que se inculcaba un sentido patriótico a las nuevas generaciones, además de ser un nivelador social.

       En su primera etapa, Menem le dio el ministerio de Economía a la multinacional Bunge y Born, en base a vaya a saber que pactos preexistentes, a quien Perón denostaba como El Pulpo, y sus resultados no fueron nada buenos, y por eso duró solo cinco meses. Con un déficit primario de -3,7 %, y financiero de -7,8 % del PIB, la deuda pública en un 48 % del PIB, y la externa un 44 % del PIB. A la par que las hiperinflaciones se sucedían una a la otra, la pobreza trepó al 40 % de la población, y el PIB per Cápita se hundió al mismo nivel de 1968, 21 años atrás.

       Fue reemplazado a fines de 1989 por el opaco riojano González, quién respondiendo direc-tamente a los boys de Kissinger, de entrada se despachó con un plan Bonex; con el que, para abrirle paso  a la convertibilidad, incautó los depósitos bancarios a cambio de un bono en dóla-res a 10 años. De esa manera terminó con los encajes remunerados del Banco Central, que habían proliferado desde el emisionismo de Martínez de Hoz para afrontar las centenares de entidades financieras quebradas. Así en 1990 las cosas mejoraron un poco, con un déficit primario de -3,1 %, financiero de – 4,8 % del PIB, y la deuda pública reducida a un 27 % del PIB, y la externa un 24 % del PIB. Pero la pobreza trepó a un 41 % de la población, y el PIB per Cápi-ta volvió al nivel de 1967, 23 años atrás. Con una caída desde el pico de 1974 de un 21 %, con una tasa negativa del -1,6 % anual.

Cavallo, convertibilidad y plan Brady

      Con el terreno preparado de esa manera, a principios del año electoral  1991 Cavallo pasó a desempeñarse como ministro de Economía. Con su elenco de la Fundación Mediterránea como preparado al efecto, y su plan de Convertibilidad y Brady para la deuda bajo el brazo. Con los cuales igual que con el Plan Austral, fulminó la inflación, en este caso creando nuevamente el Peso, equivalente a 10.000 australes creado solo seis años atrás; sacando otros cuatro ceros, trece en total. De esa manera Menem ganó las elecciones legislativas de ese año, no obstante haber hecho todo lo contrario de lo prometido, por lo que antidemocráticamente declaró: si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie.

       La Convertibilidad y el Plan Brady, eran dos componentes unidos. Por un lado este último, conforme la receta de Kissinger, preveía la capitalización de parte de la deuda, a cambio de las privatizaciones de las empresas del estado y los activos públicos. Y la Convertibilidad era el estatuto para que los inversores extranjeros pudieran retirar la renta de ellas, que antes perci-bían como intereses. Para cual era indispensable un tipo de cambio muy bajo, similar al de Mar-tínez de Hoz, para que las tarifas locales pudieran ser módicas y pagables por parte de los argentinos. El que nuevamente generó un industricidio, continuando y agravando el de Martí-nez de Hoz, por la imposibilidad de competir localmente con la manufactura importada. A la par que Cavallo, para forzar la baja de precios, igual que hace hoy Milei, disponía una baja de aran-celes aduaneros. Pero selectiva para proteger a sus amigos, por ejemplo los Pagani de Arcor, sus socios en el quebrado Banco Hipotecario y Edificador de Córdoba. Con el cierre de fábri-cas, Argentina se transformó en una fábrica de pobres, con una pobreza creciente a partir de 1993, año en que llegó a un piso mínimo, superior a todos los anteriores previos a las crisis, del 20 % de la población. Llevando además así la Convertibilidad desde su germen la semilla de su muerte, porque el tipo de cambio bajo impide el equilibrio en el balance de pagos, y así fue necesario contraer nuevamente deuda externa para poder solventarlo.

Botín de guerra

      Con las privatizaciones a cambio de deuda, como si fuera un botín kissingeriano de guerra, Cavallo rifó las principales propiedades comunes de los argentinos. Comenzando por Aerolí-neas Argentinas y la naviera ELMA, que habían prestado importantes servicios logísticos du-rante la Guerra de Malvinas. Y los medios de comunicación radiales y televisivos, que pasaron los principales de ellos a pertenecer a los medios adscriptos a la OTAN, liderados por Clarín.

      También ayudado por los Kirchner, que enfrentaban problemas financieros en su provincia, privatizó YPF, señera en el mundo en la explotación estatal del petróleo. Convirtió en concesio-nes los contratos petroleros de Videla/Martínez de Hoz, ratificados por Alfonsín. Y rifó por mo-nedas de dólares los mantos petrolíferos argentinos, a la par que el precio del petróleo, con el objeto por parte de EEUU de colapsar la Unión Soviética y su saga, cayó a un mínimo de menos de 10 dólares el barril.

      Desguazó también irracionalmente la red ferroviaria, como para incomunicar al país. Y san-cionó la ley de la gran minería, acordando absoluta estabilidad tributaria y de servicios a di-chas inversiones por 30 años, cualquiera sea el precio del mineral. Dejando solo en las pro-vincias, además de la contaminación ambiental, un mínimo canon de menos del 2 % de su valor. Configurando un vaciamiento de ellas y el país, de sus recursos no renovables, sin que quede nada a cambio. Salvo un poco de trabajo y actividad económica asociada, lo que ahora se repetirá agravado con el RIGI.

La legalización de la obtención del botín

      Una pieza maestra para la legalización de todo esto, fue el rosquero jefe del bloque de la UCR, Jaroslavsky, amigo de Menem; quién con la excusa de la emergencia, lograba que los di-putados radicales votaran con el traste, dando quorum, lo que cuestionaban en sus discursos. Y si este no era suficiente, aparecían los diputruchos, como fue el caso descubierto en la vota-ción de la privatización de Gas del Estado. Y así también se aprobaron los Convenios Bilate-rales de Garantía de Inversiones, incluso con Inglaterra. Una simulación jurídica, dado que no existe tal bilateralidad, que por contrario ha arrojado ruinosas demandas contra Argentina.

      Otra pieza maestra fue Barra, un ex gerente de Legales de la constructora SADE, quién con sus trapisondas legales para renegociar contratos públicos, se jactaba de ser la gerencia más rentable de ella. No obstante, apenas asumió Menem lo designó vice ministro de Obras Públi-cas, ayudado por otro pícaro, Dromi. Y para asegurar jurídicamente esto, luego Barra paso a desempeñarse como ministro de la Corte Suprema, como integrante de la mayoría automática de la Corte que había logrado implantar Menem, con la ampliación de sus miembros de 5 a 9, y así logró nombrar diez jueces en ella a lo largo de su mandato de diez años. En donde Barra inventó el per saltum para evitar que la justicia inferior pusiera trabas a esas privatizaciones ruinosas y al galope, como la de Aerolíneas Argentinas.

      Luego tras la reforma de la constitución de 1994, Barra pasó a desempeñarse como ministro de Justicia, siendo el artífice de lo que se conoce como Comodoro Py, y los jueces de la servilleta de Corach. Dominando así la primera instancia penal y la tercera instancia de la Cámara de Casación, creada también por el menemismo kissingeriano, para asegurar su absoluta impunidad, dado que funcionaba en base al combustible de la corrupción. Finalmente Barra pasó a ser auditor en la AGN durante el mandato de De la Rúa, para ahora desempe-ñarse con Milei, pese sus denuncias contra la Cámara de la Corrupción, como Procurador del Tesoro.

Reforma constitucional y después

      En 1994 para lograr su reelección, Menem forzó la reforma de la constitución, hurgando con Arias, su ex procurador de Tesoro y ex ministro de Justicia, y luego auditor de la AGN, chan-chullos del radicalismo. Con la misma se consagró a los partidos políticos, hoy prácticamente inexistentes, como las instituciones fundamentales en el sistema democrático, dando origen a la casta. A la par que con el cuento de limitar el presidencialismo, lo impulsó, al legalizar los DNU y la delegación de funciones por parte del Congreso.

       Al año siguiente la crisis mexicana del tequila, mostró lo frágil que era la convertibilidad, precipitando una nueva ola de cierre de bancos y financieras. Que en la década menem/ cavallista sumaron otras 199 bajas, las que sumadas a las de los ‘80, totalizan 466 entidades quebradas. Dando un nuevo impulso al bi monetarismo argentino, donde los dólares se acapa-ran y se esconden, y los pesos circulan.

      No obstante Menem resultó elegido con casi el 50 % de los votos y la tortuosa formula del balotaje (+ 40 % y 10 % de diferencia). Gracias al denominado voto cuota, en una atmosfera de falso bienestar que como la morfina provoca el tipo de cambio bajo, donde lo importado resulta asequible a vastas capas de la población por lo barato.

      A mediados del año siguiente, Cavallo que mantenía aspiraciones políticas en conflicto con Menem, renunció. Durante su gestión el resultado fiscal primario osciló entre -0,9 % y 0,2 % del PIB, y el financiero entre -2,9 % y –1,7 % del PIB. Con una deuda pública del 19 % del PIB, y externa del 16 % del PIB. Mientras la pobreza había trepado al 27 % de la población, dejando como saldo durante su gestión un crecimiento aparente del PIB per Cápita del 4,5 % anual. Que en realidad era solo un rebote, al estar el mismo 4 % por debajo del  nivel correspondiente a 1974, cuando la pobreza era solo del 4 % de la población. Por lo cual en realidad, el PIB per Cápita había decrecido a una tasa del menos -0,2 % anual. Cavallo junto con el presidente del BCRA Fernández, firmaron tres acuerdos con el FMI, en 1991, 1992, y 1996, convirtiéndose además Argentina en el mejor alumno del FMI ante el mundo.

Di Tella y las relaciones carnales

     Tras el paso de Cavallo al ministerio de Economía, Di Tella que se desempeñaba como embajador en EEUU, se hizo cargo de la cancillería, puesto en el que duró hasta el final del mandato de Menem. Detenido durante la dictadura, gracias a la intercesión de Martínez de Hoz, optó por el exilio y se radicó en Londres, donde ejerció como profesor en Oxford. Y su gestión como canciller se distinguió por el sinceramiento de las relaciones carnales con EEUU e Israel, país que en la práctica es una base de la OTAN en Medio Oriente.

     Durante su gestión, se perpetraron las voladuras de la embajada israelí en 1992, y de la AMIA en 1994, hechos que nunca habían sucedido previamente en Argentina. Mas allá de quienes hayan sido sus autores materiales e intelectuales, ellos beneficiaron directamente a Netanyahu, en su enfrentamiento con el premier israelí Rabin, asesinado al año siguiente por un fundamentalista judío. Rabin fue el firmante de los acuerdos de Oslo, que preveía la solución de dos estados en Palestina, palestino e israelí, que hoy Netanyahu niega rotundamente, con sus aventuras en Gaza y el Líbano. Que cuentan con el abierto y total apoyo de Milei, y tienen su final abierto.

      Acorde con la tesitura británica y la OTAN en Malvinas de la autodeterminación de los isleños, la política de Di Tella fue la de seducción de estos, enviándoles tarjetas de navidad y ositos de peluche, bajo la premisa prefiero que los kelpers nos consideren boludos y no peli-grosos. También restableció los vuelos comerciales desde el continente hacia Malvinas, con origen en Chile, y concretó enredadas negociaciones por disputas de límites con este país. Finalmente, procesado por el tráfico de armas a Croacia y Ecuador, logró evadir la justicia declarándose insano e inimputable.

Fernández

       Tras su renuncia en el ministerio de Economía lo reemplazo el mismo Fernández, cuya ta-rea esencial consistió en renovar la deuda pública con canjes de deuda, y privatizaciones cada vez más tortuosas. Como la del  Correo Argentino a  favor de los Macri, la de los Aeropuertos a favor de Eurnekian, y el intento de hacerlo también con Canal 7 y el Banco Nación.

      A su vez con la venta de la acción de oro de YPF, posibilitó el copamiento de esta a media-dos de 1999 por REPSOL, una operación en la que la mojarra se comió al tiburón, por la dife-rencia de tamaño entre ellas. Que REPSOL costeó con un crédito internacional de u$s13.000. 000, al que pagó con el resultado de las exportaciones de gas natural, hacia donde el fluido gaseoso era diez veces más caro que el precio del que lo extraía de Argentina, principalmente Chile. Hasta agotar las existencias del mega yacimiento Loma de La Lata situado en Vaca Muerta.

        Esas lesivas exportaciones habían sido posibilitadas por la ley de privatización de Gas del Estado con el dipotrucho, y por los secretarios de Comercio e Industria, Schiaretti, Sánchez, y Guadagni, quienes respectivamente al mismo precio interno las autorizaron: Hacia Chile, con el cuento que este país nos proveería gas natural en el Sur, lo que nunca se concretó. Hacia Brasil, con el cuento que nos devolvería energía con la presa de Garabí, que nunca se concre-tó. Y hacia Uruguay, con el cuento que construiría depósitos subterráneos para devolvernos gas en invierno, que nunca se concretaron.  El preferir ser tomados por boludos en vez de pe-ligrosos de Di Tella, muestra en este caso toda su magnitud.

       En el año electoral de 1997, el menemismo perdió las elecciones por amplio margen, imponiéndose la Alianza con el 47 % de los votos. Como consecuencia del agotamiento de la magia de la convertibilidad, al que el real le decreto ese año la sentencia de muerte, al aban-donar la paridad de uno por dólar; sumado a las profusas denuncias de corrupción que aca-rreaba el gobierno; y una pobreza que en 1996 trepó al 31 % de la población.

        En el año siguiente, a la par de firmar un nuevo acuerdo Stand By con el FMI, para tratar de solucionar los insolubles problemas de la convertibilidad, Fernández inició una negociación con EEUU para ir hacia una dolarización, que este desalentó, similar a la que promete Milei. Los resultados fiscales en ese periodo, hasta 1999, oscilaron el primario entre -1,1 % y +0,2 % del PIB, y los financieros entre -4,5 % y -1,5 % del PIB. Mientras que el crecimiento del PIB bajó al 2,3 % del PIB. El resultado aparente de esa década menemista supuestamente dorada según Milei, es un crecimiento del PIB per Cápita del 3 % anual, que en realidad resulta esencialmente un rebote en un 80 %. Dado que el crecimiento del 24 % del PIB en la década, representa solo un crecimiento del 5 % en relación con el año 1974, 24 años atrás. Reportando en conse-cuencia un ínfimo crecimiento anual a lo largo de ellos del 0,2 % anual, muy por debajo del crecimiento vegetativo de la población.

De la Rúa

      La Alianza entre la UCR y el FREPASO peronista urdida por Alfonsín, consagró a fines de 1999 como presidente a De la Rúa. Derrotó al peronismo encabezado por Duhalde, sin obtener al 50 % de los votos, en base la tortuosa formula consagrada en la constitución de 1994. Y lo primero que hizo, en su afán de mantener una convertibilidad moribunda, con la cotización del real brasileño a 1,8 por dólar, fue extender con el ministro de Economía Machinea, el impuesto a las ganancias a la clase media que lo había votado.

      En la secretaria de Finanzas apareció Marx, quien después de ser el reiterado negociador de la deuda externa argentina, había pasado a ser socio de los acreedores en Darby (anagra-ma de Brady)  Overseas. Quien se dedicó a hacer retorcidos canjes de deuda, enajenando los bonos cupón cero garantía del Plan Brady. Y por su parte la nueva secretaria de Industria y Energía de la Nación, Giorgi, mostrando la continuidad con el gobierno anterior y con el si-guiente, dado que luego pasó a ser multi funcionaria durante el kirchnerismo, dispuso el permi-so automático de exportación de gas natural a favor de REPSOL YPF, con solo demostrar por parte de la empresa que tenía reservas para ello, aunque fueran fraguadas.

      El primer año del delaruismo no resultó auspicioso. Si bien logró un resultado fiscal positivo del + 0,8 % del PIB, y financiero de menos -3,3 % del PIB, la deuda pública subió al 36 % del PIB, y la externa al 24 % del PIB, mientras que la pobreza trepó al 33 % de la población. A lo largo del mismo Machinea mantuvo largas negociaciones con el FMI, que culminó a fines de ese año con el anuncio con bombos y platillos por parte del gobierno, del denominado Blindaje. Con el cual supuestamente se iban  a solucionar los problemas financieros y económicos de Argen-tina, pero cuya letra chica contenía la previsión de que en el año 2001 saldrían  u$s 20.000.000. 000 de Argentina, para el pago de la deuda externa.

El vaciamiento financiero del 2001 para el pago de deuda

     Del único lugar de donde podían salir esos u$s 20.000.000.000 era de las reservas de los bancos argentinos, pertenecientes a los ahorristas bancarios, que no estaban en poder de ellos, sino en el exterior en los grandes bancos extranjeros acreedores de la deuda estado-unidense, con el JP Morgan Chase de los Rockefeller a la cabeza.

      Como consecuencia de la disposición del presidente del BCRA Pou, que sucedió a Fernández, de que las reservas de los bancos (Requisitos Mínimos de Liquidez) del orden del 20 % de los depósitos debían depositarse en ellos. Como medida prudencial para enfrentar los desafíos de la convertibilidad y los depósitos constituidos en dólares, al no tener la posibilidad de emitir estos ante una corrida bancaria. Con el mismo objeto, había contratado con dichos mega bancos un seguro de liquidez mediante operaciones de pases contingente (REPO); por el cual a cambio de una importante prima, se comprometían a aportar liquidez para enfrentar una corrida de depósitos en dólares.

      Por su parte esos grandes bancos de EEUU, avizorando en 1999 una crisis de la convertibi-lidad que era insostenible con un real brasileño a 1,81 por dólar, por el desbalance que produ-cía en la balanza de pagos, que podía desencadenar un default de la deuda que afectaría seriamente sus balances, decidieron intra portas, quedarse con esos Requisitos Mínimos de Liquidez, y más un préstamo adicional del FMI, desprenderse de los bonos argentinos del orden de u$s 30.000.000.00 que tenían en su poder. Y de paso sacarse de encima ese contrato de seguro de liquidez. El plan se puso en marcha con la renuncia de Machinea en marzo del 2001, y el intento de De la Rúa de reemplazarlo por López Murphy. Quien provocativamente propuso arancelar las universidades, poniéndose así en contra de su base electoral radical, liderada por Franja Morada. De esa manera apareció como mejor alternativa Cavallo. Y para asegurar su nombramiento munido de plenos poderes previos, en base a facultades delegadas otorgadas por el Congreso, desembarcaron en Buenos Aires el trío de mega banqueros encabezado nada menos que por David Rockefeller (JP Morgan Chase), secundado por William Rhodes (Citicorp), y David Mulford (Crédit Suisse First Boston), cuyos anfitriones fueron los banqueros hermanos Rhon y Amadeo.

La vuelta de Cavallo

     Cavallo con su característica audacia al servicio de Kissinger y el grupo Rockefeller, se-cundado por el ex Citicorp Marx, cumplió su misión en contra de los intereses del país fiel-mente. Disimulada como lo había hecho en 1982, con una híper quinética actividad con planes de competitividad, y convergencia de la convertibilidad hacia una canasta de monedas, bla, bla, bla, que resultaba imposible con el real brasileño llegando ese año a 2,35 por dólar.

      Lo primero que hizo fue volar a Pou, firme defensor de los Requisitos Mínimos de Liquidez, de la presidencia del BCRA por mala conducta; y lo suplantó por Maccarone, un carcamán de la patria financiera del Rio Citicorp, ex patrón de Marx. Luego en base a los poderes delegados del Congreso, modificó la Carta Orgánica del Banco Central, permitiendo que las reservas o Requisitos Mínimos de Liquidez de los bancos se constituyeran con títulos públicos.

      De esa manera preparo el boquete por el cual, con su famoso Megacanje, los bonos de los mega banqueros en Nueva York ingresaron a las reservas de los bancos, y a cambio se quedaron limpiamente con los Requisitos Mínimos de Liquidez . Rescatando bonos por un valor nominal de USD 30 mil millones, a cambio de aumentar los pagos futuros en u$s 55.000.000. 000 con una tasa efectiva anual de entre el 18 y 23 %, propia de un estado en default.  Y tam-bién con él, rescató los bonos Brady que eran elegibles para concretar las REPO del seguro de liquidez del BCRA, zafando así también de estas obligaciones.

     A la par para supervisar esa mega maniobra, colocaron en el Banco Central nada menos que a un directivo del FMI, Mario Blejer. Además, consiguió más fondos del FMI, destinadas a esa maniobra de internalización de deuda externa a favor de mega banqueros estadounidenses, que no querían saber más con ella. Por un monto enorme en relación con los montos previos, alcanzando en el 2001 un pico histórico de u$s 8.200.000.000 de Derechos especiales de giros, equivalente entonces a casi u$s 11.000.000. 000;  siendo largamente superado recién en el 2018 por Dujovne, Caputo, y Sturzenegger.

     Además de haber sido el responsable en su anterior gestión, del endeudamiento previo con el fondo;  y para tratar de obtener aún más desembolsos del Fondo, llevándola hasta los u$s 22.000.000.000 configurando para ese entonces el mayor préstamo de su historia. En julio sacó, de apretada, Cavallo en el Congreso, con el cuento de esto o el fin del mundo, la ley de déficit o equilibrio fiscal que ahora quiere reflotar Milei. Pero a esa altura el FMI al que quiso atropellar de la misma manera que al Congreso, le dijo no va más, y ni siquiera lo recibió.

     Como remate de esa mega maniobra, seguidamente dispuso con un DNU que lleva la firma de Bullrich, un canje de los bonos del Megacanje que empapelaban las reservas de los bancos, por bonos con garantía de impuestos, que los bancos podían auto cobrarse. Y además como no contaban con efectivo mínimo para operar, principalmente en dólares, dispuso instaurar el corralito bancario.

      Esta fue la gota que llenó el vaso, sobre todo en las capas más carenciadas de la población, a las que dejo de llegarle dinero de mano. Y así se precipitaron las protestas de diciembre de ese año, que provocaron las sucesivas renuncias, como fichas de dominó, de Marx, Cavallo, y finalmente De la Rúa. Tras el intento de este de imponer el estado de sitio para contener las protestas, con saqueos de supermercados incluidos, igual en 1989.

      La crisis además se agravó sustancialmente, porque a la par de esa maniobra se produjo una corrida bancaria, con grandes retiros de depósitos. Que los bancos responsabilizaron a Carrió, por su informe de la Comisión de Lavado de dinero, la que en base a documentación aportada desde EEUU, contenía durísimos cargos contra Menem, Cavallo, y diversos ban-queros. Que era la excusa preparada para explicar el hurto de las reservas de los bancos argentinos, por parte de los mega banqueros de EEUU. Pero la que a su vez había sido solven-tada, conforme lo prueban los balances de los bancos, con un acelerado recupero o cance-lación de préstamos, que paralizaron notablemente la actividad económica, llevándonos así a la crisis terminal del 2001.

     Este fue el premio que nos deparó EEUU como socios  extra OTAN, por parte de nuestros gobernantes. Que según dijo Di Tella, preferían ser tomados como boludos y no como peligro-sos, a la inversa de lo que hacen las potencias en el mundo. Y así el resultado fiscal de ese año de Cavallo, el ministro admirado por Milei, fue de menos -2 % del PIB el primario, y de menos -7 % el financiero. Mientras que la deuda pública trepó al 45 % del PIB, y la externa al 27 % del PIB. Y a lo largo del periodo de De la Rúa, el PIB per Cápita cayo un menos -0,5 % anual, ubicándose así en el 2001 por debajo del de 1974, 27 años atrás. En cuanto la evolución del PIB per Cápita en relación con los otros países de la región, se verificó otra nueva caída en el liderazgo argentino.