EL
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
El
socialismo del siglo XXI, fundado por el comandante Hugo Chávez, fue la
plataforma ideológica y política que lo llevó al poder en 1999. A fuerza de
petrodólares, su movimiento intentó expandirse hacia Centroamérica y consiguió
generar fuertes vínculos con países como Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador,
reseña Infobae.
El
discurso de la revolución chavista siempre tuvo un enemigo: “el Imperio”,
representado por EEUU y el capitalismo. Desde que Hugo Chávez llegó al poder,
la retórica contra la potencia de América del Norte y contra toda la ideología
“neoliberal”, “imperialista” y de“capitalismo salvaje” se convirtió en un
argumento recurrente para justificar las injusticias del país, de la
distribución de la riqueza, excusas que calaron hondamente en los sectores
populares.
En
paralelo al discurso radicalizado anti EEUU, los principales colaboradores de
Chávez hicieron de la península de La Florida su paraíso terrenal para
desarrollar los peores vicios de la corrupción del modelo bolivariano: ser socialistas
en Venezuela y magnates en Miami, Wellington o Palm Beach.
Casto
Ocando es el autor de Chavistas en el Imperio, un libro revelador sobre la
doble moral del chavismo. “A lo largo de 14 años de revolución chavista, se
desarrolló una historia paralela a la estridente retórica antinorteamericana,
llena de paradojas, pactos secretos y negociaciones con el llamado ‘capitalismo
salvaje’, abiertamente reñidas con la ideología radical de izquierda profesada
por Chávez, que definió un estilo de doble estándar cuya vigencia continúa en
el postchavismo presidido por Nicolás Maduro”, dice el primer capítulo del
libro, recientemente publicado y disponible en versión impresa y electrónica.
En
una entrevista con Infobae TV, Casto Ocando contó que comenzó a escribir su
libro en 2010, “cuando trabajaba para el Miami Herald. Hasta ese entonces venía
acumulando información sobre las paradojas del socialismo del siglo XXI”.
Los
funcionarios chavistas mantenían su retórica anti EEUU mientras gestaban “una
relación con ese odiado imperialismo norteamericano”, destaca Ocando.
Caballos
de raza, aviones privados, propiedades en zonas exclusivas frente a la playa,
colecciones de autos de lujo, muebles europeos, viajes a destinos exóticos son
sólo algunos de los lujos que los socialistas venezolanos disfrutan cuando
salen del país.
El
libro detalla algunos casos con ribetes escandalosos, como el del militar
retirado Alejandro Andrade, un compañero de armas que fue condenado con Chávez
tras el golpe de 1992 y recibió el mismo beneficio del perdón presidencial que
habilitó el inicio de la carrera política que llevó al poder al bolivariano.
Alejandro
Andrade ocupó cargos menores que tuvieron muy malos resultados, según las
primeras auditorías del flamante gobierno de Chávez en 1999. Sin embargo, un
accidente cambiaría su vida para convertirlo en un magnate que participa con
sus propios caballos en los concursos de salto más prestigiosos de EEUU, con
residencia en el exclusivo condado de Wellington, donde se encuentran las propiedades
más caras de La Florida.
La
historia cuenta que Hugo Chávez jugaba en Miraflores a las “chapitas“, una
práctica de los niños en los barrios pobres de Caracas que consiste en utilizar
un palo de escoba como bate y las tapas de bebidas gaseosas como improvisadas
pelotas. El comandante bateó con fuerza una “chapita” que impactó directamente
en el ojo de Alejandro Andrade. El accidente le costó el ojo al ex militar y
Chávez se sintió culpable y en deuda con su compañero de armas. “Desde ese
momento, se convierte en el hombre de confianza y maneja las finanzas del
chavismo. Comienza a escalar y se transforma en el responsable de manejar el
Fondo Único Social, fue tesorero nacional”, explica el autor del libro.
A
partir de ese momento, el manejo discrecional del dinero le permitió comenzar
una vida “paralela” en EEUU, que hoy le permite contar con “un avión privado,
de entre 8 y 12 millones de dólares”. Mientras era responsable de los fondos
destinados para los más pobres de Venezuela, se compraba “una finca de caballos
especializada en Carolina del Sur… Todos los años patrocina a los jóvenes
jinetes de salto, porque su hijo es campeón en esas competencias”, detalla
Ocando, y asegura que el comandante Chávez ”antes de morir, le confió el
bienestar de sus hijos”.
Un
cable del Departamento de Estado filtrado por Wikileaks describió al ex militar
Alejandro Andrade como “miembro de una red de corrupción del gobierno
venezolano, encabezada por Diosdado Cabello (actual presidente de la Asamblea
Nacional)”.
Otro
de los notables representantes de la revolución bolivariana es Víctor Vargas,
que fue considerado “el banquero de Chávez” y construyó una inmensa fortuna
gracias a la “sociedad” que gestionó el fallecido presidente con algunos pares
regionales a los que les ofreció dólares a cambio de bonos soberanos.
Países
como Argentina emitieron bonos de deuda que compró Venezuela con sus
petrodólares, a tasas de interés bastante más altas que las que se podían
conseguir en el “imperio”. Con este “negocio”, el banquero Víctor Vargas ganó
millones de dólares en comisiones, ya que se ocupó de la emisión de bonos para
varios países “amigos”.
Vargas
eligió Palm Beach para desarrollar su pasión por el polo, deporte que practica
con entusiasmo. Los buenos negocios en Venezuela le permiten ser el dueño de un
equipo bautizado “Lechuza Caracas”, que suele jugar en el exclusivo Wellington.
Según
revela Chavistas en el Imperio, en 2005, Vargas y su esposa eligieron una
mansión con playa privada en West Palm Beach. Pagaron u$s33,6 millones por la
casa del bulevar South Ocean, pero no tomaron posesión inmediata de la obra
porque encomendaron su remodelación, que demandó un año de trabajo y unos u$s8
millones más.
Vargas
estaba en su mejor momento de relación con Chávez cuando en 2008 decidió
adquirir otra propiedad en la misma zona, por la que desembolsó u$s68,5
millones y está catalogada como una de las mansiones más caras del lugar.
La
fortuna del banquero del socialismo del siglo XXI puede oscilar desde los
u$s300 a los u$s3.000 millones, asegura el periodista que investigó los
negocios y contradicciones de la revolución con EEUU.
Funcionarios,
familiares, empresarios amigos, militares retirados son definidos como “la
aristocracia chavista, que va más allá de la europea por la cantidad de dinero
y su forma ostentosa de gastarlo”, dice el Ocando en InfobaeTV. Y concluye con
que “esta es la revolución que ha hecho la mayor cantidad de multimillonarios
de América Latina”.
Chavistas
en el Imperio es un libro que desnuda la “gran mentira” de la revolución, como
define el autor, porque deja en evidencia las contradicciones de un modelo
socialista que usó el discurso anti EEUU, mientras paralelamente sus
funcionarios realizan millonarios negocios personales con “el imperialismo yanqui”
que Chávez despreciaba.