Porqué la deuda a 100 años
de Macri es ruinosa e ilegal
Los bonos a cien años emitidos por el gobierno de
Cambiemos, con la tasa de interés pactada, es una operación ilegal y
absolutamente ruinosa para el país. Se pagaran 19.600 millones de dólares de
intereses, y arrojará una pérdida a valor de hoy de 2.286 millones de dólares.
Además viola la Ley de Presupuesto 2017 y la Ley de Administración Financiera del
Estado. Su verdadero motivo: una ofrenda a los acreedores externos para que suban la
calificación del Argentina que finalmente no sucedió.
Por Javier y Lázaro Llorens
Parafraseando la famosa novela de Gabriel García
Márquez, el endeudamiento a cien años dispuesto recientemente por el Gobierno
de Cambiemos, es una obra de realismo financiero mágico, que reportará 100
años de iniquidad para la Argentina. El que además de ser ruinoso en
términos financieros, es ilegal.
Para comenzar, por su cuenta de la red social
Twitter, el ministro de Finanzas Luis Caputo informó que para la colocación de
esta deuda a 100 años, el Estado argentino había recibido ofertas por 9.750
millones de dólares. O sea 3,5 veces más de los 2.750 millones colocados. Hecho
que revela el enorme interés por parte de los inversores por captar este
negocio, en un país categorizado pesimamente por la banca como “de frontera”,
y no obstante se abalanzaron sobre él.
Caputo
anunciando el endeudamiento por Twitter
Claro que esos 2.750 millones de dólares, son un
monto nominal. Dado que descontando su precio, comisiones y gastos, el gobierno
argentino lo colocó a un 89,9 % de su valor. O sea que en realidad, Caputo
recibió en dinero contante y sonante sólo 2.472 millones de dólares. Es decir
280 millones de dólares menos. Unos 4600 millones de pesos. Cifra no menor.
A la par, el ministro Caputo se comprometió a
pagar un interés del 7,125 % anual. Pero no sobre el dinero neto que realmente
recibió, esto es 2.472 millones de dólares, sino sobre el monto nominal. Esto
es 2.750 millones. Con lo cual, la tasa de interés o rendimiento real, es de
7,93 %.
Pero además, como el pago se realizará mediante dos
cupones semestrales, esto aumenta unos puntos más la tasa de interés. De esta
manera, lo que los banqueros llaman la “Tasa Efectiva Anual” (TEA) de
los bonos a 100 años, es realidad en del 8,08 %. La que para que no causara
alarmas, fue maquillada para que pareciera cercana al 7 % anual.
De esa manera, a lo largo de cien años, nuestros
hijos, nietos y bisnietos pagarán a los banqueros externos 19.600 millones de
dólares de intereses. Que sumados al pago de capital en la cuota 100, da un
total de 22.350 millones. Nueve veces más al monto neto recibido (2.472 millones
de dólares) que los prestamistas recuperarán en los primeros trece años,
quedándole 87 años de renta.
El
presidente Macri y su ministro de finanzas Caputo
Por día, los intereses de la deuda o servicios
serán unos 540 mil dólares, durante ¡36.500 días! Representando al cambio
actual (16,5 pesos) uno 3.233 millones de pesos anuales. El equivalente al
importe que el Gobierno destina mensualmente a la Asignación Universal por Hijo
(AUH). O sea a lo largo de los cien años, los inversores externos se llevaran 8,3
años de AUH. Cifra que además representa casi nueve millones de pesos por día,
con el que se podría dar solución a 18 viviendas económicas por día, durante
36.500 días.
El costo de oportunidad
Para los que saben de finanzas, lo descripto
anteriormente representa el aspecto superficial de la operación. La matemática
financiera permite hacer análisis más profundos y concluyentes sobre la
conveniencia o no de una operación financiera.
Uno de ellos es llamado “costo de oportunidad”. Esto
es “el costo de la inversión de los recursos disponibles a costa de la
mejor inversión alternativa disponible o el valor de la mejor opción no
realizada”.
En este caso, “el costo de oportunidad” es
el costo de invertir un dinero a una tasa en moneda dura al 8,08 % anual, cuando
en el mundo los bancos pagan a los ahorristas tasas inferiores al 2 % anual. Y
en algunos casos, como en Japón, existen tasas negativas de interés, donde el
banco paga un interés al que toma un préstamo.
Respecto la potencia financiera intrínseca de esta
tasa, se la puede dimensionar con la clásica leyenda o problema del tablero de
ajedrez y el grano de trigo. Esta dice que, comenzando con uno solo grano, si
se llenaran los 64 casilleros del tablero de ajedrez, duplicando la cantidad
del casillero anterior, se necesitarían 9,2 trillones de granos de trigo
-millones de millones de millones- para llenar todo el tablero. Esto es más de
22 mil cosechas mundiales de trigo, que recién se alcanzarían con doscientos
veinte siglos de historia moderna.
La leyenda
del tablero de ajedrez
El coeficiente exponencial empleado en la leyenda
del tablero de ajedrez es 2. Si fuese de 1, solo bastarían 64 granos de trigo
para llenar el tablero. De esta manera, entre 1 y 2 no parece haber casi
diferencias, pero obrando como exponentes en 64 casillas o periodos, las
diferencias son de trillones. Por ejemplo, si se tratara de obtener una sola
cosecha mundial de trigo, de 700 millones de toneladas, el coeficiente
necesario para llegar a esa enorme cantidad a través de los 64 casilleros no
sería 2, sino solo 1,65.
Y si se tratara de obtener la cosecha argentina de
este año que es de 18 millones de toneladas, el coeficiente bajaría a 1,56.
Esta es la magia financiera del interés compuesto y la usura, que hoy está
expoliando al mundo, que se aprovecha la extrema sensibilidad que tienen los
coeficientes exponenciales, para con variaciones aparentemente poco
significativas, generar enormes cambios y ganancias al final del proceso.
El caso de la deuda a un siglo contraída por Caputo,
con una Tasa efectiva Anual del 8,08 %, su coeficiente es 1,08. Esto arroja que
si un inversor reinvierte, todos los años lo que cobró el primer año de
intereses, o sea 196 millones de dólares, al finalizar los 100 años, sus
herederos contarán con 429.580 millones de dólares. O sea 2.192 veces más que
el capital original invertido que era de 196 millones.
Como se puede ver en el gráfico expuesto abajo, el
crecimiento de esa inversión comienza a ser notable a partir de los 40 años.
Siendo esta una de las principales razones por la que los bonos a largo plazo
de todo el mundo no suelen superar las cuatro décadas. Concretamente a los 9
años, ese inversor habrá duplicado su inversión, llegando a los 400 millones de
dólares. Y a los 35 años, la habrá multiplicado catorce veces, obteniendo asi
2.750 millones de dólares, o sea el capital nominal del préstamo en cuestión,
partiendo de un solo cobro de intereses en el año 1, de 196 millones de
dólares.
Las
ganancias según el costo de oportunidad
Esto bajo el supuesto de que un solo solo
inversionista comprara todos los bonos y los vendiera al año siguiente,
obteniendo así los 196 millones de dólares de renta, recuperando todo el
capital invertido. Pero si los conservara y todos los años reinvirtiera lo
cobrado en intereses año a año, al 8,08 % anual, en el año 100, tendría la fortuna
personal mas grande del mundo, de 5,75 billones de dólares
(5.746.492.000.000) 2.325 veces mas que lo invertido, equivalente a mas
de un tercio del PBI actual de Estados Unidos: Haciendo honor así al
refrán que dice que la plata llama la plata, que explica la enorme concetración
de la riqueza y desigualdad exstente en el mundo.
La pérdida a valor actual
Otro instrumento con que cuenta la matemática
financiera para evaluar una operación de inversión, es el cálculo del “Valor
Actual”. Simplificadamente este es el valor que tiene un activo o una
obligación de pago futuro, sacándole los intereses que ella contiene, empleando
para ello una determinada tasa de descuento. Por ejemplo, un compromiso de pago
a un año de 1.000 dólares, con una tasa de “descuento” del 10 %,
tiene un valor actual de 909 dólares (1.000/1,1) y así sucesivamente año a año.
En la siguiente infografía se exponen los
resultados del cálculo del Valor Actual (barras en rojo) de los pagos de la
deuda a 100 años por 22.350 millones de dólares, comprometidos por el Gobierno,
con tasas de descuento que oscilan entre 2,3% y 5,75%. Que es el entorno del
interés que pactaron otros países que emitieron deuda a cien años. Y también el
Valor Actual Neto (barras verdes) que consiste en restarle al Valor Actual de
los pagos futuros por u$s 22.350 millones, el préstamo neto recibido por
Argentina que es, como dijimos, de 2.472 millones de dólares.
Los resultados de esas comparaciones son apabullantes.
El Valor Actual de los pagos futuros, arrojan montos desde menos 7.798 millones
de dólares con la tasa de los bonos de Bélgica 2016 (2,35 %) hasta menos 3.405
millones con la tasa de México 2010 (5,75 %). Y en consecuencia el Valor Actual
Neto, es decir deduciendo los 2.472 millones de dólares recibidos en préstamo,
representa una pérdida para Argentina de entre menos 5.318 y menos 925
millones de dólares. Es decir entre un 214 % y un 37 % de lo tomado en deuda,
según se tome uno u otro extremo.
Además, en la infografía, resaltado con bordes en
rojo, se ha tomado una tasa de descuento del 3,3 % anual, que representa el
supuesto crecimiento del PBI de Argentina previsto por el actual Gobierno a
largo plazo. Junto a una tasa del 4 %, que fue la que otorgó México por otro
préstamo a cien años en euros en el 2015. Y una del 4,08 %, correspondiente a
la tasa promedio de la deuda en dólares a diciembre de 2016, informada por el
ministerio de Finanzas argentino.
En este caso, con la tasa 3,3% (PBI argentino) los
pagos de la deuda a 100 años de Macri arrojan un Valor Actual de menos 5.817
millones de dólares. Y un Valor Actual Neto de menos 3.337 millones, si se
deduce el préstamo recibido. Esto es una pérdida equivalente al 135 % del monto
recibido en préstamo.
Lo propio pasa si se toma la tasa del 4 % de México
2015. En este caso, el Valor Actual de los pagos de la deuda trepa a menos
4.858 millones de dólares. Y en consecuencia su Valor Actual Neto es de menos
2.378 millones. O sea una pérdida de 96 % de lo recibido en préstamo.
Finalmente, tomando la tasa promedio de Argentina
en dólares del 4,08 %, que sería la más representativa para el análisis, el
Valor Actual de los pagos futuros trepa a menos 4.766 millones de dólares. Y el
Valor Neto a menos 2.286 millones de dólares. El equivalente al 92 % de lo
obtenido en préstamo.
Es decir, que con cualquier tasa de descuento que
se tome, el Valor Actual Neto del endeudamiento a cien años del ministro Luis
Caputo, arroja millonarias pérdidas para Argentina, que razonablemente
se podrian cuantificar en el orden de entre 2.378 y 2.286 millones de dólares.
Y además existiría el peligro, según versiones que
han trascendido respecto las claúsulas del pago anticipado de estos bonos en
base a su Valor Actual, que este sería el sobreprecio que habría que pagar, si
algún gobierno intentara sacarse de encima esa hipoteca a cien años. Concretada
por el ex ejecutivo del JP Morgan y Deutsche Bank, el ministro de Finanzas Luis
Caputo, quién de esta manera habría puesto un candado para que ella se cumpla
enteramente, en contra de los intereses del país.
Fuera de la ley
Además de estos perniciosos resultados financieros,
según el licenciado en Administración Giuliano, la deuda a 100 años de Macri y
Caputo “no cumple con los requisitos legales básicos de la Ley 27.341 de
Presupuesto 2017, ni de la Ley 24.156 de Administración Financiera del Estado”.
Como primer punto, Giuliano denuncia que sobre los
bonos que el ministro anunció por Twitter, y que pagaran las futuras
generaciones, no se han publicado su documentación ni su prospecto de emisión.
Todo es secreto. Con la cual, una vez más, la supuesta trasparencia del
gobierno evidencia ser solo retórica. Ya que tampoco a brindado a lo largo
del mismo, detalle alguno de los bancos intervinientes en las
licitaciones públicas de colocación de deuda, pese diversos pedidos efectuados
en tal sentido. Como si los prestamistas de Argentina fueran un secreto de
Estado.
Héctor
Giuliano
Tampoco se conoce la finalidad con que el gobierno
van a usar estos 2.472 millones de dólares. Unos 40 mil millones de pesos. Casi
lo que cuesta la millonaria y polémica obra del Soterramiento del Tren
Sarmiento a cargo de Odebrecht y Iecsa, cuyo contrato detentaba el primo
hermano Angelo Calcaterra Macri, cuyo costo ronda los 3.000 millones de
dólares.
El anuncio oficial se limita sólo a decir que: “esta
operación se enmarca en el objetivo del Gobierno Nacional de asegurar el
financiamiento en las mejores condiciones posibles para el crecimiento de la
economía y la generación de empleo”.
Con lo cual, lleva a suponer que será para
financiar gastos corrientes y solventar el déficit fiscal. Gran tótem de este
gobierno. Destino que, según Giuliano, “está vedado por la Ley 24.156 de
Administración financiera del Estado, que en su artículo 56 dice expresamente
que se prohíben las operaciones de crédito público para financiar gastos operativos”.
Además, este nuevo bono externo, no está previsto
en la Ley 27.341 de Presupuesto 2017, que en su artículo 34 sólo autoriza la
realización de operaciones de crédito público según la planilla anexa a dicho
artículo. Y en ella no figura este endeudamiento. Normativa que a su vez está
ceñida por la Ley 24.156 de Administración Financiera del Estado, que en su
artículo 60 establece taxativamente, que no pueden contraerse operaciones de
deuda fuera de la Ley de Presupuesto anual, o Ley Especial al respecto.
Por último, la centenaria deuda de Macri, tampoco
tiene opinión del Banco Central como marca la Ley. Y trasgrede la Ley 24.156
que exige que en todas las colocaciones de Deuda Publica se cubran requisitos
de “eficiencia” y “eficacia en la obtención y aplicación de los recursos
públicos”.
Con lo cual, para el licenciado Giuliano, todo está
quebrantamientos de las normas, son muy graves. Incluso para los propios
inversores. “Según el artículo 66 de Ley 24.156, las operaciones de
crédito público realizadas en contravención a las normas dispuestas en la
presente ley son nulas y sin efecto, sin perjuicio de la responsabilidad
personal de quienes las realicen” advierte el licenciado en Administración.
“Maniobras irregulares de este tipo – en pleno año electoral – ponen cada
vez más en evidencia la crítica situación real de las cuentas públicas de la
administración Macri y su grado de corrupción financiera frente a la crisis
insoluble de Deuda Perpetua en que está metida la Argentina” concluye.
Los motivos de este nuevo
“Empréstito de Baring”
De esta manera, los bonos a 100 años de Macri, para
muchos, son un nuevo “empréstito de Baring”. Primer préstamo externo que
tomó Argentina hace más de 200 años, con la casa Baring Brothers, por un millón
de libras esterlinas de la mano del presidente Rivadavia en 1824, asesorado por
banqueros ingleses. Esta deuda externa se convirtió en la primera gran estafa
al joven Estado argentino. Se hizo a cambio de que Inglaterra reconociera
nuestra independencia, y terminó siendo el primer gran condicionante de nuestra
economía, con la hipoteca de las tierras públicas que luego fueron distribuidas
a favor de grandes latifundios, deparando la deforme tenencia de la
tierra que ha signado a la economía argentina.
Supuestamente el préstamo era para construir un
puerto, fundar ciudades, y dar agua corriente a Buenos Aires. Pero ni se
construyó el puerto, ni se puso un solo caño, ni se fundaron ciudades, y se
pagó catorce veces su monto, hasta cancelarla en el siglo siguiente, en 1904.
Bono de
la Baring Brothers tomado en 1824
200 años después, este nuevo endeudamiento eterno,
se realizó en momentos en que el gobierno de Macri, acuciado por el déficit
fiscal y la necesidad de dólares, pretendía que el banco Morgan Stanley
recategorizara crediticiamente a Argentina, pasándola de país “de frontera”
a país “emergente”. Cambio que implicaba una baja en la tasa de riesgo
país, y una posible llegada de inversiones extranjeras directas.
Que finalmente no se dio porque el banco Morgan Stanley tiene dudas respecto “la
irreversibilidad de los cambios relativamente recientes”. Entre ellos el de
este endeudamiento ruinoso e ilegal.
Razón por la cual esta inusitada operación
evidencia ser una desesperada ofrenda o soborno, dirigido a la gran banca internacional,
con el infructuoso objeto de lograr que Morgan Stanley fuera condescendiente
con la calificación financiera del país. “Pareciera ser un intento de último
momento para cubrir requisitos o condiciones frente a los capitales financieros
del Club o Partido de la Deuda para adecuar sus sobre-tasas de interés en las
futuras operaciones de endeudamiento” explica Guiliano para concluir.
En esta era donde la avaricia ha sido sustituida
por la codicia, el principal instrumento para la expoliación de los países y
las familias, son las matemáticas financieras y sus impactantes efectos. Por
eso, su conocimiento, como si fueran iniciados esotéricos, solo lo detentan
quienes viven del préstamo y la usura. Y lo padecen los pueblos que la
desconocen enteramente, y cuyos dirigentes se corrompen ante ella.
Algo que en Argentina viene pasando hace 200 años,
acarreando una gran inequidad social, y parece que seguirá siendo así
durante cien años más. En una democracia cada vez mas degradada, dado que hasta
la última dictadura militar, cada endeudamiento o empréstito por parte del
Estado, debía ser aprobado expresamente por el Congreso. El que desde 1983 ha
defeccionado enteramente en su obligación del articulo 75, inciso 7 de la
Constitución, “arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la
Nación”.-
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Sobre el Autor
Investigador
en temas económicos y jurídicos | Asesor de la Comisión de Investigaciones del
Senado de la Nación | Asesor Legislativo | Co-autor del libro: «La Argentina
Robada»