Caso Maldonado: El general Lanata en su campaña contra los “indios”,
responsabilizó a Gendarmería
Como un Julio Argentino Roca moderno, el periodista
estrella del Grupo Clarín salió de campaña contra los “indios”, en tres
emisiones distintas en su programa de televisión PPT. Logró escrachar algunas
picaros caciques del interior ignoto, pero en la entrevista con el lonko
Facundo Jones Huala, fue reiteradamente derrotado semánticamente, lo que lo
sacó varias veces de quicio. Finalmente, reconoció que la Gendarmería sería
responsable de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, cometiendo un
grave furcio al respecto. Además de tratar de hacer un control de daños por
parte del Gobierno ante el caso, la campaña de escrache desplegada por el
general Lanata favorece los intereses latifundistas de Benetton, ante el
próximo vencimiento de la ley de emergencia de tenencias de tierras por parte
de los “indios”.
Por Lea Ross | @LeandroRoss – 10/9/2017
Como
un emulo moderno del general Julio Argentino Roca, quien comandó la denominada
“Campaña del Desierto” en 1878 para apoderarse de tierras en manos de
indígenas, el periodista estrella del Grupo Clarín Jorge Lanata viene sacando
hasta el momento tres emisiones de su programa de televisión Periodismo Para Todos
(PPT) contra la causa mapuche en reclamo de las tierras patagónicas, y
burlándose de la figura del indígena en nuestro país.
Su
principal hazaña, donde uso toda su artillería, fue en la famosa entrevista con
el dirigente Facundo Jones Huala, líder de la organización mapuche Pu Lof en
Resistencia, ubicada en el departamento Cushamen en la provincia de Chubut.
Quien actualmente está detenido en la comisaría de Esquel, esperando si será
extraditado o no a la República de Chile, donde se lo acusa de haber perpetrado
hechos de violencia.
Desde
entonces, su programa televisivo viene tratando de funcionar como un contrapeso
contra la campaña de aparición con vida de Santiago Maldonado, el joven de 28
años que se solidarizó en un corte de ruta con los mapuches que fueron
desalojados por Gendarmería, y desde entonces se desconoce su paradero.
Cumpliéndose
ya un mes de la desaparición sin rastro de Maldonado, desde distintos puntos
del país se viene librando toda una serie de repudios, rechazos y
movilizaciones contra la gestión de la ministra de seguridad Patricia Bullrich.
De la que viene sacando provecho el kirchnerismo, sabiendo el costo que
significa para un gobierno democrático de turno, cargar con un desaparecido.
Allí
es donde entra Jorge Lanata para emprender la tarea de desviar el eje, y lanzar
su caballería mediática a una campaña contra los aborígenes, especialmente
mapuches, escrachándolos ante la sociedad, y así poner un freno a posible
intento de ascenso electoral por parte de la Unidad Ciudadana K.
Campaña roquista en tres emisiones
La polémica entrevista con Jones Huala fue bajo el
pedido del mismo, debido a que en la emisión del 6 de agosto de
Periodismo Para Todos se realizó entre otros, un informe de 20 minutos sobre la
agrupación denominada Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), sindicada de
organizar distintos hechos de violencia en la Patagonia, definiéndola en el
zócalo como “La organización armada mapuche que preocupa
al Gobierno”.
Entre
los damnificados por los ataques del RAM, figuran los empleados de la estancia
de Luciano Benetton, el magnate de la industria trasnacional textil y el mayor
latinfundista de Argentina, quien tiene en sus manos un total de 900.000
hectáreas en suelo argentino. En esas tierras, dedicadas a la cría ovina, se
producen 1.300 toneladas anuales de lana, que se exportan a Europa para la
fabricación de vestimentas de calidad.
Dentro
de ese informe, se incluyó una nota al dirigente indígena Jones Huala, quien
asevera que Benetton ocupó tierra de sus ancestros, en particular en la región
de Cushamen, con la Estancia Leleque, que se calcula que la tercera parte de
dicha localidad fue apoderado por el empresario italiano. La entrevista
completa duró una hora, pero se redujo a solo dos minutos dentro del informe.
Fue así que pidió un segundo reportaje al denunciar que fue “recortado” de
manera malintencionada.
En
la entrevista tampoco quedó claro cómo es la relación actual entre Jones Huala
y el RAM, quien reconoce que había integrado la agrupación. Su hermano,
Fernando Jones Huala, quien reclama por su liberación, había sentenciado que él
no es ni siquiera el líder de la organización, a pesar de los títulos de varios
medios de comunicación.
Con
la promesa de realizar una entrevista más extendida y sin recortes, Lanata
decidió viajar a Esquel para realizar en persona la nota. Sin mencionar
que la entrevista formaría parte de la emisión del 27 de agosto, con lemas como
“La guerra de la tierra” y “De quién es la tierra”. Pero no para profundizar la
problemática del acceso de la tierra, y la extranjerización y concentración de
la misma. Sino que ella estaría solapa con otros casos puntuales de supuestos
negociados, que serían aprovechados por supuestos indígenas, muy lejos de las
actividades comunitarias que proclama Jones Huala.
Uno
de ellos es un caso en Tucumán, en donde una comunidad indígena habría sido
“inventada” por un sacerdote y un abogado, para evitar la expropiación de
tierras por parte del estado tucumano. Un segundo caso en Salta, donde
productores agropecuarios denuncian que su finca es ocupada por un grupo de
personas, que se hacen pasar también falsamente como una comunidad indígena.
Y
un tercer caso en Neuquén, donde una comunidad mapuche también estaría ocupando
una finca de productores fruticulturas y ganaderas. El informe asegura que
estaría liderada por un cacique que tendría intereses en el negocio
petrolífero.
Para
este tercer caso, el informe se amparó en una denuncia presentada por el
diputado macrista Leandro López. Por ende, parte del trabajo realizado por PPT
sobre falsos indígenas y estafadores, fue aportado por el bloque oficialista
Cambiemos.
Es
así que al solapar la entrevista extendida de Jones Huala, con estos casos de
supuestos delincuentes que flamean la bandera de la wiphala, propios de la
picaresca argentina, el programa televisivo apelo al método inductivo para
llevar a la conclusión que Jones Huala formaría parte de una escuadrilla de
estafadores, con la diferencia en que utiliza métodos de índole terrorista,
como lo planteó la emisión anterior sobre el RAM.
Sin
embargo, a la hora de analizar los detalles de aquella entrevista, conformada
por sucesivos campos de batallas discursivas, se muestra una derrota tras otra
a los planteos del famoso conductor del programa. Llegando incluso en su pico
máximo a reconocer que Gendarmería fue quien desapareció a Santiago Maldonado,
primero negando que fuera de manera forzosa. Y después, sin tener el valor de
reconocer explícitamente su error, que es viable que las fuerzas que están al
mando de Bullrich pudieron haberlo hecho tal como lo establece el Código Penal.
Seguidamente,
aprovechando los incidentes del viernes pasado en plena movilización por
Santiago Maldonado en la ciudad de Buenos Aires, PPT realizó una tercera
emisión, emitida el 3 de septiembre, bajo el título de “El Agite del Odio”.
Donde Lanata editorializó sobre los sucesos aseverando que detrás de esto
estaba el kirchnerismo, sin ofrecer ninguna prueba al respecto.
Luego,
expuso un tercer informe sobre los mapuches, esta vez sobre los distintos
hechos de violencia ocurridas en Chile, aseverando que los más radicalizados
fueron entrenados por el grupo guerrillero FARC, según presupone un ex fiscal
chileno, rellenándolo con registros de archivo sobre las actividades de la
organización armada colombiana. Aun así, el zócalo tomó esta opinión como una
verdad inobjetable.
Después,
un segundo informe fue dedicado a Santiago Maldonado, exponiendo la última
trayectoria que realizó desde su vivienda en Esquel hasta su llegada al corte
de ruta. Y finalmente, la emisión terminó con el bloque humorístico llamado The
House of Grieta, una suerte de sketch escolar, donde pretendió hacer una serie
de burlas a las figuras de Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri,
apuntando a que la primera es una delincuente inescrupulosa, y el segundo solo
un mal hablado.
En
este sketch también introdujo a un imitador de Jones Huala, aseverando que la
casa donde conviven los dos personajes mencionados le pertenece a él, porque
pertenecería a sus ancestros, según un guión casi infantil. Y cuando los
personajes optan por exiliarse a la Patagonia, el falso Jones Huala les recrimina
que la Patagonia también es de él.
Allí
se observa incluso como el supuesto mapuche incauta billetes que en el living
de Cristina. E incluso, decide ayudar a la ex presidenta para hacer creer a la
sociedad que es una defensora de las causas indígenas, aprovechando la
influencia de los medios progresistas. En este caso, del “Pasquín 12”, en obvia
alusión a Página/12 y al resto de los medios afines al kirchnerismo.
Es
decir, el sketch es una suerte de continuación a lo que fue la emisión
anterior, asociando la figura del indígena que reclama por sus tierras, con la
de pícaros codiciosos flojos de papeles.
Detrás
de estas tres emisiones de PPT, sacándole el jugo a los distintos momentos de
violencia que se vivieron en la Capital Federal y en el sur del país, se
esconden altos intereses, que tienen que ver tanto con la cuestión electoral,
como la cuestión económico financiera que vive en el país. Y para eso, se
requiere retornar a un discurso remoto, en los confines del siglo XIX, donde se
emparentaba al indio como un símbolo de la barbarie y del freno al progreso.
Pero
precisamente, al ser un discurso no acorde a nuestros tiempos, solo puede caer
bajo su propio peso al contrastarse en un debate con otro de pensamiento
diferente. Por eso, la extensa entrevista con Jones Huala, fue una derrota tras
otra para Lanata, con confusiones de términos básicos e imprecisiones
legales, que traslucen las intenciones de sus operaciones de prensa.
La concepción del indio según Lanata
En
dicha entrevista, el periodista le dejó planteado a su entrevistado, su
posición al concepto de “indio”, término que se remonta desde la llegada de los
europeos al Nuevo Continente y que estuvo muy latente en el siglo XIX en plena
conformación del Estado Moderno, de la mano de la Campaña del Desierto del
General Roca.
En
lugar de fundamentarlo en base a un planteo lingüístico preciso o histórico, no
tuvo mejor idea que defender esa definición por el simple hecho de que “siempre
los llamó indios” y sin importarle si está bien dicho o mal dicho. Demostrando
su profundo desinterés sobre este tema:
-Jones
Huala: Occidente siempre tuvo prejuicio con nosotros.
-Lanata: Yo no tengo prejuicio con ustedes.
-Jones Huala: ¿Qué somos nosotros para ustedes?
-Lanata: Yo a ustedes no les digo ni siquiera pueblos originarios.
-Jones Huala: ¿Por qué?
-Lanata: Porque me parece una cosa culposa de clase media que nunca les dieron bola y entonces les dicen “Ah, son pueblos originarios”.
-Jones Huala: ¿Y qué somos entonces?
-Lanata: Yo los llamé indios toda la vida.
-Jones Huala: Nosotros no somos indios.
-Lanata: No me importa si esta bien dicho o mal dicho. Para mí, eso no es ser menos. Es indio. Así como el negro es negro, el blanco es blanco, el verde es verde… Somos todas personas.
-Lanata: Yo no tengo prejuicio con ustedes.
-Jones Huala: ¿Qué somos nosotros para ustedes?
-Lanata: Yo a ustedes no les digo ni siquiera pueblos originarios.
-Jones Huala: ¿Por qué?
-Lanata: Porque me parece una cosa culposa de clase media que nunca les dieron bola y entonces les dicen “Ah, son pueblos originarios”.
-Jones Huala: ¿Y qué somos entonces?
-Lanata: Yo los llamé indios toda la vida.
-Jones Huala: Nosotros no somos indios.
-Lanata: No me importa si esta bien dicho o mal dicho. Para mí, eso no es ser menos. Es indio. Así como el negro es negro, el blanco es blanco, el verde es verde… Somos todas personas.
Hay
que decir que hay una permanente discusión actual entre comunidades y pueblos
sobre el uso de la palabra “indio”, al igual que “negro”. Ya que según esa
perspectiva, definirse como “indio” o “negro” también es una forma de
reivindicación frente a un sistema de opresiòn y racial que todavìa seguiría
latente.
Sin
embargo, no parece ser el caso de Lanata. Ya que en el transcurso de la
entrevista, que veremos a continuación, distintos tramos de la misma han
demostrado tener varios descuidos conceptuales y de una enorme carga de discriminación,
aun cuando lo niegue.
Jones Huala reprochó a Lanata porqué no
habla de Economía
La
entrevista comenzó con el entrevistado recalcando que sus declaraciones no
fueron expuestas como quería en la entrevista anterior. De allí, la discusión
fue rápidamente a un desliz sobre el panorama económico del país, en
comparación con lo que fue en diciembre del 2001:
-Jorge Lanata: Vos lo que necesitas que no
desvirtué tus declaraciones. Pero yo no necesito hacerlo. Si vos decís cada
barbaridad, como que no tenes problemas de usar la violencia, que estas en
contra del capitalismo…
-Jones Huala: ¿Y eso es una barbaridad?
-Lanata: Bueno, para el televidente que esta mirando…
-Jones Huala: Bueno, para sus patrones también. Pero cuando estaba (dirigiendo el diario) Página/12 no decía eso.
-Lanata: Yo decía eso, sí.
-Jones Huala: Usted cambió mucho.
-Lanata: Yo no te conozco a vos hace 30 años. ¿Vos sos el mismo de hace 30 años?
-Jones Huala: No, porque he crecido.
-Lanata: Ah, yo también.
-Jones Huala: Pero yo recuerdo cuando usted incentivaba a la rebelión.
-Lanata: ¿A la rebelión?
-Jones Huala: En la crisis (de diciembre de 2001), cuando incentivaba los cacerolazos.
-Lanata: Sí, claro. Y haría lo mismo devuelta.
-Jones Huala: ¿Y por qué no lo hace?
-Lanata: Porque no estamos en esas circunstancias sociales.
-Jones Huala: ¿No estamos peores?
-Lanata: ¿Peores que en el 2001? No, no estamos peores.
-Jones Huala: ¿Y eso es una barbaridad?
-Lanata: Bueno, para el televidente que esta mirando…
-Jones Huala: Bueno, para sus patrones también. Pero cuando estaba (dirigiendo el diario) Página/12 no decía eso.
-Lanata: Yo decía eso, sí.
-Jones Huala: Usted cambió mucho.
-Lanata: Yo no te conozco a vos hace 30 años. ¿Vos sos el mismo de hace 30 años?
-Jones Huala: No, porque he crecido.
-Lanata: Ah, yo también.
-Jones Huala: Pero yo recuerdo cuando usted incentivaba a la rebelión.
-Lanata: ¿A la rebelión?
-Jones Huala: En la crisis (de diciembre de 2001), cuando incentivaba los cacerolazos.
-Lanata: Sí, claro. Y haría lo mismo devuelta.
-Jones Huala: ¿Y por qué no lo hace?
-Lanata: Porque no estamos en esas circunstancias sociales.
-Jones Huala: ¿No estamos peores?
-Lanata: ¿Peores que en el 2001? No, no estamos peores.
Ahí
Jones Huala aportó un dato interesante, que es que desde que asumió Mauricio
Macri a la presidencia, Lanata abandonó la discusión sobre Economía en las
emisiones televisivas. No solo cuando dirigía Página/12, también en su programa
Día D como el documental que había hecho sobre la deuda externa, la Economía
fue un tema siempre presente en su carrera como periodista en formato
audiovisual.
De
hecho, el lanzamiento de PPT en 2012, tenía pautado una sección de Economía a
cargo del periodista de Clarín, Ismael Bermúdez. Al final, la sección solo duró
en el primer programa, pero se estableció que cada vez que el programa realizara
algún informe sobre temática económica, se recurriría a Bermúdez para
participar, quien además formaba parte del plantel del programa radiofónico de
Lanata en Radio Mitre.
Pero
tras la asunción de Mauricio Macri, desde Clarín Bermúdez viene publicando
artículos que dejan mal parada a la gestión gubernamental; es uno de los pocos
periodistas del matutino que es crítico del gobierno. Así Lanata no solo se
deshizo de él en la radio, sino que además fue reemplazado por Martín Tetaz, un
economista defensor de las medidas del gobierno, incluso las más indefendibles,
tanto en InfoBae como en sus insistentes publicaciones en Twitter.
Mientras
que en PPT, la producción decidió que directamente la Economía quedara fuera de
cuadro, y se dedicara exclusivamente a casos policiales y judiciales: la
corrupción kirchnerista, el narcotráfico, el video del Polaquito, y ahora sobre
supuestas comunidades indígenas truchas que cometerían actos “terroristas”.
Esto
evitó que el programa se viera obligado a comentar respecto las graves
decisiones macroeconómicas que viene tomando la gestión de Macri, con un Banco
Central sin capacidad de serlo, con su enorme carga de Lebacs. O el
endeudamiento galopante, incluido los inusitados bonos a 100 años, que
arrojarán una pérdida a valor de hoy de miles de millones de dólares y
suculentos beneficios para los bancos intermediarios.
Temas
cuya discusión evidencia ser inaceptables para Lanata, y su postura de que no
estamos como en el 2001, para que no cunda el pesimismo por la gestión
macrista, y evitar un resurgimiento del kirchnerismo en este año, pero
sobretodo para el 2019.
Lanata no lee la Constitución Nacional
En
respuesta a las acotaciones de Jones Huala, de que su comunidad indígena es
pre-existente al Estado, el periodista pretendió responderle afirmando
absurdamente que es un planteo reaccionario e incluso oligárquíco:
-Lanata: Me parece muy reaccionaria con respecto a
tu posición de la tierra. Mucha más reaccionaria que nadie. Porque vos no estás
pensando en la tierra hoy. Pensás de hace dos mil años. Es aristocrático si
querés, porque estás defendiendo alguien que supongamos es tu abuelo hace 200
años. ¿Y eso lo hizo su dueño?
-Jones Huala: ¿Quién les dio la tierra a los ingleses? La familia de Bullrich.
-Lanata: Alguien la debió haber comprado. La tierra es privada.
-Jones Huala: No, acá hubo un genocidio, 1879 y 1885.
-Lanata: ¿Vos dirías que hubo un genocidio en el imperio romano?
-Jones Huala: ¿Qué imperio romano? Acá hubo campos de concentración.
-Lanata: ¿Vos te pensas que podemos ir a Roma a pedir una parte del Vaticano
-Jones Huala: ¿Quién inauguró la Isla Martín García? Mi gente.
-Jones Huala: ¿Quién les dio la tierra a los ingleses? La familia de Bullrich.
-Lanata: Alguien la debió haber comprado. La tierra es privada.
-Jones Huala: No, acá hubo un genocidio, 1879 y 1885.
-Lanata: ¿Vos dirías que hubo un genocidio en el imperio romano?
-Jones Huala: ¿Qué imperio romano? Acá hubo campos de concentración.
-Lanata: ¿Vos te pensas que podemos ir a Roma a pedir una parte del Vaticano
-Jones Huala: ¿Quién inauguró la Isla Martín García? Mi gente.
No
conforme con eso, al cierre de la entrevista, Lanata editorializó la nota desde
el estudio de su programa, reforzando su postura contra Jones Huala,
corriéndolo por izquierda, al compararlo con el discurso del ejército argentino
durante la última dictadura militar:
“¿Se acuerdan ustedes quiénes
decían que eran anteriores a la Nación? El ejército. En la dictadura decían que
eran anteriores a la Nación Argentina y que por eso tenían un ascendiente moral
superior al resto de nosotros. Ellos habían creado la Nación, decían los
milicos. Ese discurso se mantuvo 20 años en Argentina. Ellos (los mapuches)
también se creen anteriores a la Nación”.
Lanata la pifió muy feo, en forma inaceptable para
un comunicador de su fuste, al ignorar que a partir de la reforma
constitucional de 1994, se agregó el inciso 17 del Artículo 75: “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los
pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el
derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería
jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de
las tierras que tradicionalmente ocupan”.
Lanata no sabe la diferencia entre
Estado y Nación
Otro
pifia notable fue cuando Lanata confundió los términos Estado y Nación,
conceptos básicos a la hora de dar discusiones sobre teorías políticas, que
precisamente venía teniendo la charla:
-Jones Huala: Nosotros no planteamos (crear) un
Estado. Nosotros siempre fuimos una Nación sin Estado.
-Lanata: Esta bien. Pero la Nación es el Estado jurídicamente organizado (sic). Es lo mismo. No importa el concepto de ciencia política. Es igual. Ustedes son un grupo organizado que van a tener sus autoridades, su religión, etc.
-Lanata: Esta bien. Pero la Nación es el Estado jurídicamente organizado (sic). Es lo mismo. No importa el concepto de ciencia política. Es igual. Ustedes son un grupo organizado que van a tener sus autoridades, su religión, etc.
La definición que dio Lanata es al revés: el Estado sería la Nación jurídicamente
organizada. La Nación alude a las costumbres y saberes que comparten los
habitantes dentro de un determinado territorio. Lo que reclama Jones Huala es
el reconocimiento de su pueblo como nación. Tomando como posible vía la
organización de un estado plurinacional, como el de Bolivia.
Lanata confundió linaje étnico con
oligarquía
No
conforma con esto, Lanata insiste que los mapuches son oligárquicos al tomar el
linaje o se su origen étnico, como justificativo para la titularidad de las
tierras que reclaman:
-Jones Huala: Nosotros somos mapuches por linaje.
-Lanata: Me causa gracia lo de linaje. Porque linaje también es oligarquía. No podes convertirte en mapuche en forma espontánea ni por tus méritos. Vos naciste siendo mapuche. Eso es oligarquía.
-Jones Huala: Pero todos nosotros somos mapuches, seas lonko (líder) o no. (…)
-Lanata: Esta bien. Lo que te quiero decir es que me parece un punto de vista clasista. Vos acusas de clasista a los demás y vos tenés linaje. Si eso no es clasista, no sé que es.
-Jones Huala: ¿Estamos hablando de clase social?
-Lanata: Es lo mismo.
-Jones Huala: Estamos hablando de cuestiones étnicas.
-Lanata: Eso sería peor.
-Jones Huala: Sí, pero nosotros somos una etnia. Bueno, eso es lo que dicen ustedes.
-Lanata: Me causa gracia lo de linaje. Porque linaje también es oligarquía. No podes convertirte en mapuche en forma espontánea ni por tus méritos. Vos naciste siendo mapuche. Eso es oligarquía.
-Jones Huala: Pero todos nosotros somos mapuches, seas lonko (líder) o no. (…)
-Lanata: Esta bien. Lo que te quiero decir es que me parece un punto de vista clasista. Vos acusas de clasista a los demás y vos tenés linaje. Si eso no es clasista, no sé que es.
-Jones Huala: ¿Estamos hablando de clase social?
-Lanata: Es lo mismo.
-Jones Huala: Estamos hablando de cuestiones étnicas.
-Lanata: Eso sería peor.
-Jones Huala: Sí, pero nosotros somos una etnia. Bueno, eso es lo que dicen ustedes.
Nuevamente
Lanata no logró mantener su argumentación, debido a una confusión de conceptos
inaceptables para un comunicador. De la misma manera que no logra visualizar
los conceptos de Nación y Estado, tampoco lo hizo entre linaje étnico y
oligarquía, dando vuelta las cosas. En ningún momento Jones Huala plantea la
superioridad racial frente a otro grupo social o de otra Nación.
En
cambio oligarquía consiste en un selecto grupo de una determinada clase social,
que se apodera de los estamentos del poder, sea político, económico y social;
es decir, del Estado. Y que naturalmente, se perpetua por linaje para mantener
su latencia y poder de influencia dentro de los mecanismos que hacen funcionar
a ese Estado. Y que, por ende, ese Estado realiza acciones bajo los intereses
de esa clase social.
La desaparición forzada que forzó a
Lanata a reconocer que se equivocó
Finalmente,
el último tramo de la entrevista fue la batalla discursiva sobre el caso de
Santiago Maldonado. Desaforado por la lluvia de balas verbales con las que
estaba siendo derrotado, Lanata incluso tuvo su desliz al reconocer que el
joven podía haber sido desaparecido por la Gendarmería, pero rechazando que se
trataba de una desaparición forzada:
-Jones Huala: Acá hay una desaparición forzada de
un muchacho…
-Lanata: Yo ahí no estoy de acuerdo.
-Jones Huala: Fue la Gendarmería.
-Lanata: Pero aunque haya sido la Gendarmería, desaparición forzada alude a un plan. (…) Yo creo que para demostrar que hubo una desaparición forzada, debió haber un plan.
-Lanata: Yo ahí no estoy de acuerdo.
-Jones Huala: Fue la Gendarmería.
-Lanata: Pero aunque haya sido la Gendarmería, desaparición forzada alude a un plan. (…) Yo creo que para demostrar que hubo una desaparición forzada, debió haber un plan.
Antes
de transmitir la entrevista al aire, sosteniendo firme su típico micrófono de
stand up como si fuera un sable para degollar cabezas, Lanata reforzó su
planteo de la desaparición forzada aplicada al caso Maldonado. Su intervención
duró casi 15 minutos, la séptima parte de la emisión del programa:
“Me parece de una increíble mala
leche llamar a esto desaparición forzada de personas. Pongámosle que fue la
Gendarmería. Ok. La Gendarmería lo detuvo, lo cagaron a palos y se le fue la
mano. ¿Sabés cómo se llama eso? Asesinato. Eso se llama asesinato. No se llama
desaparición forzada personas. Aun cuando lo haya hecho un policía o un
gendarme. Ahí no hay una cosa política de sistema de abuso de autoridad para
desaparecer gente. Se murió un tipo, es terrible, que vaya en cana el que lo
mató. Pero no podes decir que hay un plan sistemático de desaparición de nadie,
porque es una frivolidad.”
“Parecemos tarados realmente. Es como
que la dictadura nunca hubiera pasado. Es como que nunca nos hubiéramos dado
cuenta de lo que pasó. Es como que lo que nos quedó de la dictadura es de una
historia forra en la cual uno se pelea con otro y hay desaparición forzada. Chicos,
por favor, leamos Historia, leamos los diarios, pero pensemos un poco antes de
repetir las boludeces que estamos diciendo. Porque realmente no es eso”.
La enorme ignorancia de Lanata sobre el tema
sorprende para alguien que dice que “lee mucho” y que lee los diarios. Ya que
la “desaparición forzada” está tipificada en el Código Penal desde el año 2011,
mediante promulgación de la Ley Nacional 26.679. En su Artículo 142 ter,
establece penas de 10 a 25 años “e inhabilitación absoluta y
perpetua para el ejercicio de cualquier función pública y para tareas de
seguridad privada, al funcionario público o a la persona o
miembro de un grupo de personas que, actuando con la autorización, el
apoyo o la aquiescencia del Estado, de cualquier forma, privare de la libertad
a una o más personas, cuando este accionar fuera seguido de la
falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de
libertad o de informar sobre el paradero de la persona”.
Antes
de octubre de 2011, no estaba presente la figura penal de la “desaparición
forzada” porque se entendía que, a partir del retorno de la democracia en 1983
estas prácticas dejarían de existir. Más aún a partir de que Argentina se
adhirió a la Convención por la Desaparición Forzada de Personas en el año 1995
y del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en el año 2007, donde el
genocidio, los crímenes de guerra, de agresión y de lesa humanidad son
considerados como los crímenes más graves a nivel internacional.
Sin
embargo, con la aparición de distintos casos de individuos desaparecidos, cuyos
principales sospechados eran las fuerzas de seguridad del Estado, el Congreso
de la Nación tomó la decisión de aplicar este delito al Código Penal, apuntando
a los casos particulares que fueron perpetrados por funcionarios públicos, o
cualquiera que actuara con apoyo del Estado.
De ahí que en ningún momento del artículo refiere a
la necesidad de un “plan sistemático de
desaparición de personas”, porque ello se configuraría como
“terrorismo de estado” o “crimen de lesa humanidad” debido a que formaría
“parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con
conocimiento de dicho ataque”. Así lo establece el Artículo 7 del Estatuto de
Roma.
Por
ende, la incorporación en el Código Penal argentino de la desaparición forzada
se realizó por el reconocimiento de la existencia de estos delitos, en el que
participan determinados funcionarios del Estado. Sin necesidad que se llegue a
comprobar la existencia de un plan generalizado por parte del aparato estatal,
como sostiene Lanata.
Es
así que el año pasado, fueron condenados dos policías en Chubut por la
desaparición forzada de Iván Eladio Torres, quien permanece desaparecido desde
octubre de 2003, bajo ésta caratula. Cuando se publicó la reforma del Código de
2011, los medios de comunicación lo titularon como la incorporación de la
desaparición forzada en la lista de delitos penales. Medios que supuestamente
Jorge Lanata “lee mucho”.
Fue tan evidente el error garrafal que realizó
Lanata, que luego se vio obligado a enmendar su errónea visión sobre el tema,
en su posterior columna del sábado para el diario Clarín, en la cual sin
mencionar su enorme furcio previo, reconoció que la “desaparición forzada” era
aplicable en el caso Maldonado. Cuya negación ocupó un importante espacio en
aquella emisión dominguera. Por contrario asumiendo aires de supuesta
imparcialidad, pontificó que “La desaparición de Santiago
Maldonado se ha convertido en una especie de Congreso de Paranoicos en el que
las dos partes de la grieta pujan por tener razón…”
Qué hay detrás de la campaña de Lanata
para salvar a Macri y Benetton
Esta
“campaña del desierto” que emprendió Lanata -emulando a los mapuches de
terroristas y estafadores- tuvo como evidente finalidad la construcción de un
enemigo común, tanto para el electorado como para el Gobierno Nacional, que
sería el sujeto-aborigen. La frondosa campaña nacional por la Aparición con
Vida de Santiago Maldonado, se ha convertido en el principal golpe que salpica
a la actual gestión gubernamental frente a las elecciones de octubre, y la
oportunidad de Unidad Ciudadana, cuya referente es la ex presidenta Cristina
Fernández de Kirchner, para imponerse en ellas tras el empate técnico de las
Paso.
Luego
de los fracasos intentos de los medios de comunicación de afirmar que Maldonado
estaba escondido en la provincia de Entre Ríos, en Mendoza, e incluso en la
República de Chile, el General Lanata decidió ir más a fondo, condensando
directamente el discurso oficialista contra los aborígenes, como contrapeso a
esa campaña por la Aparición de Santiago, para contener el electorado que apoya
a Cambiemos y frenar el avance K. Esa sería la razón de su campaña contra los “indios”
a corto plazo.
Pero
también existe una explicación a mediano plazo, que lejos de la cuestión
electoral, tiene que ver con la cuestión económica. Precisamente, la Economía
fue la temática que Lanata dejó de tratar desde la asunción de Macri.
Y
es que detrás de la lucha de la comunidad de Jones Huala, existe un peligro
inminente para el modelo económico de Mauricio Macri, cuya gestión espera
continuar mínimamente unos ocho años y, si es posible, unos 20 años mas. Esto
tiene que ver con que el mismo se sustenta no solo por el endeudamiento externo
voraz, sino por la entrada de inversiones extranjeras, que hasta ahora no
logran cumplir con todas las expectativas.
Desde un punto de vista de seguridad jurídica
financiera, un posible triunfo de la causa mapuche contra el latifundista
Luciano Benetton, no sería lo más oportuno para la gestión gubernamental. Más
aún que actualmente rige en nuestro país la Ley 26.160, promulgada en el año
2006, que declara “la emergencia en materia de posesión y
propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas
originarias del país”. Y cuyo Artículo 2 ha declarado la suspensión
de actos procesales o administrativos cuyo objeto sea el desalojo de los
indígenas.
Pero en la cual lo central es su Artículo
3, que ordena “realizar el relevamiento técnico —jurídico— catastral de la
situación dominial de las tierras ocupadas por las comunidades indígenas”.
Hasta el día de la fecha no se cumplió y tuvo que prorrogarse hasta el 22 de
noviembre del presente año para su aplicación.
Según
una consulta que hizo el portal Perfil.com a distintas inmobiliarias, las
tierras que tiene Benetton en Cushamen tienen un valor que rondaría entre los
300 y los 400 dólares por hectárea. Lo cual, si se multiplica por las 356 mil
hectáreas que tiene en esa región, estamos hablando de un valor que alcanzaría
los U$S 130 millones.
De
ahí que no sorprende las presiones que ejercería la familia Benetton contra el
juez Otranto para avanzar con la extradición de Jones Huala a Chile, como
maniobra para cortar la cabeza de la lucha de la Resistencia Pu Lof en
Cushamen.
Si
el Gobierno Nacional llegara a realizar el relevamiento de tierras indígenas,
mediante la prórroga de la emergencia de la misma para este año, y se
comprobara que parte de esas 356 mil hectáreas que se apoderó Benetton
pertenece a la comunidad de Facundo Jones Huala -quien según él tiene los
papeles y manuscritos de la época que lo corroboraría- esto va a significar un
duro golpe para las políticas públicas de Macri a la hora de atraer inversiones
extranjeras a nuestro país.
Ya
que el hecho que un grupo de humildes aborígenes logren imponerse sobre
semejante magnate extranjero, que adquirió esas tierras en 1990, en el comienzo
del menem-cavallismo, como un símbolo de la venida entonces de la inversión
extranjera, no sería precisamente un atractivo para lograr ahora la venida de
esta. Y por ende, los postergados brotes verdes tardarían aún más en brotar.
Es
notorio que la gestión de Macri ha estado dispuesta a todo, con tal de atraer
la inversión extranjera, que considera que será la salvación del país. Al punto
de dejarse presionar por el mismísimo presidente de Estados Unidos Donald
Trump, para garantizar que Argentina sea la tierra de oportunidades para las
grandes inversiones. Aun cuando esto signifique “pasarse de la mano” con sus
fuerzas de seguridad, o aprovechar el aparato judicial disponible, en
beneficio de los intereses privados extranjeros.
Como
las causas armadas contra los dueños de La Salada, cuestión que desde largo
tiempo atrás la Casa Blanca venía reclamando, por la existencia de un notable
comercio que viola la propiedad intelectual de los productos estadounidenses. O
el desalojo de los obreros de PepsiCo, cuya CEO es asesora del propio Trump.
Es
así que el general mediático Jorge Lanata al servicio del Gobierno, aceptó
comandar esta campaña de desprestigio contra las causas aborígenes emprendidas
contra Benetton. En ese caso, tratando de destruir la imagen de un líder
indígena, considerado como un referente para distintas comunidades. Llevándolo
inevitablemente a un discurso que es rémora del inicio del Estado Moderno,
donde el “indio” era un “salvaje” que debía ser destruido, para garantizar la
construcción del país. En este caso, emparentándolos con terroristas y
falsificadores de papeles de tierras.-