LA BOMBA
ATOMICA BRASILEÑA, LA CUESTION HÍDRICA
Este trabajo fue escrito en mayo de 2000
y distribuido entre la clase dirigente y algunos periodistas; sin ningún tipo
de repercusión.
Yo he hecho mucho bien y mucho mal, pero
el bien que he hecho lo he hecho muy mal y el mal que he hecho lo he hecho muy
bien. Cardenal Richelieu
Esta cita anterior sirve de introducción
para analizar los errores de la República
de Brasil. En 1964, Meira Mattos, el mas grande geopolítico de nuestro país
vecino, trazó los objetivos de las relaciones internacionales en América
Latina; lo que ha sido cumplido paso a paso por Itamaraty. La primer sentencia
de Mattos fue que la recomposición del Virreynato del Río de la Plata será
considerado un acto de guerra. Ahora bien, Brasil, con su política de control
de los ríos internacionales aguas arriba, no solo nos ha declarado la guerra,
sino que ha apuntado a la Argentina con una bomba atómica. Pero debemos
reconocer que la actuación de nuestros cancilleres ha sido lamentable.
El río Paraná en su cuenca alta tiene
dos sitios especiales para la construcción de repre-sas, Sette Quedas en Brasil
y Corpus binacional entre Argentina y Paraguay. Ahora bien, Brasil decide hacer
la suya aguas abajo en Itaipú compartiéndola con Paraguay. Un error convertido en una jugada
geopolítica magistral, puesto que nos condicionaron aguas abajo y llevaron al
Paraguay a su esfera de influencia. Si nosotros hacemos Corpus en Corpus, el
agua tapa las turbinas de Itaipú. Entonces Paraguay bajo la influencia de
Brasil, propone hacerla en Pindo-i, lugar donde inunda mas tierras en Argentina
y a una cota que no nos sirve.
Para la negociación de Yaciretá se elige
el lugar menos apropiado, puesto que debió hacer-se aguas abajo en los rápidos
de Apipé, para facilitar la navegación y evitar una represa tropical lindera a
una gran ciudad (Posadas), por la infección de enfermedades transmitidas por
insectos proclives a ubicarse donde hay agua estancada. Esta determinación se
tomó debi-do a que en el lugar actual inundaba mas tierras del lado para-guayo
que habían sido compra-das por amigos del presidente Stroessner que se
beneficiaron con la indemnización. No solo ello sino que los vertederos se
hicieron del lado paraguayo lo que inhabilitaba a la Argentina de tomar
recaudos para derivar el agua en caso de inundaciones. El pretexto que lo justificaba
era que hacer un vertedero del lado argentino costaba u$s 55.000.000; algo
ridículo en una obra que costó u$s 14.000.000.000. Como si esto fuese poco el
representante argentino cuando se convención del error y viajaba a Asunción
para definir la modificación de los vertederos, el avión en el cual viajaba
cayó a tierra en Corrientes y falleció, hecho que nunca se investigó. Del mismo
modo que tampoco se investigó la muerte de Estensoro, presidente de Y.P.F.,
cuando viajaba de Ecuador a Estados Unidos para comprar tres petroleras. Luego
de la muerte de Estensoro, Y.P.F. se entregó a Repsol.
Pero, por si esto fuera poco, hay un
hecho ilustrativo que confirma la posición de Paraguay en todo esto. Este país,
por su economía, basada en la agricultura no necesita tanta energía, por lo
tanto se la vende a Brasil y Argentina. Pues bien, la energía de Itaipú Brasil
la paga u$s 950 gigawatt/hora y la energía de Yaciretá Argentina la abona u$s
2.998 gw/h. Y para observar como negocian nuestros representantes, un botón de
muestra: la parte de la obra que le co-rresponde a Paraguay fue financiada por
el Banco de la Nación Argentina a tasa fija con el 6% de interes anual. La
energía mas cara se la pagamos indexada, con un índice que establece el F.M.I.
y al 12% anual.
También está el error del Brasil en el Gran Pantanal localizado al norte de Corumbá.
Esta gran depresión formada por lagunas y esteros se hincha como una esponja y
controla la cre-ciente de los ríos Paraná y Paraguay evitando que las dos se
produjeran al mismo tiempo. Aho-ra bien, con créditos del BID y otros
organismos internacionales, Brasil lo drenó de tal forma que ya no existe. Por
lo tanto, y ya pasó hace cinco años pueden crecer los dos en forma conjunta e
inundar todo aguas abajo.
Además, Brasil todas las represas
construidas en el Paraná y el Iguazú las levantó con el objetivo de producir
energía. Es decir que su caudal está al límite de la presa, por lo que no pueden
contener absolutamente ningún excedente de agua. Y esta es la bomba atómica bra-sileña.
Si pasare algo en Itaipú, el agua cubriría la Casa Rosada; si el inconveniente
abarcase otras represas, luego de no quedar nada desde Puerto Iguazú, el agua
llegaría hasta el Con-greso Nacional. Del mismo modo, en tiempos de sequía, ya
sea por el consumo de agua en la zona mas poblada e industrial de Brasil
podrían cerrar las compuertas y dejar sin agua a toda la cuenca del Paraná y
Río de la Plata donde habita el 60% de la población argentina.
Cuál es el juego de Brasil en toda esta
historia? La salida natural de esta parte del Conti-nente es de Norte a Sur,
puesto que esa es la dirección de sus dos mas importantes ríos, el Parana y el
Uruguay; y todo el sistema hídrico confluye en esos ríos; terminando en el
estuario del Río de la Plata y de allí al Océano Atlántico.
Brasil está torciendo el eje hacia la
dirección Oeste-Este y derivar todo hacia los puertos de aguas profundas de
Porto Alegre y Río Grande. Para ello está construyendo las autopistas desde
Bolivia, Paraguay y la Mesopotamia Argentina en esa dirección.
Le falta el golpe de gracia para
terminar con la Argentina y son las represas del Uruguay medio. El límite de
Brasil con Uruguay lo establece el río Quaral que nace en el río Uruguay y
desemboca en el lago Mirim. Brasil tiene proyectado un canal de navegación
sobre ese río que terminaría en el puerto de Río Grande. Para llevar a cabo esa
obra necesita levantar el cauce del Río Uruguay mediante la construcción de
Uruguay Medio. De poder hacerlo desaparecería el interés económico de la cuenca
del Plata y los puertos de Rosario, Buenos Aires y Monte-video no tendrían
razón de ser.
Estamos de acuerdo con la integración
latinoamericana, pero la Argentina no puede ser furgón de cola, servir a los
intereses de todo el mundo sin recibir nada a cambio. A nosotros nos cortan la
posibilidad de llegar con navegación a Puerto Iguazú o Formosa, pero nosotros a
nuestros vecinos le brindamos:
1: Mantenimiento de pasos fronterizos
para que puedan sacar su carga al Pacífico,
Jama. San Francisco, Las Cuevas.
2: Le construimos el puente
Rosario-Victoria para abaratarle los costos. Obra que
a la Argentina no le aporta nada.
3: Mantenemos el túnel subfluvial Santa
Fe-Paraná y el puente Resistencia-Corrien
tes. Si bien son útiles para nuestro
comercio interno, están sobrecargados con
carga pesada de tránsito.
4: Construimos rutas o pavimentamos
otras a pedido de Brasil es desmedro del a-
bandono de caminos indispensable
para nuestro desarrollo.
5: Mantenemos la ruta transpatagónica
de Bariloche a Río Gallegos para dar acceso
a los camiones de Chile que van a
Punta Arenas.
Qué recibimos a cambio de todo esto?
1: Dilatar la construcción de obras
públicas que son de utilidad para la Argenti-
na.
2: Aumento de accidentes por sobrecarga
de rutas.
3: Aumento de la contaminación
ambiental.
4: Soportar discriminación para los
argentinos que viajan a Tierra del Fuego.
La Argentina debe inmediatamente
encarar las obras necesarias para contrarrestar lo expresado anteriormente o
debemos trasladar la población 100 km para adentro, ya que la última crecida
inundó hasta 40 km. por la costa de Santa Fe.
Pedirle al nuevo presidente de Brasil
que si realmente quiere tener gestos positivos hacia nuestro país comience por
hechos reales, respetando el derecho internacional que determina
que
cursos fluviales aguas abajo tienen las mismas condiciones de igualdad que
compartir orillas.
Hasta aquí lo que escribí hace veintiún
años y fue ofrecido a varios dirigentes políticos que lo ignoraron de plano; ni
siquiera lo leyeron. Algunos que están vociferando con este tema en estos días
debido a la dramática situación de Rosario.
Ahora debemos agregar, y lo comenté en
programas del 2016 que la solución la aportarán los chinos con la hidrovía
conectada a los ríos del Amazonas trayendo agua desde allí a través de canales.
Para ello dinamitarán los lechos de los ríos para dar la profundidad necesaria
a los gigantescos buques que vienen a llevarse nuestra materia prima a precio
de remate.