LA RUINA “MOSSAD” DE NISMAN
"La Patria dejará de ser colonia, o la bandera flameará sobre sus ruinas" Evita
El argumento político que utilizó el Fiscal Nisman, para imputar a la
República Islámica de Irán en el atentado de la AMIA, año 1994, es la suspensión
del plan de cooperación nuclear de la Argentina con el país de los arios,
durante el gobierno de Carlos S. Menem. A la fecha, nadie ha osado en refutarlo
públicamente. Ahora dudo menos que nunca; pero era posible que en la
interpelación de la que iba a ser parte en el Congreso de la Nación esto sucediera,
cuando menos, el riesgo era latente. Algún asesor de algún legislador del
oficialismo, podría llegar a tener a mano este documento que paso a reproducir,
investigación del especialista en relaciones internacionales de la Universidad
Católica de Córdoba, Lic. Paulo Botta, el cual lo publica hace años en el
portal del Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario.
Lo que este cientista político demuestra
de forma indudable, palmaria, es que el acuerdo con Irán finiquita en el año
1997, tres años más tarde que el atentado de la AMIA, y por las razones
puntuales de que ese era el año en que se había precisado con la firma del
mismo en el año de su rubrica, en 1986, durante el gobierno del Dr. Raúl
Alfonsín. Sí, empezamos a sorprendernos. El acuerdo de cooperación nuclear con
Irán se hace durante un gobierno radical, socialdemócrata, absolutamente
sometido en su política exterior al mandato de los EEUU, de hecho, durante el
mandato del Dr. Alfonsín se suspenden los desarrollos del misil Cóndor en Falda
del Cármen, Córdoba, por orden de Washington y Londres, luego desmantelado en
la gestión de Carlos S. Menem. Vamos a repetirlo. Durante la gestión del Dr.
Carlos S. Menem, no se toca ni una letra de ese acuerdo de cooperación nuclear,
el cual finiquita tres años mas tarde del atentado de la AMIA, por cumplimiento
de lo acordado, ese era el año del mismo, 1997.
Durante largos once años, de los quince
que Nisman tuvo a su cargo la investigación de la causa AMIA, en donde no
investigó nunca nada, se limito a dilapidar más de 10 (diez) millones de
dólares de presupuesto, la gestión de la pareja patagónica mantuvo a Nisman al
reparo, poco y nada importaba su complicidad, sometimiento, complacencia, con
los mandatos de la inteligencia sionista y norteamericana, bajo la égida del ex
agente de la SIDE, Jaime Stiuso. Nisman lo único que hace, como un
autómata, es reproducir la investigación del depuesto juez federal Galeano,
imputando a funcionarios iranios, a partir de una falsa denuncia de un agente
doble iranio, boutade tan irresponsable como delirante. De hecho, una de estas
acusaciones, provoca la detención de un funcionario iranio en Londres, de esa
lista librada a Interpol, el cual es liberado ante la inexistencia de pruebas
para acusarlo. El gobierno argentino debió pagar entonces u$s 250.000 de costas
por falsa denuncia, sí, en Londres.
A partir del deceso del comandante Hugo
Chávez Frías, la presidente de los argentinos, en sus delirios de grandeza, se
cree como la elegida para sucederlo al frente de la revolución bolivariana
(sic), lo cual la fuerza a virar 180º su política de enfrentamiento con Irán
-lo había hecho cada año en las asambleas de la ONU-; de alguna manera, indirecta,
es animada por la administración Obama a hacerlo, ya que la causa estancada
provocaba más irritación y morbo que otra cosa, suspicacias, sospechas, y, en
paralelo, la propia administración norteamericana pactaba con Irán a propósito
del plan nuclear del país de los arios. Tel Aviv, desde ya, no toleraba tales
giros en la política exterior de Washington, ni mucho menos de la colonia judía
de Buenos Aires, Argentina, un barrio periférico de Israel, como muchos suelen
decir. La cuarta colectividad judía del planeta, luego de la de USA, Israel,
Europa. Israel no le perdonará jamás esa traición.
Todo el arco opositor de la Argentina,
entonces, cuando Cristina Elisabet Wilhelm de Kirchner, lanza a sus
legisladores y a su Canciller, el hombre de la triple nacionalidad, argentino,
estadounidense, israelí, a votar en el Congreso de la Nación el acuerdo para la
Creación de la Comisión de la Verdad con el Irán, se alinea a viva voz con el
Fiscal Nisman, sin importarle demasiado la sustancia de sus argumentos jurídicos,
insostenibles. Desde ese momento, Nisman se declara a los gritos por la
negativa de viajar a Teherán a investigar a nadie, porque, esas son las cosas
que tampoco difunden ni los grandes medios ni los enormes medios que dispone el
gobierno, o sea, todos ellos menos el Grupo Clarín y La Nación, repito, todos
los demás medios son del gobierno. Las autoridades sionistas de Buenos Aires
hacen el resto, plantean un recurso de amparo contra la ley, lo cual deriva en
que un tribunal de segunda alzada, la Cámara Criminal y Correccional, la
declare inconstitucional, cuando es sabido que sobre esa materia, sólo es
competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Pero, es cierto, la papa
caliente de la causa AMIA le quema en las manos a todos y todas. Por si las
moscas, el juez Zaffaroni renuncia y se retira del Alto Tribunal.
Jamás, desde la votación del acuerdo con
Irán, a la fecha, ningún equipo creativo y comunicador del oficialismo, no le
faltan medios, le sobran, tuvo la orden de explicitar de qué se trataba el
acuerdo con Irán; por ejemplo, que el mismo supone el nombramiento de un equipo
de cinco juristas de prestigio internacional, no argentinos, ídem la
contraparte irania, para interrogar tanto al Fiscal Nisman, como al juez
Canicoba Corral, en la ciudad de Teherán. Sí, está bien dicho, no sólo Nisman y
Canicoba Corral tenían la facultad de viajar a Teherán para interrogar a los
funcionarios iranios acusados con falacias y sin pruebas, diez juristas
internacionales de prestigio, podían interrogarlos a ellos. Nisman, entonces,
juraba que antes de viajar a la capital de los iranios, se iba a encadenar al
Obelisco en la Plaza de la República.
Como en tantos otros rubros de la gestión
de gobierno, el oficialismo improvisa y se acomoda a los cambios del humor de
la presidente, quien pasa de ser una abogada exitosa, a la reencarnación de una
faraona, a la amiga dilecta del Papa, amenazada también por los orcos de Isis.
En el camino, claro, con compañeros de ruta como un ladrón de autos, el vicepresidente
Amado Boudou, o un desaparecedor de soldados durante los años de la dictadura,
como el General Milani, o un gobernador narcotraficante, responsable del
exterminio del pueblo Qom, como el jefe de gabinete de ministros, Jorge Milton
Capitanich Popovich. El peronismo es un movimiento político mágico,
surrealista, capaz de asumir esos excesos y aún peores, todo bajo la protección
de Evita y el destino manifiesto de sentirse portadores del gen de la Patria.
Es proverbial el culto de los muertos que hace el peronismo. El gorilismo
recalcitrante que los vomita, tiene el pecado capital del sometimiento colonial
ad summun, con fruición, hoy día expresado por el loro parlante del intendente
de Tigre, o el oráculo de Elisa Carrió, el sonsonete ramplón y sonso de un
Cobos, un Sanz, un Morales, el solipsismo autista de Mauricio Macri. No
vamos a acotar nada sobre el silencio de radio de Pino Solanas, porque a esta
altura nos da vergüenza ajena.
La Argentina, nación que el año próximo
cumplirá dos siglos de su declaración de Independencia, "libres de la
Corona de España y de toda dominación extranjera", merece un destino mejor
que el ser una colonia sajona o sionista. Hoy día puede ser incluso una colonia
de Pekin, tal la baja autoestima de todos y cada uno de nosotros, portadores de
demasiadas carencias, frustraciones, engaños, derrotas morales. La pesada
frutilla de esta torta ingesta, la cumple con creces el Obispo de Roma, socio
del sionismo de la primera hora; hombre que da la sensación de haber perfeccionado
su fe charlando mucho más con el rabino Skorka que con Ignacio de Loyola.
Cierro esta escueta nota con una
semblanza, porque era un tópico del cual quise hablar en su momento y no me
dieron los tiempos. Es sobre un pobre debate cultural que se insinuó a fines de
año y quedó, para variar, en la nada misma. A propósito de una nota publicada
en el diario Clarín por el historiador liberal Luis Alberto Romero, criticando
el uso de la historia por parte del Instituto Manuel Dorrego, hoy dividido,
luego de la inefable huida del ubicuo Pacho O'Donnell, criticando la versión
oficial de La Vuelta de Obligado, como una esfemerides patria, comparando, de
paso, la batalla de Malvinas con esa otra derrota de las tropas de la
Confederación, al mando del General Mansilla. El título de la nota de Romero
podría ser: Los peronistas usan las derrotas militares como victorias
políticas, algo parecido. De paso, denostaba la gesta de Malvinas con su
proverbial saña masónica, anglófila. Romero, para varias, miente o ignora, ya
que el 20 de noviembre, aniversario de la Vuelta de Obligado, es declarado día
de la Soberanía Nacional, en el año 1974, días más tarde del regreso de los
restos de Evita a la Argentina, un 16 de noviembre. Lo del feriado es un lapsus
demagógico de este gobierno tan dedicado a evitar que los argentinos
trabajemos. Más o menos ese era el debate, más que oportunista, planteado por
Luis Alberto Romero, hombre adepto a la cultura sajona, agente cultural
británico, sobre todo porque la crisis del Instituto Dorrego era tan reciente
que Pacho O'Donnell no tenía desde dónde responder. No voy a hacer la defensa
de este tartufo de cultura dominante de los últimos 30 años; ha sido
funcionario de todos los gobiernos. De Alfonsín para acá. No le faltó ofrecerle
sus servicios a ninguno. Pero sí quiero dar una opinión sobre el asunto, que
me atañe.
Es verdad, José Maria Rosa, historiador y
legislador del Frejuli, entonces, usa políticamente la regreso de Evita, para
plantar el aniversario de la Vuelta de Obligado como una fecha patria. Como
buen peronista, yerra, se equivoca, improvisa, ignora, manipula, sobreactúa, el
correlato de todo esto, es verdad, acarrea que no sólo se festeje una derrota
militar, la Vuelta de Obligado lo es, sino que se mantenga en un reservado cono
de sombra, la victoria de la batalla de Punta de Quebracho, ocurrida meses más
tarde, el 4 de junio de 1846. Ese día, el General Lucío Norberto Mansilla,
recuperado de una herida de bala de cañón sufrida en la Vuelta de Obligado, asistido
por el capital de marina Juan Bautista Thorne, sordo entonces por la explosión
de una granada también durante la Vuelta de Obligado, norteamericano, hombre de
la flota patriota del almirante irlandés Guillermo Brown, junto con 600
infantes y 150 carabineros, bombardean durante tres horas a la flota invasora
anglofrancesa, de regreso de su fracasada misión comercial en Asunción, en
donde no pueden colocar sus textiles, ante el freno del gobierno proteccionista
del Paraguay -años más tarde la conjura anglofrancesa se vengaría, destrozando
a la nación guaraní con la guerra de la Triple Alianza-, provocando el
hundimiento de 6 buques de guerra, la mitad de la flota, de 12, dañando
seriamente a varios mercantes, causándole a los invasores 60 bajas, sólo muere
un patriota. La flota invasora se rinde, es obligada a arriar sus banderas,
izar la bandera de la Confederación, la cual honran con salvas de 21 cañonazos.
Esta victoria militar y política gigantesca, aún hoy, pasados casi 160 años,
sigue siendo negada. Gracias a la historiografía oficial liberal masónica, así
como también a la contracara, el revisionismo peronista. Los argentinos
seguimos creyendo que no le podemos ganar a nadie, que nuestro destino no es
otro que el de ser una colonia, gracias a la conjura de los mentecatos que se
han dedicado a mentir, robar, matar, durante demasiados años.
Es proverbial el culto de los muertos que ha hecho y hace el peronismo; de los bombardeos de Plaza de Mayo para acá (bombardeos tolerados por Perón, que dos semanas antes del 16 de junio de 1955, tenía filmados a los cabecillas de la asonada gorila por los servicios de inteligencia leales de la Fuerza Aérea, nada hace por detenerlos ni impedir su supuesto atentado, escondido como estaba en un bunker del Comando en Jefe del Ejército, esto relatado por un General leal como Franklin Lucero). No fue otro el ethos que impulsa entonces a Pepe Rosa a proponer una derrota militar, en donde las fuerzas de la Confederación sufren 200 muertos y 400 heridos, como el Día de la Soberanía, en detrimento de la batalla de Punta de Quebracho, en donde las bajas patriotas son de un hombre; tal es así, los peronistas festejan, necesitan de la muerte, le alimenta sus fantasías de poder, su erótica; tal el morbo de este movimiento político, con un sesgo perverso, una sexualidad bastante rara; ni qué hablar del contra campo gorila, puro sadismo. Esto, junto con la repatriación de los restos de Evita, mito y culto de los muertos no superado en Occidente. Ni siquiera el Valle de los Caídos en España, luego de una guerra civil con un millón de bajas, se le compara. Ni qué hablar del suicidio inducido de las guerrillas peronistas o los miles de desaparecidos de la dictadura; la política argentina del último medio siglo pareciera ir a los saltos sobre pilas de cadáveres; sobrevolando esto, haciendo equilibro sobre una alfombra de impunidad, una calaña de corruptos y oportunistas , haciéndose millonarios con la reventa de un mito insano.
Es proverbial el culto de los muertos que ha hecho y hace el peronismo; de los bombardeos de Plaza de Mayo para acá (bombardeos tolerados por Perón, que dos semanas antes del 16 de junio de 1955, tenía filmados a los cabecillas de la asonada gorila por los servicios de inteligencia leales de la Fuerza Aérea, nada hace por detenerlos ni impedir su supuesto atentado, escondido como estaba en un bunker del Comando en Jefe del Ejército, esto relatado por un General leal como Franklin Lucero). No fue otro el ethos que impulsa entonces a Pepe Rosa a proponer una derrota militar, en donde las fuerzas de la Confederación sufren 200 muertos y 400 heridos, como el Día de la Soberanía, en detrimento de la batalla de Punta de Quebracho, en donde las bajas patriotas son de un hombre; tal es así, los peronistas festejan, necesitan de la muerte, le alimenta sus fantasías de poder, su erótica; tal el morbo de este movimiento político, con un sesgo perverso, una sexualidad bastante rara; ni qué hablar del contra campo gorila, puro sadismo. Esto, junto con la repatriación de los restos de Evita, mito y culto de los muertos no superado en Occidente. Ni siquiera el Valle de los Caídos en España, luego de una guerra civil con un millón de bajas, se le compara. Ni qué hablar del suicidio inducido de las guerrillas peronistas o los miles de desaparecidos de la dictadura; la política argentina del último medio siglo pareciera ir a los saltos sobre pilas de cadáveres; sobrevolando esto, haciendo equilibro sobre una alfombra de impunidad, una calaña de corruptos y oportunistas , haciéndose millonarios con la reventa de un mito insano.
Hoy día, el finado Fiscal Nisman iba a
ser interpelado en el Congreso de la Nación y era cierto el riesgo de que no
pudiera sostener un día más sus argumentos falaces, luego de haber lanzado una
acusación delirante, manipulado por el ex agente Jaime Stiuiso, que sin duda le
vendió tanto pescado podrido que lo convenció que podía pasar a la historia. El
Mossad, tiene hombres muy bien entrenados para cumplir una misión así, se
encargó de silenciarlo. Ya no les servía. La batalla cultural que se cierne
sobre la Argentina es feroz, porque, para variar, ya está el oficialismo
intentado tapar la criminalidad del hecho, a los gritos, una operación de
inteligencia. Poco más podemos agregar. Hace unos meses escribimos una nota
titulado "Diciembre negro", presagiando operaciones de inteligencia
sionistas para desestabilizar el gobierno de Cristina Elisabet Wilhelm, la
"traidora". El desplazamiento de Situso, apagó ese incendio. Enero
nos despertó con este otro, tan o más inquietante que el anterior. La
indefensión de los argentinos ante los ataques de una potencia foránea, que
opera en nuestro territorio, repito, como en un barrio periférico de Tel Aviv,
es absoluta. ¿Sabremos los ciudadanos entender los mensajes de un Mansilla o un
Thorne, al mando de los ejércitos de Juan Manuel de Rosas?. Eso espero.
Esta mañana,
mientras esperaba el mate, con mi mujer, en la cocina, le digo: "lo único
que falta ahora es que el Mossad ejecute a Nisman". Camino veinte pasos,
enciendo la computadora, leo el diario: Nisman, "suicidado" por un
balazo de un 22, el arma usada por los profesionales del crimen. Poco más
podemos agregar, Dios, como sabemos, no atiende ni en Buenos Aires ni en Roma.
Que nos ilumine y nos dé fuerzas y lucidez para seguir pensando y resistiendo;
ante la ineptitud de la clase política y dirigente argentina, no descartemos un
escenario aún más siniestro. La desesperación del sionismo es tan peligrosa
como evidente. Y la ineptitud del gobierno, queriendo tapar el sol con un dedo,
negando la hipótesis del asesinato de Nisman desde el vamos, mandando a
publicista oficial, Víctor Hugo Morales, como al Tte. Cnel. Sergio Berni, a
plantar la certeza del suicidio contra viento y marea, dan pié para pensar el
ataque de pánico que en estos momentos ha tomado a la Elegida; no sea cosa que
se sacuda el avispero.
Para quienes
nunca han tenido la suerte de leer este blog, sí, le vamos a poner un poco de
humor, es bueno acotar que la tesis planteada por quien escribe, a propósito de
los atentados de 1992, voladura de la Embajada de Israel en la calle Arroyo,
como la de la AMIA, 1994, son producto de una feroz interna sionista, que
culmina con el magnicidio de Yitzak Rabin, líder laborista, el 5 de noviembre
de 1995, precursor de un plan de paz con los palestinos, rubricado en los
Acuerdos de Oslo, que no sólo comprendía el reconocimiento del Estado de
Israel, sino el desmantelamiento y reconversión de su industria bélica. Ytzak
Rabin, un héroe indiscutido de la guerra, creía en la paz, estaba dispuesto a
arriesgar su vida para propiciarla; lo mató la soberbia, ni siquiera aceptaba
usar chaleco antibalas. Y la ultraderecha sionista, enriquecida con el negocio
de la fabricación de armas de toda la vida.
En la
Argentina, el doble discurso de Carlos S. Menem, típico peronista, acostumbrado
a nadar en dos o tres aguas, dándole a Washington y Tel Aviv la razón en todo,
incluso antes de que se la pidieran, pero que al mismo tiempo mandaba a hacer
pericias al Colegio de Ingenieros de la Nación, las cuales demostraban de forma
científica que ambas explosiones habían ocurrido dentro de la sede diplomática
sionista y la mutual judía, ambas protegidas por el Sin Beth, esto es, la
seguridad interior de Israel, dando pié a la seria sospecha de un complot
urdido por una potencia foránea, esto es, un acto de guerra, un ataque al
territorio nacional, tuvo como correlato el asesinato del hijo del Presidente,
más que avisado de esa conjura, el ministro del interior Carlos Corach recibe
una carta de un agente de la SIDE que lo pone al tanto del plan para matar al
hijo del Presidente, hecho que sucede el 15 de marzo de 1995, como la voladura
del arsenal de Río Tercero, un día antes del magnicidio de Rabin, el 4 de
noviembre de 1995.
Cuando se
aprobaba en el Congreso de la Nación el Acuerdo de la Comisión de la Verdad con
la República Islámica de Irán, la autoridad sionista de la AMIA, Guillermo
Borger, lanzaba la amenaza de que estaba en marcha el tercer atentado, como una
obscenidad e impunidad sorprendentes. Entonces la Presidente le respondió que
temía por la vida de su familia. A partir del asesinato del Fiscal ad hoc
israelita Nisman, deberemos estar preparados para hechos aún más aberrantes y
sorprendentes.
Es absurdo y
repugna, por demagógico, plantear la unidad nacional en torno a una figura como
la de la Elegida, ella tiene para su defensa a estrategas tales como la
stalinista Diana Conti, o un hombre del narco, como Anibal Fernández. O
esperpentos como Delia y Espeche. Uno no pude ir ni a tomar una café con
semejantes energúmenos. O la protección especial de su amigo, el Obispo de
Roma.
Sólo la Verdad
nos hará libres.
Eduardo
Linares Dahl
(1)
http://www.cerir.com.ar/serie_docente.php?id=0000116
(2)
http://cemoc.academia.edu/PauloBotta