San Luis:
drogas y negocios
LOS
RODRÍGUEZ SAÁ EN LA MIRA
San Luis:
drogas y negocios
Aunque la
provincia de San Luis se encuentra virtualmente en llamas, aún quedan algunos
defensores de la familia Rodríguez Saá que juran y perjuran que los
“hermanitos” son gente de bien.
Estos
inconscientes defensores de este feudo insostenible, realmente desconocen lo
que ocurre en su propia provincia.
Puedo decir,
como pocos periodistas, que estuve en San Luis y pude verificar personalmente
muchos de los rumores que circulan por ahí. Mis inquietudes personales fueron
clarificadas por diferentes personalidades del quehacer sanluiseño, entre ellos
legisladores y periodistas.
Es sabido
que San Luis, para sus poco más de 300.000 habitantes, hace 20 años que
mantiene el mismo gobierno familiar.
En ese marco
es triste percibir que en la provincia se haya oficializado el slogan
"roban pero hacen". Es triste, porque después de un tiempo muchos se
empiezan a dar cuenta de que en realidad la verdadera frase debería ser
"hacen para robar".
Mauricio
Conti, respetado periodista de la agencia DyN, me cuenta parte de la trama
oculta del feudo Rodríguez Saá. Parte de ella es de fácil comprobación ya que
es información verificable.
Conti asegura
que el “Adolfo” firmó más de 2.500 decretos de promoción industrial. “Si sacás
la cuenta, con tantas fábricas tendríamos que ser hoy más de un millón de
habitantes en el territorio provincial”, dice y no se equivoca en la cuenta.
Por su
parte, el diputado de San Luis, Jorge Daffra, me comenta algunos otros datos no
conocidos de la provincia: “La construcción de poder del rodriguezsaaismo
refleja claramente dos caras enfrentadas: la de una obra pública
grandilocuente, con más de un tercio de la población en situación de pobreza...
El sueldo promedio en la provincia no supera los $ 500 pesos, la canasta
familiar exige un costo no menor para una familia tipo de $ 700.
Esto hace
que la mayoría de la gente que obtiene su vivienda a través de planes en cuotas
teóricamente accesibles, posterguen su pago para poder comer, comprar
medicamentos, pagar sus servicios o mandar a sus chicos a la escuela”.
Mauricio
Conti agrega datos aún más graves: “siempre se habla de la buena administración
de la provincia, pero por ejemplo Rodríguez Saá manejaba el Banco de la
Provincia, que era de todos los puntanos, lo privatizó, fue el primero en el
país. La deuda de los incobrables quedó para la provincia y el activo se
privatizó a los hoy sospechados de blanquear dinero y, oh sorpresa, aparecen en
el directorio reconocidos ex funcionarios y —supuestos— testaferros de Adolfo
Rodríguez Saá... Hoy el banco da ganancias”.
De manera
similar opinan personas que han investigado el manejo de los fondos públicos de
San Luis. Puntualmente me comentan acerca de la estatal empresa de energía
eléctrica, que por mala administración fue "cedida" al Exxell Group y
donde aparecen en el directorio ex funcionarios y reconocidos prestanombres del
“Adolfo”.
Lo bueno es
que los citados desmanes nunca serán registrados por la prensa, ya que casi
todos los medios de comunicación son de propiedad de la familia Rodriguez Saá.
Los tres diarios que hay en la provincia (La república, La opinión y Extra)
hablan loas de los hermanos Rodríguez Saá y se mantienen económicamente con la
publicidad del Estado y de las Empresas que hacen obras públicas. Es sabido que
estas empresas están obligadas a poner el 3% del monto de la contratación de
cada obra como publicidad en el diario La República.
En el mismo
sentido, San Luis posee un solo canal televisivo de aire que es manejado por
los Rodríguez Saá. De más está decir que en dicha señal están censurados los
políticos de la oposición y los periodistas independientes. Lo mismo sucede con
la publicidad: no puede transmitirse nada que no sea de la propia familia.
Los canales
de cable tampoco se salvan, ya que pertenecen a uno de los socios del “Adolfo”,
Americo Gualtieri, personaje muy cercano a Eduardo Duhalde y que hiciera una
inmensa fortuna realizando obras públicas en la Provincia de Buenos Aires.
Acota
Mauricio Conti: “los noticieros son realizados por prensa de casa de Gobierno.
O sea que leés el diario y anda todo bárbaro, prendés la tele y es un paraíso,
escuchás la radio y realmente San Luis es otro país”.
Lluvia de
dinero
A nadie
escapa que el millón y medio de pesos que en su momento otorgó la Nación a San
Luis en concepto de promoción turística, libre de impuestos, fue a parar a
manos del “Gran hermano”, Alberto Rodríguez Saá quien, en el acto, se hizo
acreedor de 7 hoteles (entre otros El volcán, Balde y Cruz de Piedra) y edificó
restaurantes por aquellos lugares adonde, a su entender, pasan los únicos
espectáculos culturales. No son pocos los que dicen que semejante inversión es,
en realidad, excusa para blanquear dinero.
Mientras
tanto, el “hermano Adolfo” asegura que es un buen administrador olvidando
escándalos como el de la privatización del ex Banco de la provincia de San
Luis, el cual funcionaba desastrosamente cuando lo manejaba él como gobernador
y terminó privatizándolo en provecho propio.
Otra empresa
que el ex Gobernador privatizó en su provecho es la de energía eléctrica
(SESLEP), con la ayuda de Juan Navarro, del sospechado Exxell Group. Para que
su hermano Alberto no se sintiera menos, el “Adolfo” privatizó las hosterías
provinciales en provecho de su persona.
Es bien
cierto que la justicia podría intervenir para lograr el esclarecimiento de los
citados escándalos, el tema es que, en San Luis, la justicia no existe.
Me asegura
Mauricio Conti: “San Luis es la única provincia en la que no son reconocidos
los Colegios de Abogados... Como no respondían a Rodríguez Saá, sacó una ley
donde los hizo desaparecer”.
Es sabido
que si algún Juez de la provincia emite fallos contrarios al gobierno, se
promueve su destitución. Conti me da sobrados ejemplos: Gallo de Elard y Ana
Maria Careaga, entre otros.
“¿Y la
oposición?”, pregunto yo... no sin cierta ingenuidad. “Lamentablemente la
oposición es cómplice de todo, casi todo tiene precio y cada vez es más bajo...
duele decir que cuesta ser digno”, me confiesa el periodista.
También es
un secreto a voces que si uno no está de acuerdo con la política de los
Rodríguez Saá se convierte en potencial víctima de causas inventadas. Es cuando
un simple divorcio se puede transformar en una nota a varios colores y doble
página en los diarios locales.
De mendigo a
millonario
Cuando
Adolfo Rodríguez Saá asumió el gobierno de San Luis tenía una casa hipotecada y
un automóvil antiguo. El “gran hermano” Alberto, por su parte, sólo tenía una
casa y vivía del sueldo de docente.
El valiente
periodista Conti me cuenta que “como abogados eran dos desconocidos. Ahora se
calcula que abrazan más de 100 millones de dólares. Comprobado en propiedades
de uno de ellos da 22 millones”.
Pero no sólo
en lo económico han evolucionado los hermanos Rodríguez Saá, sino también en lo
ideológico: si bien en estos momentos defienden los derechos humanos y suelen
reunirse con las Madres de Plaza de Mayo, en los años ‘78 y ‘79 ambos escribían
cartas a Eduardo Massera “entregando” peronistas que luego desaparecerían.
El paraíso
“blanco” de San Luis
San Luis
parece un paraíso: el sueldo promedio de los trabajadores es de $500 y, si uno
recorre diferentes negocios, todo se venden en mini cuotas. “Pero la pobreza,
los reclamos de falta de administración de justicia, protestas, etc, no se
reflejan en los medios de comunicación locales”, asegura Conti.
Aunque, a
fuerza de ser sinceros, debemos decir que el “Adolfo” no sólo tiene gran
control de los medios locales, sino que suele ser reiterado columnista del
programa “Hora Clave” de Mariano Grondona. Nada es gratis: el hijo de Grondona
es —desde hace años— Presidente de EDESAL, la empresa de energía eléctrica de
San Luis, mientras que su padre, Mariano, es visitante asiduo de la provincia y
expone en seminarios para docentes.
Aquellos que
tienen la suerte de visitar las zonas de Santa Rosa y Merlo podrán escuchar
reiteradas historias sobre avionetas que circulan todos los días por la zona.
Muchos recuerdan aquellas fotos aparecidas en revista Noticias que mostraban
pistas clandestinas de aterrizaje en la provincia.
Y es que
llama la atención que el Aeropuerto Internacional esté siempre repleto de gente
cuando sólo aterrizan 3 aviones por semana.
Los que
conocen del tema coinciden en una palabra: droga. Ni más ni menos. En San Luis
nadie olvida que el Gobierno de Rodríguez Saa corrió a la gente de Gendarmería
Nacional, a quienes el Estado solía prestar un edifico en las calles 25 de Mayo
y San Martín.
En medio de
mi curiosidad, un anónimo sanluiseño que maneja información clave me cuenta:
“Hay una historia que asegura que el Adolfo le garantizaba a Yabrán que por un
porcentaje ponía a disposición la provincia de San Luis para que lleguen
avionetas, tiren la merca, se vayan, la recojan y la repartan. Fijáte que San
Luis está en medio del corredor bioceánico (Ruta nac.7) y si lo corrés un
poquito a Córdoba queda en el medio del país (...) El Adolfo agrandado decide
quedarse con todo el negocio de la droga y ahí vino el ‘secuestro’. Lo tenían
filmado con la turca (Sessin) y otros. Con droga, consoladores y todo”.
“Hay varios
que luego se los encontró —interna policial por medio entre policías de la
provincia y policías de la Federal— con merca y hacían el corredor Mendoza-San
Luis”.
Finalmente...
En medio de
tantas imputaciones graves, aparecen los hermanos Rodríguez Saá hablando de sí
mismos como si fueran maestras jardineras.
La caradurez
de estos innombrables es mayúscula, pero peor aún es la inentendible decisión
del Gobierno nacional de no intervenir la provincia de San Luis.
Es realmente
vergonzoso.
Christian
Sanz