LEWIS, WERETILNECK Y LAGO ESCONDIDO
Martín Belvis
08 may 2016 - 00:00
Es inevitable la polémica en
torno de la intención de Joseph Lewis, el millonario inglés que es dueño de las
tierras que rodean el lago Escondido, de conectar a la red eléctrica nacional
la pequeña central hidráulica que construyó sobre el curso de un río. Pero el
gobierno rionegrino enfrentará un debate aun más complejo cuando envíe a la
Legislatura una ley para salvar un serio problema que tiene ahora el
emprendimiento: el permiso para utilizar el agua de ese río está vencido.
Lewis es dueño, a través de
Tavistock, de un centenar de empresas. Conserva el 2,4% de las acciones de
Pampa Energía, la firma de los Mindlin que acaba de quedarse con los activos de
Petrobras en Argentina.
En 1996 compró las tierras
rionegrinas y desde entonces él y la compañía que las administra, Hidden Lake,
están envueltos de decenas de controversias. La principal radica en que el
único camino que conduce a la orilla del lago, de 18 kilómetros, es privado y
pertenece a Lewis. El Superior Tribunal de Justicia ordenó que se abriera un
acceso público, pero hasta ahora esa decisión no se aplica.
En la mansión de 2.500 metros
cuadrados a orillas del lago pasaron Semana Santa el presidente Mauricio Macri
y su familia. Aunque no hubo información de la Presidencia de la Nación al
respecto, se sabe que Lewis no estuvo ese fin de semana en sus tierras del sur.
La ley 4615 se sancionó el 16 de
diciembre de 2010 y se publicó en el Boletín Oficial el 10 de enero de 2011,
durante el gobierno de Miguel Saiz. Le otorgó a la empresa Central
Hidroeléctrica Lago Escondido SA la concesión del uso de agua del río Escondido
“con destino a la prestación de un servicio de utilidad pública” por un plazo
de treinta años. Allí se establecía que las obras deberían estar listas en un
plazo máximo de cinco años a contar desde la sanción de la ley. El permiso
caducó en diciembre del año pasado.
La empresa debía construir una
línea de alta tensión hasta Los Repollos, donde además tendría que haber
levantado una estación transformadora. La realidad es que el tendido es de
media tensión y va directamente al nodo de El Bolsón, previo paso por la base
del cerro Perito Moreno, todo de manera soterrada. La inversión total es de
unos 15 millones de dólares.
Para evitar que esta serie de
incumplimientos hagan caer el aprovechamiento de la inversión, el gobernador
Alberto Weretilneck enviará a la Legislatura una nueva ley. El oficialismo
tiene allí una cómoda mayoría (26 legisladores sobre un total de 46), pero el
debate será inevitablemente fuerte, especialmente si se confirmara que Lewis
busca que las regalías por el uso de esa agua (12% hasta el quinto año, 14% en
los siguientes cinco y 16% en las dos décadas finales) no se calculen sobre el
precio de facturación sino por un valor acordado, como ocurre con las centrales
ubicadas sobre el río Limay.
La central sobre el río Escondido
cumple con las pautas para entrar al régimen de promoción de las energías
limpias (no fósiles), lo que permite suponer que la remuneración podría llegar
a 120 o 130 dólares por MWh.
Para mejorar la rentabilidad de
las centrales hidroeléctricas del Limay, el gobierno nacional dispuso que las
regalías (y el canon que financia a la Autoridad de Cuencas) se calcularan
sobre un precio de 120 pesos por MWh.
En el mundo eléctrico regional es
conocida la gestión de la empresa de Lewis para replicar ese esquema en Lago
Escondido.
Si la ley que impulsa Weretilneck
incluyera efectivamente una rebaja en las regalías, la polémica en la
Legislatura podría ser mayor.
Otro punto delicado de la
operación es que la central venderá la energía al mercado mayorista nacional
pero se utilizará para abastecer a El Bolsón, donde Edersa sigue generando con
gasoil porque el suministro desde Chubut no llega a cubrir toda la demanda.
Todo lo que se relacione con
Lewis genera rechazo en buena parte de la comunidad de El Bolsón, que en el
2009, en un plebiscito no vinculante, le dijo que no al proyecto del magnate
inglés de trasladar el aeropuerto a la Pampa de Ludden.
Está vencida la vigencia de la
ley que autorizó al magnate inglés a construir una central hidroeléctrica sobre
el río Escondido. Y hay pautas que ya no se podrán cumplir.
El gobernador enviará a la
Legislatura un nuevo proyecto. Si en el texto se incluyera una reducción de
regalías, como pretende la empresa, el debate ganará en polémica.