Maestra argentina perdió su
trabajo por denunciar ideología de género
Estimados amigos, les ofrezco a
continuación una carta que he recibido desde Argentina, donde se denuncia un
hecho que es un triste anticipo de lo que pronto veremos en todas partes, en la
dictatorial imposición de la ideología de género y el sodomitismo a toda la
sociedad y, muy especialmente, a nuestros hijos.
Personalmente he comprobado esta
información y puedo asegurarles su veracidad en un 100%
Miguel Ángel Yáñez
***
Sr.
Director:
Mi
esposa, María Verónica Serrano perdió su trabajo por intentar ayudar a sus
alumnos de doce y trece años a conocer la manipulación de la que somos objeto
en estos últimos años, por la que se está aceptando que la homosexualidad y la
ideología de género es normal.
Verónica
enseñaba inglés en la E.E.S. Nº 1 “Silvio Dessy” de Florencio Varela, Pcia. de
Buenos Aires, República Argentina. En el plan de estudio se prevé la enseñanza
transversal de temas relacionados con la sexualidad. La directiva arengó a los
profesores en una Jornada docente para que participaran activamente en la
propuesta escolar sobre el tema: la promoción de la agenda LGTBI de acuerdo a
lo promovido por la ley educativa argentina.
Verónica
se enfrentó con mucha altura y respetando la jerarquía de quien así hablaba.
Dijo que de ninguna manera enseñaría esta “moral” del estado, que hacía daño a
los niños. Se la insultó y se la hizo callar.
Días
después, le dio a los alumnos unos links de vídeos relacionados con el tema, en
que Amparo Medina y el Dr. Bárcena lo explicaban muy bien. Por el sólo hecho de
ofrecer este material y decir que la homosexualidad es una enfermedad, los
niños hicieron un escándalo espantoso. Se burlaron de ella y la siguiente clase
faltaron. Según relata la directiva de la escuela, los padres se presentaron
para quejarse por los dichos de mi esposa. Supuestamente, puso a uno de ellos
en situación de vulnerabilidad. Los directivos opinan que la postura
tradicional sobre el tema no puede ser impartida sin grave daño para los niños,
ya que “se los confunde”. En esta edad solamente se les debería enseñar la
total tolerancia respecto al género, en el sentido en que la O.N.U. y la
masonería lo entienden. Le hicieron un acta de tres hojas enteras, recogiendo
cosas sueltas de la entrevista, señalando que sería elevado a los
inspectores. Frente a tamaña presión psicológica, decidimos que renunciara.
Pero es una situación muy injusta, que muestra de qué modo la verdad se
encuentra en Argentina encerrada por la Injusticia, como decía San Pablo. La
directora en cuestión, Roxana Traversone, más su vicedirectora y una
psicopedagoga, ya le habían pedido la renuncia con anterioridad, si no estaba
de acuerdo con la ideología de la escuela.
Muchas
gracias por todo.
Fernando Suárez