LA AGENDA DE
LOS IDIOTAS
Amigos:
La Historia Universal nos ha acreditado sobradamente
que, han sido las grandes mentiras de los narradores y biógrafos oficiales, las
determinantes de escenarios que, de haberse jalonado con verdades, hubiesen
significado otras consecuencias de esos mismos distorsionados hechos.
Bonaparte, derrotado y hundida su flota por Nelson en
la Batalla del Nilo, ordenó a los Cronistas de su comitiva -bajo pena de
fusilamiento- silenciar esa realidad, lo que le permitió retornar a París
pletórico de un falso triunfalismo y continuar por quince años más, hasta
Waterloo y su definitivo exilio.
Pero durante esa década y media, conto con el
suficiente tiempo para extinguir los Absolutismos Monárquicos y exportar los
principios Revolucionarios y atemperar con bastante sabiduría el más nocivo de
todos, ergo, el del Vaticano.
Lincoln, asesinado por un presunto fanático Sudista
-John Wilkes Booth-, no fue otra cosa que la víctima propiciatoria de los
planes hegemónicos de su propio Secretario de Guerra -Edwin Stanton- quien,
financió al homicida y a los cómplices que, no pudieron cumplir el objetivo que
se les había señalado de ultimar al Vicepresidente Johnson y al Secretario de
Estado Seward.
Ya que para el establishment
del Washington de aquellos tiempos, la política que se aprestaba a
implementar el asesinado, era la de un trato tolerante y laxo hacia los
vencidos.
Pero ello les hubiera irrogado a los grandes usureros,
verse privados de arrasar el Sur y adquirir las grandes plantaciones
algodoneras por centavos que, fue lo acontecido, merced a las razias de la
Agencia Pinkerton y esa siniestra Orden nº 9 que favoreció un inmenso saqueo.
Los Estados Secesionistas, víctimas de una falsa
conjura, pagaron el precio de una segregación que, aun continua y fueron
exceptuados de la posibilidad de desarrollarse como lo hicieron sus vencedores,
salvo el caso de Texas y recién a partir de la explosión petrolera a principio
de los veinte.
Y Florida por el desembarco masivo de jubilados,
ancianos de mayoría judía, Disneyworld y los exiliados cubanos.
Pero esa misma historia, medrosa y mentirosa,
finalmente hace renacer las cenizas.
No por casualidad, estos movimientos de “Supremacía
Blanca” que están asolando todo el territorio de la Unión, tienen una específica
omnipresencia en los postergados territorios otrora “Rebeldes”, a través de un,
hasta hace menos de dos años, inesperado renacimiento del Ku Klux Klan.
Las patrañas del “Holocuento” en los Campos de
Exterminio Alemanes, no han consagrado luego de setenta años, otra cosa que, el
resurgimiento del Neo Nazismo Juvenil, en una proporción geométrica no muy
superior a la Británica, Holandesa Austriaca y Griega y que se está extendiendo
velozmente a Francia e Italia; como de seguro lo hará al resto del Continente,
a la par del crecimiento exponencial de la subversión Musulmana.
En otras palabras, debo de reconocer eso de lo que más
tracciona, siempre ha sido “la versión de los hechos relatada por los
triunfadores”.
Pero también que el silenciamiento de la verdad, como
vemos, encuentra sus límites y efectos nocivos.
Ahora y muy tardíamente, los Europeos ven -tibia y
sibilinamente- por el momento que, el Nacionalsocialismo hubiese sido tanto
mejor que el Capitalismo salvaje y corruptor de conciencias.
Y que la violenta irrupción de Isis, no hubiese tenido
lugar si el Reino Unido no hubiera rubricado ese absurdo tratado Sykes-Picot en
1916, a los únicos efectos de repartirse con Francia, todo el Oriente Medio
como un mero botín de guerra, arrebatado al Imperio Otomano.
No siendo suficiente con ello, para que apenas un año
después, merced a la Declaración Balfour, el Rey Jorge V, les prometiera
solemnemente a los Hebreos la “Tierra
Prometida de Israel”.
Todos estos datos y citas me conducen y sin
proponérmelo a establecer un comparativo que jamás dejara de sorprenderme.
Y es el referente a nuestro propio Casus Belli Argentino, porque por lo
visto, nada hemos podido metabolizar de lo que la historia nos ha puesto sobre
nuestras propias narices.
Esa, digamos miopía mental, es la que nos aferra y
galvaniza a este espíritu Latinoamericano, del que no hemos deseado
escindirnos; no por convicción ni ausencia de ella, sino por mera holgazanería.
Ahora condenados como el Caribe y todo el Golfo de
México, deberemos de aprestarnos para los devastadores efectos presentes y sobre
todo futuros del cambio climático global.
Diez millones de hectáreas de nuestras tierras más
fértiles, están como todos sabemos bajo agua.
Lo que nos acredita dos cosas, además de la flojera.
La Abundancia extrema que, es la vectora de nuestra
haraganería
Y una total consciente y desalmada ausencia de
previsibilidad.
Nadie en este mundo complejo y contradictorio como lo
es, permitiría que la tercera parte -y la más próspera- de su territorialidad,
se encuentre sumergida, salvo por cataclismos extremos que, va de suyo, no es
ni remotamente nuestro caso.
Ya en 1884, esto es, hace ya ciento treinta y tres
años, el Naturalista Florentino Ameghino, había detectado que toda la Cuenca
del Salado era una enorme depresión, recomendando efusivamente, sembrar con
especias arbóreas, absorbentes naturales de agua como los sauces, cinco kilómetros
a ambas márgenes de ese rio, como una defensa natural de sus desbordes.
Y un siglo, tres décadas y tres años después todavía
nadie ha reparado en la circunstancia que, canales aliviadores y drenajes no
han servido para nada.
O peor aún, ignoran que desde su nacimiento en Mendoza,
se debe dragar su lecho hasta llegar a los quince metros de profundidad en todo
su cauce, con una escala descendente y declive del diez por ciento hasta su
desembocadura en la Bahía de Samborombón.
Y de allí, hacerlo mar adentro en una línea recta
imaginaria de cincuenta kilómetros mar adentro, para que todos esos excesos
hídricos sean absorbidos por las mareas naturales del Océano Atlántico.
Pero se siguen dispendiando recursos para alimentar la
“Patria Contratista” de los Macri, Caputo, Roggio y demás indeseables.
Tal vez, algunos se interroguen sobre la ausencia de
paralelismo o conexidad entre las grandes mentiras de la historia y nuestra
propia realidad.
Me apresuro en señalarnos.
La primera mendacidad es que el Mito Peronista todavía
se encuentra intacto, porque nadie lo ha cuestionado en su inexistente
axiología; apenas a ciertos de sus herederos, como Kretina, Moyano y demás
gente de mal vivir, lo que torna su tratamiento académico en una casualidad
extrínseca y no en su causalidad intrínseca.
La segunda que desnaturaliza su etimología, para
trocar en una mera mofa, es la de nuestra inteligencia colectiva que, nos ha
embaucado con que fuimos, somos y por supuesto seremos, más vivos y astutos que
el resto de la Humanidad.
Y fueron esos falsos preceptos, a los que debemos de
atribuir que pudiésemos elaborar…
LA AGENDA DE LOS IDIOTAS.