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EUROPA: EL CASO DE LAS
  MUJERES DESAPARECIDAS 
Las mujeres han desaparecido literalmente de los
  bares y cafeterías de ciertas áreas suburbanas predominantemente musulmanas
  de Francia, según un vídeo grabado con cámara oculta emitido hace poco por el canal de televisión
  France 2. En el vídeo aparecían dos activistas, Nadia Remadna y Aziza Sayah,
  miembros de la organización en defensa de los derechos de la mujer La Brigade
  des Mères (La Brigada de las Madres), entrando en una cafetería del barrio
  periférico parisino de Sevran, donde los clientes –todos varones– las
  recibieron con sorpresa y hostilidad. Uno les dijo:
  "Es mejor esperar fuera. Aquí hay hombres... En esta cafetería no hay
  diversidad". 
Otro cliente les dijo: "En esta cafetería no
  hay mezclas. Estamos en Sevran, no en París. Aquí la mentalidad es diferente.
  Es como en casa". 
 
En un suburbio de Lyon, la periodista Caroline
  Sinz, de France 2 TV, habló con una
  joven que dijo que le daba miedo salir, y que llevaba ropa holgada y no se
  maquillaba para evitar ponerse en la diana de los hombres musulmanes del
  barrio. 
En palabras de Sinz, las mujeres parecían
  "haber sido borradas" de las cafeterías y las calles. Sinz pasó a
  explicar que las mujeres en estas zonas solían protestar contra el statu
  quo, pero ahora 
Están asustadas, ya han hablado en muchas
  ciudades, y han sido insultadas y agredidas. Así que ahora, para evitar las
  amenazas y las presiones, se autocensuran y se callan. 
Axelle Lemaire, ministra francesa de Asuntos
  Digitales, y la primera funcionaria del Gobierno que comentó el vídeo, dijo que la
  grabación parecía demostrar un caso "intolerable" e
  "ilegal" de "discriminación contra las mueres". Sin
  embargo, se apresuró a añadir que no
  era una cuestión religiosa, y dijo que no se debía culpar a las comunidades
  musulmanas de Francia. 
Las declaraciones de Lemaire sobre la religión
  revelan, una vez más, la voluntaria ignorancia que tantos del establishment
  político europeo muestran en su negativa a abordar los problemas de la
  islamización. Sevran pertenece al distrito de Seine-Saint-Denis, área
  habitada por más de 600.000 musulmanes de un total de 1.400.000 habitantes.
  Ya en 2011, un informe del prestigiado politólogo y experto en el islam
  Gilles Kepel, Banlieue de la République (Suburbio de la República), demostró que
  Seine-Saint-Denis, así como otras áreas suburbanas, se estaban convirtiendo
  en sociedades paralelas islámicas, desprendiéndose cada vez más del resto de
  la sociedad francesa. Esas mujeres que ahora han desaparecido de las calles
  de Sevran no se pueden desligar de la realidad de la islamización de estas
  sociedades. 
Esta islamización ha sido alimentada y
  fortalecida por las fuertes inversiones de Qatar –especialmente en mezquitas–
  en Francia durante los últimos cinco años. Esas inversiones ascienden
  actualmente a cerca de 22.000 millones de dólares. Invertir en mezquitas es al parecer la vía de
  Qatar para difundir el wahabismo/salafismo –una forma particularmente radical
  del islam– en todo el mundo. 
La ley islámica de la sharia es muy clara sobre
  el papel de la mujer en el islam; convendría aconsejar a los políticos
  franceses que abriesen un Corán antes de declarar que los acontecimientos
  recientes "no tienen nada que ver con el islam". El Corán afirma que
  una mujer debe obedecer a su marido en todo [4:34][1] y que su función es la casa, donde
  preferiblemente debe permanecer, a menos que tenga un recado legítimo que
  atender fuera de ella [33:33][2]. En los países donde la ley de la
  sharia es la ley suprema, como en Arabia Saudí, una mujer no puede salir de
  casa sin el permiso de su marido. 
Considerando el papel subordinado de la mujer en
  la ley de la sharia, es una consecuencia lógica que aquellos suburbios
  franceses que se han islamizado, y donde se tiene un gran respeto a la
  sharia, se parezcan a Arabia Saudí. Los efectos acumulados de la
  islamización, financiados con dinero e influencia catarí, sólo pueden
  sorprender a aquellos políticos y élites culturales que se niegan
  obcecadamente a reconocer estas realidades y afrontarlas. 
Otro político francés, el exministro de Trabajo
  Eric Woerth, dijo que el
  vídeo "es una puñalada en el corazón de la República. El corazón de la
  República es la igualdad entre hombres y mujeres". ¿Pero no llega un
  poco tarde esta declaración de "liberté, égalité, fraternité"?
  ¿Dónde han estado estos políticos? Hace un año, Pascale Boistard, entonces
  ministra francesa de Derechos de la Mujer, dijo en una
  entrevista: 
Hay zonas en nuestro territorio donde las mujeres
  no son aceptadas, donde no son respetadas, y donde casi son obligadas a vivir
  con este hecho como un trastorno en la vida cotidiana. Y por lo visto, a todo
  el mundo le parece más o menos normal... En muchos barrios, las mujeres se limitan
  a ciertas áreas (el vestíbulo, la puerta del colegio...) y prácticamente
  desaparecen de otras, como los eventos deportivos o los lugares de ocio. ¿Es
  normal que en algunos sitios no encuentres a ninguna mujer en las cafeterías?
  Es una forma de moralidad dislocada, a menudo ejercida por grupos
  minoritarios frente a una mayoría, lo que provoca que el espacio público, que
  en teoría pertenece tanto a hombres como mujeres, esté vetado para las
  mujeres. 
La subordinación, humillación y hostigamiento de
  las mujeres en los suburbios ha tenido lugar durante décadas, delante de las
  narices de los políticos que afirman preocuparse por los derechos de la mujer
  y "el corazón de la República", y que sin embargo han preferido no
  saber. En 2002, la difunta autora de Dans l'enfer des tournantes (Ida y vuelta del infierno), Samira Bellil, explicó que su vida como
  adolescente a finales de 1980 en los suburbios era, como indica el título, un
  puro infierno. En una entrevista con la revista Time en 2002, dijo: "Desde el
  momento en que una chica sale a la calle, los chicos piensan que tienen
  derecho a juzgarnos y tratarnos de manera diferente. En los casos extremos,
  esto lleva a la violencia o la agresión". Bellil fue repetidas veces
  víctima de violación colectiva a manos de jóvenes musulmanes, que la conocían
  y la tenían en el punto de mira porque "cualquier chica del barrio que
  fume, se maquille o lleve ropa atractiva es una zorra". En su día, la
  revista Time informaba de que: 
La policía detesta patrullar esas zonas por miedo
  a la violencia. El resultado: se ha roto la civilidad y el orden en muchos
  suburbios, y las bandas juveniles sienten que pueden atacar impunemente a las
  mujeres... 
Eso era hace quince años. 
En el mismo artículo, Time también entrevistaba
  a Fadela Amara, líder de la organización Ni Putes ni Soumise (Ni Putas ni
  Sumisas), que defiende que las mujeres puedan llevar vidas normales,
  modernas. Amara dijo que desde 1992 las mujeres de los suburbios franceses
  han tenido que enfrentarse a la proliferación de la influencia del
  fundamentalismo islámico. 
En los últimos diez años, la situación de las
  mujeres en los suburbios se ha deteriorado radicalmente. Estamos viendo
  crecer los insultos a las jóvenes que visten pantalones vaqueros, un aumento
  de los matrimonios forzosos o concertados, a más mujeres jóvenes obligadas a
  dejar los estudios y una mayor incidencia de la poligamia. 
Quince años después, los ministros franceses
  fingen estar sorprendidos e indignados por que las mujeres de estos suburbios
  hayan sucumbido finalmente al incesante terror contra ellas y que estén
  desapareciendo de las calles. 
[1] Los hombres son responsables del cuidado de las
  mujeres en virtud de lo que Alá les ha concedido en mayor abundancia a ellos
  que a ellas. Y las mujeres virtuosas son las verdaderamente devotas, que
  guardan la intimidad que Dios ha ordenado que se guarde. Pero a aquellas cuya
  animadversión temáis, amonestadlas [primero]; luego dejadlas solas en el
  lecho; luego pegadlas. Pero si entonces os obedecen, no tratéis de hacerles
  daño. 
[2] Y permaneced en vuestras casas, no os adornéis
  con los adornos del tiempo de la ignorancia. Estableced la oración y entregad
  el zakat y obedeced a Alá y a su profeta. Alá sólo quiere que se mantenga
  alejado de vosotros lo impuro. ¡Oh gente de la casa del Profeta!, y
  purificaros totalmente. 
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