LA
MASONERIA, LA ANTÍTESIS DE ESPAÑA
Publicado:
abril 2, 2014 | Autor: elsilenciodelaverdad | Archivado en: Uncategorized |2
comentarios
El
certificado, como aprendiz de francmasón regular a nombre de Juan Rodríguez
Lozano.
EL
MASÓN, CAPITÁN RODRÍGUEZ LOZANO, ABUELO DEL EXPRESIDENTE R. ZAPATERO.
De
todos es conocido que la masonería ha estado y está detrás de todas los
desastres acaecidos en España durante casi los últimos tres siglos. Sólo
durante los gobiernos del General Franco pasaron algunos apuros después de
aprobarse la ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que ni de
lejos consiguió acabar con la lacra que han supuesto los “discretos” para la
nación española. No se trata de ridículos figurantes con ritos más o menos histriónicos,
con delantales y escuadras, de cara a la galería, sino de renegados cuya única
misión en la vida es acabar con los fundamentos del alma hispana, a saber, la
cruz y la espada, principio y fin de España como comunidad de destino. Para
ello se enquistan en todos los centros de poder sin definirse como tales, desde
las sombras, como los ladrones. Tan necesario sería extirparla de nuestra
Patria como lo fue en épocas anteriores. Dos ejemplos sucesivos en el tiempo:
En primer lugar el artículo firmado por Ramiro de Maeztu titulado “La
Masonería” publicado a propósito de la presentación en Cortes por parte del
diputado republicano conservador D. Dionisio Cano López para declarar
incompatibles masonería y milicia en febrero de 1935.
Cuando
escribo esta cuartilla no sé si una proposición de “no ha lugar a deliberar”
habrá ahogado el debate de la de Cano López; pero es seguro que en el porvenir
próximo hemos de discutir los españoles la masonería tanto, por lo menos, como
lo están controvertiendo los franceses. Para ellos, a la postre, la masonería
es cosa del país. Para nosotros es exótica, ¿podemos confiar los destinos
nacionales agentes que deben obediencia a sectas misteriosas y extranjeras?
Esta es la cuestión. D. Miguel de Unamuno se ha pasado varios años burlándose
de las gentes que creen en el poder de los masones, los judíos o los jesuitas.
Con el mismo fundamento ha podido mofarse de los que temen las fiebres
tifoideas o las bronco-neumonías. Que la masonería es la organización mundial
de la revolución es una de las cosas mejor sabidas de la historia moderna. Que
fue la causa eficiente de la Revolución Francesa es proposición en la que
coinciden masones y sus enemigos. Abro el Diccionario político de Herre y
Jagow, el mejor que conozco, y me encuentro que eran masones Mirabeau, Marat,
Petio, Danton, Brissot, Robespierre, Gregoire; es decir, todos los notables de
la Revolución Francesa.
Abro
un libro racionalista, pero veraz, como la historia del Poder y Secreto de los
Jesuítas, por René Fulop-Miller, y me dice que casi todos los hombres de la
Enciclopedia eran también masones: Montesquieu, d’Alambert, Diderot, La
Mettrie, Helvetius, La Chalotais, Voltaire. Y en la página siguiente, que todos
aquellos aristócratas de distintos países, que constituyeron aquella
“Internacional Patricia”, de que habló nuestro malogrado y llorado Basterra;
todos los hombres que expulsaron a la Compañía de Jesús de los pueblos de
Europa: Choiseul, Pombal, Aranda, Du Tillot, Kaunitz y Van Swieten, todos ellos
eran también masones. La historia de estos dos siglos es la de la lucha entre
jesuitas y masones por la guía espiritual del mundo. En los Estados Unidos han
sido masones desde Washington, Jefferson y Franklin hasta Roosevelt (el otro),
Wilson y Lansing. La revolución de Portugal y la del Brasil fueron masónicas.
En Italia se iniciaron Mazzini y Garibaldi, Crispi, Depretis, Salandra,
Sonnino, Giolitti y d’Annunzio. Sabemos también que en el Congreso masónico de
París, de 1889, se profetizó solemnemente que “pronto vendrá el día en que las
monarquías y la religiones se hundirán en el polvo”. También sabemos que en
todos los países está la masonería al servicio de la raza de Israel. Lo que no
sabemos ahora es si las mentalidades que dirigen la masonería han acordado
precipitar la revolución comunista en el mundo o hacer alto, en espera de mejor
ocasión. Nosotros no lo sabemos. Lo saben ellos. Y esto es lo intolerable.
Ramiro
de Maeztu, español ejemplar, conocería la respuesta un año y medio después
cuando la chusma roja azuzada por la masonería lo asesinaría en Aravaca el 29
de octubre del 36. Una semana antes del asesinato de Ramiro de Maeztu junto a
Ramiro Ledesma hizo la masonería la siguiente declaración pública: Es tradición, propósito y norma de la
masonería laborar por el progreso humano y por la realización de la fraternidad
universal, base y objeto de su doctrina y guía de su conducta. En esta labor ha
encontrado siempre la oposición de la casta clerical y los jesuitas, quienes no
hallaban nunca nada censurable en la irreprochable conducta y doctrina
masónicas, no repararon nunca en difamar y calumniar en el grado más
monstruosamente imaginable a la Masonería y sus componentes. Esta no ha
contestado nunca a esas difamaciones y calumnias. Bastó la conciencia de una
conducta limpia y la fortaleza que da la pureza de sus principios para dejar
que se debatieran en el vacío sus calumniadores. Es, sin embargo, la actual
situación de España tan excepcional y trágica, que nos consideramos obligados a
romper el silencio habitual. No sólo para afirmar nuestra actitud, sino para
responder a insinuaciones maliciosas que en este momento deben quedar
enteramente desvanecidas. La masonería española está entera total y
absolutamente con el Frente Popular, al lado del Gobierno legal y contra el
fascismo.
Esta
declaración no se funda en hechos circunstanciales, sino en la ideología
permanente de la orden masónica. Defensora de los principios de Libertad,
Igualdad, Fraternidad y Justicia, trabajando siempre por establecer las bases
de una familia universal, está de acuerdo con los máximos avances del progreso
social, económico y político. Está en contra de la intolerancia, de la
explotación del hombre por el hombre, de la injusticia; está en contra del
acaparamiento del acaparamiento del capital, del acaparamiento de los medios de
producción, de los grandes terratenientes; está en contra de la holgazanería a
que lleva la riqueza heredada; está en contra del clero dominador e intolerante
y acaparador de riquezas materiales; está en contra del militarismo entrometido
en la política y constituido en casta dominadora; está en contra de todo
privilegio y toda ventaja que no provenga del trabajo, la inteligencia, el
esfuerzo y el mérito personal, siempre que todo esto se haga en beneficio
colectivo. Dan fe de esta declaración, que es inalterable y no tiene la más
mínima concesión a la situación actual, sino que fue la doctrina masónica de
ayer, es la de hoy y será la de mañana, los masones sacrificados por la
reacción en los tiempos pasados y los muchísimos que han sido ahora asesinados
por los fascistas. Dan fe de ello los numerosísimos masones que están en todos
los frentes de batalla, defendiendo al pueblo y al gobierno legal con las armas
en la mano; los muchos que ya han rendido el tributo de su vida a la causa que
defiende el verdadero pueblo español; los muchos que están en situaciones
dirigentes de la defensa nacional, en puestos militares, políticos y de trabajo
y organización. Dan fe de nuestra actual declaración los aviadores masones, los
marinos masones, los militares masones, que desde el comienzo de la rebelión
fascista se pusieron al lado del gobierno legal e hicieron posible la defensa y
la derrota total que entre todos estamos preparando al fascismo criminal. Son
traidores a la masonería los que así no obren al mismo tiempo que lo son para
la madre España, República de Trabajadores; y por esto precisamente, si no
fuera por las demás razones, por no admitir los masones más título ciudadano
respetable que el de trabajador, estamos al lado, dentro y en defensa de la
República y del Frente Popular. Y los discretos se envalentonaron y se
declararon conmilitones de los asesinos de 7000 religiosos y de decenas de
miles de españoles cuyo pecado fue creer en Dios y en España en lugar de
venderse a potencias extranjeras y a esa patochada del Gran Arquitecto. Hoy
campan a sus anchas, hoy han vencido y tenemos la España de la Libertad,
Igualdad, Fraternidad y Justicia que se traducen en miseria, dictadura por la
que se puede ir a la cárcel por el hecho de editar libros, la desigualdad más
oprobiosa que hemos conocido y profundamente dividida. Pero la masonería reina…
Ramiro
Maetzu (Vítima de la masonería y de su instrumento el Frente Popular
Publicado
por: El Abanderado el 31.3.23014