POR QUÉ PARTICIPA EL PAPA DE LA CONMEMORACIÓN DE LA REFORMA PROTESTANTE
Por primera vez en la historia, en Suecia, una ceremonia ecuménica
-luterana y católica- será el punto de partida para recordar los 500 años de la
disputa iniciada con las tesis de Martín Lutero
cpeiro@infobae.com | @PeiroClaudia
Este lunes tendrá lugar en Suecia una inédita conmemoración ecuménica de
la Reforma luterana
"Hasta hace sólo unos pocos años era imposible conmemorar juntos a
Lutero", dijo el pastor Martín Junge, secretario general
de la Federación Luterana Mundial (LWF, por sus siglas en
inglés) al presentar junto con el cardenal Kurt Koch, presidente
del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el
programa de la visita del papa Francisco a las ciudades suecas de Lund y
Malmö. "En los años 80, nadie habría creído que los luteranos y
los católicos serían capaces de alcanzar un acuerdo sobre la cuestión de la
justificación (por la fe), como sucedió en 1999, y si se
hubiera hablado de conmemoración común de los 500 años de la Reforma de Martín
Lutero, muchos habrían dicho 'Imposible'".
No hay duda de que a primera vista es sorprendente que la máxima
autoridad de la Iglesia católica universal participe junto con los luteranos de
la conmemoración de un hecho que se inició con el debate en torno a la
salvación, pero que luego abrió una larga etapa de disensos, divisiones y
guerras.
Sin embargo, el viaje de Francisco a Suecia no es un hecho
repentino y aislado, sino el corolario de un proceso de diálogo ecuménicoiniciado
en la posguerra y en especial a partir del Concilio Vaticano II y que ya ha
sido marcado por otros hitos protagonizados también por Papas; en especial,
Juan Pablo II y Benedicto XVI, y, además por una declaración conjunta sobre la
doctrina de la justificación por la fe.
"El diálogo con los luteranos fue el primer diálogo bilateral que
la Iglesia inició enseguida después del Concilio (Vaticano II) en 1967 -recordó
el cardenal Koch-; lo que debemos agradecer, porque hemos podido descubrir todo
lo que hay de común entre luteranos y católicos".
"No celebramos tanto los 500 años de la reforma protestante, como
los 50 años del comienzo del diálogo entre luteranos y católicos", aclaró en
consecuencia Koch.
El reverendo Martín Junge resumió la "continuidad del camino
ecuménico" recorrido junto con los católicos: "En 1999, cuando
firmamos la declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación, el papa
fue Juan Pablo II; en 2013, cuando abordamos el documento "Del conflicto a la comunión", era el papa
Benedicto XVI; y ahora el papa Francisco es quien está cosechando estos frutos
de una caminada ecuménica con todo un potencial que esperamos poder trabajar en
el futuro".
"Juntos en la esperanza", el lema del viaje papal, está
precisamente inspirado en el informe publicado en 2013 por la Comisión
internacional católico-luterana sobre la unidad: "Del conflicto a la
comunión".
Greg Burke, director de la Sala de Prensa vaticana, aseguró que "también
Benedicto hubiera hecho un viaje parecido, una conmemoración; es
lógico, teniendo en cuenta la larga preparación de este evento".
Además del camino ecuménico recorrido, otra clave de este acontecimiento histórico reside en el uso de la palabra "conmemoración" y no "festejo" o "celebración", una postura adoptada por el grueso de las mismas iglesias luteranas.
Además del camino ecuménico recorrido, otra clave de este acontecimiento histórico reside en el uso de la palabra "conmemoración" y no "festejo" o "celebración", una postura adoptada por el grueso de las mismas iglesias luteranas.
"Hay diferentes opiniones sobre si se trata de celebrar o de
conmemorar", dijo a Infobae el pastor
luterano Daniel Beros, doctor en Teología, quien explicó que, en
Alemania, la Confederación de Iglesias luteranas, unidas y reformadas elaboró
un documento sobre los 500 años de la Reforma a la luz de los diálogos
ecuménicos entre protestantes y católicos: "Justificación y
libertad". En el documento, explicó, se hace un repaso de los diferentes usos que
la sociedad alemana fue haciendo de esas conmemoraciones, connotadas por el modo
en que el discurso dominante en cada época instrumentalizó esa memoria
cultural.
En un sentido similar se expresó el cardenal Koch, al decir: "En el
pasado hemos tenido centenarios confesionales con tonos triunfalistas y
polémicos".
En la actualidad, es evidente la voluntad de la gran mayoría de las
iglesias luteranas de una conmemoración calibrada en función del acercamiento y
el diálogo interconfesional.
"No sólo se requiere una revisión de esas lecturas pasadas, sino
una clarificación de lo que es verdaderamente celebrable y qué no -explica el
teólogo Beros al respecto-. Un ejercicio de la memoria sobre los
aspectos luminosos, pero también los oscuros y trágicos. Si no, los
que queremos rescatar los rasgos esenciales, reveladores, del legado de Lutero
entraríamos en contradicción con ese mismo legado si construimos una visión
romántica."
Es decir, agregó, se trata de establecer el significado de esa herencia
cultural para la actualidad. En opinión de Beros, en el contexto de los 500
años, "debería haber una recuperación de lo mejor del diálogo
ecuménico porque hubo mucho progreso para superar bloqueos, dogmatismos y
prejuicios". "No obstante, sigue habiendo dificultades
importantes para avanzar en la unidad visible", agregó.
Un balance similar hizo el cardenal Koch en la conferencia de prensa al
explicar el documento "Del conflicto a la comunión" y explicó que el
texto menciona tres puntos: "Primero: gratitud, por todo lo que hemos
podido descubrir que existe en común entre protestantes y católicos.
Segundo: Lutero no quería hacer una división ni crear nuevas Iglesias.
Lutero quería renovar la Iglesia católica y en ese tiempo no era posible, y
llegó la división de la Iglesia. Y las horribles guerras confesionales del
siglo XVI y XVII. (…) Tercer punto: esperanza. Esta conmemoración común
puede traer frutos futuros".
"El primero y tercer punto podemos festejarlos sin problema, sobre el segundo punto tenemos que hacer penitencia. Y por ello hay que entender qué punto se festeja", agregó Koch.
"El primero y tercer punto podemos festejarlos sin problema, sobre el segundo punto tenemos que hacer penitencia. Y por ello hay que entender qué punto se festeja", agregó Koch.
En la misma declaración conjunta en la que hay acuerdo sobre la
justificación por la fe -la tesis central de Lutero-, quedan establecidos
los puntos sobre los que aún no hay acuerdo: el ministerio, la
Iglesia y la Eucaristía. Son puntos sobre los cuales prosigue el diálogo
ecuménico -la Iglesia, el ministerio y la eucaristía- y sobre los cuales, en
opinión de Kurt Koch, podría haber en un tiempo no muy lejano, una nueva
declaración conjunta.
Visiones sobre Lutero
En octubre de 1983, el papa Juan Pablo II escribió que
"lo que ha salido a la luz de modo convincente es la profunda religiosidad
de Lutero, que ardía de ansia abrasadora por el problema de la salvación
eterna".
"Algunas peticiones de Lutero relativas a una reforma y a una
renovación han hallado eco en los católicos desde diversos puntos de vista:
así, cuando el Concilio Vaticano II habla de la necesidad de una reforma y de
una renovación permanente", dijo también en aquella ocasión el pontífice
polaco.
Para Lutero, "la teología no era una cuestión académica, sino una
lucha interior consigo mismo, y luego esto se convertía en una lucha sobre Dios
y con Dios", dijo Benedicto XVI en septiembre de 2011, en
un viaje a Erfurt, la ciudad alemana donde se formó Lutero. "Lo que le
quitaba la paz -siguió diciendo el hoy papa emérito, Joseph Ratzinger- era la
cuestión de Dios, que fue la pasión profunda y el centro de su vida y de su
camino. '¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?': esta pregunta le penetraba
el corazón y estaba detrás de toda su investigación teológica y de toda su
lucha interior".
Hoy,
luteranos y católicos estamos de acuerdo con la doctrina de la justificación,
en este punto tan importante (Lutero) no se ha equivocado (Francisco)
También Francisco reflexionó sobre el monje agustino:
"Yo creo que las intenciones de Martín Lutero no eran equivocadas, era un
reformador. Tal vez algunos métodos no eran los justos, [pero] en ese tiempo la
Iglesia no era un modelo por imitar, había corrupción en la Iglesia, había
mundanidad, apego al dinero, al poder, y por esto él protestó"-
"Hoy, luteranos y católicos, protestantes, todos, estamos de acuerdo con la doctrina de la justificación, en este punto tan importante él no se ha equivocado, dijo Francisco. Ese documento sobre la justificación creo que es uno de los documentos ecuménicos más ricos, más profundo".
"Hoy, luteranos y católicos, protestantes, todos, estamos de acuerdo con la doctrina de la justificación, en este punto tan importante él no se ha equivocado, dijo Francisco. Ese documento sobre la justificación creo que es uno de los documentos ecuménicos más ricos, más profundo".
En cuanto a la realidad presente y el futuro del ecumenismo, los tres
pontífices también han dejado interesantes reflexiones.
Francisco se inclina claramente por un ecumenismo práctico, que no se
deje empantanar por interminables discusiones teológicas, que de todos modos
alienta a proseguir: "Yo creo que debemos rezar juntos, rezar.
(…) Segundo, trabajar por los pobres, por los perseguidos, por
tanta gente, los prófugos, tanta gente que sufre. Trabajar juntos, orar juntos
y que los teólogos estudien juntos, buscando. Éste es un camino largo, larguísimo".
Lo más
necesario para el ecumenismo es sobre todo que, presionados por la
secularización, no perdamos casi inadvertidamente las grandes cosas que tenemos
en común (Benedicto XVI)
Benedicto, por su parte exhortó a protestantes y católicos a unirse en torno a lo esencial: "Lo más necesario para el ecumenismo es, sobre todo, que, presionados por la secularización, no perdamos casi inadvertidamente las grandes cosas que tenemos en común, aquellas que de por sí nos hacen cristianos y que tenemos como don y tarea. Fue un error de la edad confesional haber visto mayormente aquello que nos separa. ¿Acaso es necesario ceder a la presión de la secularización, llegar a ser modernos adulterando la fe? (…) Esto es una tarea ecuménica central. En esto debemos ayudarnos mutuamente, a creer cada vez más viva y profundamente. No serán las tácticas las que nos salven, las que salven el cristianismo, sino una fe pensada y vivida de un modo nuevo, mediante la cual Cristo, y con Él, el Dios viviente, entre en nuestro mundo".
"A propósito de la historia de nuestra separación -había dicho Juan
Pablo II en Maguncia en 1981 en un discurso ante representantes del Consejo de
la Iglesia Evangélica de Alemania-, deseo repetir las palabras que pronuncié
con ocasión de mi visita pastoral a Alemania Federal: 'No nos
juzguemos, pues, ya más los unos a los otros' (Rom. 14, 13). Por el
contrario, nosotros queremos admitir recíprocamente nuestras culpas, aún en
relación con la gracia de la unidad vale la frase: 'Todos pecaron' (Rom.
3, 23)".