Biden, un católico adulto, liberará al Papa de las
garras de Viganò y los conservadores
Con el presidente dem Bergoglio tiene un lado
importante en la lucha interna de la Iglesia
11/07/2020 19:01
CET | Actualizado hace 19 horas
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CQ-ROLL CALL, INC A TRAVÉS DE GETTY IMAG
ESTADOS
UNIDOS - 24 DE SEPTIEMBRE: El Papa Francisco, flanqueado desde la izquierda por
el vicepresidente Joe Biden, y el portavoz de la Cámara John Boehner,
republicano por Ohio, saluda desde el balcón de los oradores en el edificio del
Capitolio de EE. UU. Jueves, sept. 24, 2015. (Foto de Douglas Graham / CQ
Roll Call)
Biden
es el segundo católico que ha sido elegido presidente de los Estados Unidos
después de John Fitzgerald Kennedy, hace sesenta años. Biden habló
abiertamente sobre su fe durante su discurso de investidura en la Convención
Demócrata en Milwaukee, y explicó lo importante que fue para ayudarlo a superar
los agravios que sufrió a lo largo de su vida. Al comienzo de la campaña
electoral, su personal preparó un video que mostraba una breve reunión en una
audiencia general con el Papa Francisco como una "bendición" papal
por su toma de posesión de la Casa Blanca.
A lo
largo de las semanas, la cuestión "católica" para los demócratas se
ha mantenido en secreto. Pero no es solo por su fe personal que la
victoria de Biden "libera" al Papa Francisco de un posible jaque
mate, que puede plantearse como hipótesis en el caso de la victoria de Trump.
Por
razones geopolíticas y por razones "internas" a la Iglesia Católica,
restaura el Trono del mundo de alguna manera en sincronía con el Altar. Y
por tanto de alguna forma evitará las fuertes tensiones que surgieron al final
del pontificado de Ratzinger con la elección de Obama y en los años de la
presidencia de Trump para Francisco.
¿Quién
no recuerda las iniciativas soberanas de Steve Bannon? ¿La alianza con los
cardenales "conservadores" (empezando por el cardenal Burke),
gradualmente frenada luego de salir de la Casa Blanca hasta la reciente
detención en relación a delitos financieros relacionados con la construcción
del muro antiinmigrante con México? ¿La alianza en Italia con Matteo
Salvini, el político con la camiseta “Mi Papa es Benedicto”?
El
voto católico (26 por ciento de la población) fue decisivo para las victorias
de Obama, pero en los últimos años en Estados Unidos se ha polarizado cada vez
más: porque "moverse" hacia la derecha para un católico estadounidense
también ha significado distanciarse de Pontificado de Francisco.
La
propaganda del exnuncio monseñor Carlo Maria Viganò ha martillado durante más
de dos años, desde agosto de 2018, contra el Papa, cuya dimisión ha solicitado
en repetidas ocasiones. Viganò ha rezado por la reelección de Trump y se
ganó el apoyo público del propio Trump. Si bien en una medida sin
precedentes, el secretario de Estado Mike Pompeo a fines de septiembre acusó al
Vaticano de inmoralidad por sus acuerdos diplomáticos con China con respecto a
la elección de obispos.
Este
proceso ahora se ha detenido con la victoria de Biden.
Dado
que la Iglesia Católica ha convivido y convivido durante dos mil años con los
más diferentes sistemas políticos y de poder, no se puede dejar de ver la mayor
cercanía de la agenda de Biden sobre el multilateralismo, Europa,
salvaguardando la naturaleza contra el cambio climático ( El último acto de la
presidencia de Trump en las urnas ya cerró la terminación del Acuerdo de París)
recepción de migrantes etc.
El
Papa Francisco en el mes de octubre, último mes de la campaña electoral
estadounidense, intervino con tres "jugadas" que indicaban un camino
claro. La encíclica "Hermanos todos" (sobre hermandad y amistad
social) el acuerdo con Pekín (de carácter puramente religioso, así lo precisó
el Vaticano), el nombramiento del arzobispo de Washington Wilton Daniel Gregory,
nuevo cardenal en el consistorio que se llevará a cabo a finales de este mes, y
que se expresa públicamente en contra del uso instrumental por parte de Trump
del pontificado de Juan Pablo II y la Biblia. Tres movimientos que han
dispersado aún más la imagen de una Iglesia "militante" que necesita
el apoyo del poder.
Un antiguo proverbio italiano afirma
que "quien come a Papa, se rompe". Los estrategas
estadounidenses del sitio de Francisco son solo el último ejemplo.