Elementos para entender los resultados de la guerra en Nagorno-Karabaj
Las
revoluciones de color y el caos político están terminando en pérdidas territoriales
para Occidente (Siria, Ucrania, Georgia y ahora Armenia)
Han ocurrido muchas cosas muy rápidamente en los últimos dos días y
comenzaré este análisis con unos pocos puntos que resumen lo que acaba de
ocurrir:
– La guerra que acaba de terminar fue un verdadero baño de sangre y ha
tenido más bajas (contando ambos bandos) que las que sufrió la Unión Soviética
en 10 años de guerra en Afganistán
– Esta guerra ya ha terminado, las fuerzas de paz rusas ya han sido
desplegadas a lo largo de la línea de contacto. Hasta ahora, ninguno de los dos
lados se ha atrevido a reanudar las hostilidades.
– Ha habido dos días de celebraciones en Bakú, capital de Azerbaiyán. El
presidente Ilham Aliyev ha declarado que la guerra fue un triunfo para las
fuerzas azeríes y que el Primer Ministro Armenio, Nicol Pashinian no obtuvo
nada. Tiene razón.
– Los azeríes están reclamando ahora que quieren una compensación de
Armenia.
– Las fuerzas turcas en Azerbaiyán y las fuerzas rusas y turcas han
creado un comité conjunto para coordinar las acciones.
– Erdogan ha insistido en que Turquía debería enviar fuerzas para
mantenimiento de la paz, pero Putin ha rechazado categóricamente esta
exigencia: como cualquier otro Estado, Azerbaiyán tiene el derecho indiscutible
de invitar a fuerzas extranjeras a su territorio, pero estas fuerzas no tendrán
el estatus y los derechos de una fuerza de paz.
– Han estallado violentos disturbios en la capital de Armenia, allí los
manifestantes han asaltado edificios gubernamentales, golpeado a funcionarios y
saqueado el Parlamento.
– Diecisiete partidos de la oposición armenia han declarado que quieren
un comité de salvación nacional y la dimisión del primer ministro Nicol
Pashinian.
– Nadie sabe dónde se esconde Pashinian, pero parece que todavía está en
algún lugar de Armenia.
– Los manifestantes también destruyeron las oficinas de Soros en Ereván
(la capital de Armenia) y ahora están buscando a Pashinian («el traidor») para
lincharlo.
– Nicol Pashinian se ha quejado en twitter que sus oficinas han sido
saqueadas, que le han robado un ordenador, su carnet de conducir y un frasco de
perfume (¡pobre líder perfumado!).
– La fuerza de paz rusa estará constituida por subunidades de la 15ª
Brigada Independiente de Fusileros Motorizados que a su vez forma parte del 2º
Ejército de Armas Combinadas del Distrito Militar Central. Son alrededor de
2.000 soldados armados (APCs e IFVs), vehículos especializados (EW, C3I, etc.),
drones y sistemas de defensa aérea.
– Las fuerzas de paz rusas permanecerán desplegadas en esta área por no
menos de 5 años.
– Rusia controlará tanto el corredor de Nagorno-Karabaj como el de
Nakhichevan.
Ahora veamos la posición de las partes al final de esta guerra y
comparémoslas.
Armenia
No hay duda de que Armenia es el mayor perdedor de esta guerra. Nicol
Pashinian y su camarilla anti-rusa – partidaria del especulador internacional
George Soros – han traído una verdadera calamidad a su pueblo.
Desde que llegó al poder, purgó a las fuerzas militares y de seguridad
armenias de todos los supuestos elementos «pro-rusos», prohibió en las escuelas
de idioma ruso, etc. En cambio, autorizó la instalación de una embajada
estadounidense absolutamente enorme con unos 2000 efectivos (¡tanto como toda
la fuerza de mantenimiento de la paz rusa!) . Y… cuando los azeríes atacaron,
Nicol Pashinin se negó a pedir ayuda a Rusia, en su lugar pidió ayuda a Trump,
Merkel y Macron. No hace falta decir que estos gobernantes hicieron exactamente
nada.
La verdad es que los armenios no tuvieron otra opción que aceptar los
términos azeríes. Han sufrido enormes pérdidas mientras que los azeríes han
tomado Shushi, la ciudad estratégica clave que controla tanto la capital de
Nagorno-Karabaj (Stepanakert) como el corredor entre esta región y Armenia.
Si Pashinian no hubiera firmado la paz, el ejército armenio rodeado
habría sido masacrado por los azeríes (en esta guerra, ambos bandos informaron
de que casi no tenían prisioneros. ¿Por qué? Porque casi todos fueron
ejecutados). También los analistas rusos dicen que Armenia se estaba quedando
sin suministros rápidamente (un hecho que reconoció Pashinian).
En pocas palabras: el plan de Aliev funcionó. La ciega arrogancia de los
líderes armenios, junto con sus políticas suicidas casi le han costado a
Armenia la pérdida completa de Nagorno-Karabaj y sin la paz acordada,
posiblemente la existencia de su propio país.
Una vez eliminados los mejores oficiales armenios (incluidos los héroes
de la primera guerra de Karabaj, que ganó la Armenia pro-rusa), lo que quedó
fueron payasos delirantes que prometieron que Armenia – incluso sin la ayuda de
Rusia – podría ganar la guerra y llevar sus fuerzas a Bakú (sonaban tan
delirantes como algunos líderes ucranianos).
Turquía
El próximo gran perdedor en esta guerra es Turquía. Su objetivo de unir
a todas las naciones turcómanas bajo un solo imperio neo-otomano se ha venido
abajo.
Erdogan es un megalómano y alborotador de clase mundial, y ha
involucrado a Turquía en guerras (o cuasi guerras) con Siria, Israel, Irak,
Grecia, Libia, Irán, Rusia e incluso (hasta cierto punto) con la OTAN. Y no hay
que olvidar las sangrientas operaciones contra los kurdos en todas partes. Es
un megalómano muy peligroso.
Rusia ha intervenido militarmente en Siria y Libia para- entre otras
cosas- detener las aspiraciones imperiales de Erdogan. Los rusos ven a Turquía
como el país que realmente es, una nación que no tiene los recursos para
construir un imperio. Erdogan no entiende que abrir simultáneamente conflictos
en varios frentes en una segura receta para el desastre.
Por otra parte, es muy probable que hayan sido los turcos quienes
derribaron el helicóptero Mi-24 ruso, dentro del espacio aéreo armenio: su
objetivo era obligar a Rusia a dejar de buscar una solución negociada e imponer
una continuación de las hostilidades.
Sin embargo, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, demostró una
gran inteligencia estratégica: asumió la culpa de lo que llamó un trágico error
y ofreció todo tipo de compensaciones y excusas. Probablemente la decisión de
Aliyev de asumir la culpa se produjo después de que él y Putin (son amigos)
tuvieron lo que los diplomáticos llaman un «franco intercambio de opiniones».
Los turcos están dando mucha importancia al hecho que los azeríes hayan
invitado a sus fuerzas a Azerbaiyán. Pero seamos sinceros: los azeríes y los
turcos siempre estuvieron cerca y nada pudiera haber impedido que los azeríes
invitaran legalmente a las fuerzas turcas a su país.
La verdadera cuestión es qué pueden hacer esas fuerzas. Sostengo que, si
bien no debemos descartar el potencial tóxico de una fuerza turca, es poco lo
que podrán hacer. En resumen 1) vigilar la situación y 2) coordinar con los
rusos y mantenerse al margen. Lo que estas fuerzas no podrán hacer es atacar, o
incluso amenazar con atacar, a las fuerzas armenias y/o rusas.
Rusia
Rusia es el único verdadero ganador de esta guerra. Lo sé, hay un
poderoso lobby armenio en los EEUU y en Europa . Este lobby está tratando de
presentar su derrota como una derrota para Rusia. Francamente, entiendo su
amargura y siento lástima por ellos, pero están absolutamente equivocados. Aquí
está el porqué:
Primero, Rusia se ha establecido como la única potencia en el Cáucaso
que puede traer la paz. EEUU – con 2.000 funcionarios en su Embajada- no hizo
absolutamente nada, durante años, para ayudar a Armenia, todo lo que hicieron
fue forzar políticas rusófobas, eso es todo.
La misma cantidad de soldados rusos literalmente han traído la paz de la
noche a la mañana. Ahora debo explicar algo sobre las unidades de la 15ª Brigada
Independiente de Fusileros Motorizados (15 IMRB), enviada a la zona.
La 15 IMRB no es una fuerza de paz en el sentido occidental del término.
Es una fuerza de combate de élite que se especializa en misiones de
mantenimiento y establecimiento de la paz («coerción para la paz» en la
terminología rusa).
Su personal está compuesto al 100% por profesionales, la mayoría de los
cuales tienen una amplia experiencia de combate: participaron en la operación
de paz en Georgia y después en Siria.
Se trata de fuerzas de primera línea, bien entrenadas y magníficamente
equipadas que, además de sus propias capacidades, pueden contar con el apoyo de
todo el ejército ruso. Quienes dicen que esta fuerza es una unidad militar
simbólica simplemente no entienden estas cuestiones.
Todo el teatro de operaciones de esta guerra está en el perímetro de los
1.000 kilómetros de la frontera con Rusia. La planificación del ejército ruso
establece que sus fuerzas deben ser capaces de controlar este perímetro en caso
que estalle una guerra.
Para entender esto hay que explicar que el ejército ruso no está
organizado de la manera en que lo está el ejército de los EEUU: la doctrina
militar rusa es puramente defensiva, y esto no es propaganda.
Rusia fundamenta su defensa en la capacidad de desplegar rápidamente
fuerzas mecanizadas de alta preparación dentro del territorio ruso (y en unos
1.000 kilómetros desde su frontera). El ejército ruso tiene la capacidad de
destruir cualquier fuerza extranjera que entre en esta zona.
Rusia ha creado avanzados sistemas de armas capaces de desatar una gran
potencia de fuego en defensa de sus fuerzas de tarea desplegadas. En otras
palabras, aunque el 15 IMRB es sólo una fuerza expedicionaria del tamaño de una
brigada, está entrenada para mantener una posición hasta que los refuerzos (el
personal y/o potencia de fuego) sean desplegados desde Rusia.
Ahora, volviendo al derribo de un Mi-24 ruso. Esta acción no ha pasado
desapercibida ni olvidada, de eso pueden estar seguros. El hecho que Putin (y
los militares rusos) no actúen como lo haría EEUU e inicien inmediatamente
represalias no significa que a los rusos no les importe, lo hayan olvidado o
tengan miedo.
Hay un proverbio judío que dice «una buena vida es la mejor venganza».
Parafraseando esta idea diría que el lema de Putin puede ser «un resultado
ventajoso es la mejor represalia»: esto es lo que vimos en Siria y esto es lo
que sucederá en Azerbaiyán.
Otro punto para Rusia es que ahora puede (sinceramente) declarar que las
revoluciones de color y el caos político están terminando en pérdidas
territoriales (Ucrania, Georgia y ahora Armenia)
A continuación mire el siguiente mapa. Aunque está ruso no será ningún
problema entenderlo.
Observe las dos gruesas líneas azules: muestran los corredores entre
Azerbaiyán y la provincia azerbaiyana de Nakhichevan y el corredor entre
Armenia y Nagorno-Karabaj.
Estos dos corredores son absolutamente vitales para estos países y ahora
estarán bajo el control de los guardias fronterizos del FSB; guardias
fronterizos rusos con unidades móviles y de élite comparables con las
capacidades a sus colegas de las Fuerzas Aerotransportadas. Son unidades de
élite muy duras que están entrenadas para luchar contra una fuerza muy superior
(no se parecen en nada a los funcionarios de fronteras o aduanas de los EEUU o
la Unión Europea).
Esto significa, en términos estratégicos, que Rusia tiene ahora el
control sobre una arteria vital y estratégica tanto para Azerbaiyán como para
Armenia.
Ninguna de las partes está dispuesta a explicar mucho sobre esto, no hay
necesidad de humillar a nadie, pero los que saben se dan cuenta de la
fantástica capacidad de influencia que tiene Putin en el Cáucaso. Ambos
corredores son un salvavidas para Azerbaiyán y Armenia, siempre y cuando ambos
estados comprendan que son también una área estratégica para Rusia.
Quienes odian a Putin estuvieron gritando: «Putin perdió el control en
su entorno cercano» , Bueno, ahora deberían estar avergonzados por su falta de
comprensión. Este tipo de pensamiento mágico occidental no cambiará la realidad
sobre el terreno: lejos de perder nada, Putin consiguió una inmensa victoria
estratégica para Rusia, a costa de un herido y un helicóptero.
A partir de este momento, Rusia tendrá fuerzas militares permanentes
tanto en Armenia como en Azerbaiyán. Por otra parte, el Cáucaso ruso es en su
mayor parte pacífico y próspero. Tanto el Mar Negro como el Caspio son de hecho
«lagos rusos» y el «bajo vientre» de Rusia es ahora mucho más fuerte que antes.
Conclusión
La guerra de Nagorno-Karabaj está congelada, pero como en Siria, habrá
provocaciones, falsas banderas, reveses y asesinatos de inocentes. Como en
Siria, Putin siempre preferirá una estrategia silenciosa con pérdidas mínimas a
una política de amenazas, grandilocuencia y represalias instantáneas.
También existe lo que yo llamo las «reglas de la fuerza de Putin»: su
estrategia es nunca usar la fuerza donde se espera, siempre usar la fuerza
cuando menos se espera y siempre usar la fuerza de una manera que sus enemigos
no lo han pensado.
Aun así, no todo es color de rosas, seguro que habrá contratiempos,
Erdogan está enfadado y todavía quiere jugar un papel. Putin, a la manera rusa
le dará «un papel», pero ese rol será mínimo y será para el consumo interno
turco.
Erdogan, lejos de ser un nuevo “Mehmet, El Conquistador” pasará a la
historia como “Erdogan El Perdedor”. La megalomanía puede ser un prerrequisito
para un aspirante a constructor de imperios, pero no es suficiente.
¿Qué viene ahora?
Nicol Pashinian será derrotado, eso es bastante seguro. Lo que más
importa para Armenia es quién lo reemplazará. Desgraciadamente, hay
nacionalistas que son tan rusófobos como la pandilla del primer ministro.
Además, considerando la histeria que se está levantando en Armenia, hay una
posibilidad real que un nuevo gobierno anule el alto el fuego y exija una
«lucha hasta el final».
Esto podría ser un problema importante, incluso para las fuerzas rusas
de paz en Armenia, pero también es probable que cuando el pueblo armenio
comprenda que ha sufrido una derrota aplastante, esos llamamientos acaben por
ser ahogados por voces más cuerdas (incluidas las voces de los dirigentes
anteriores a 2018 actualmente encarcelados).
Además, hay una enorme inmigración armenia en Rusia que escucha los
análisis rusos y está plenamente consciente de la realidad. Estos inmigrantes
representan un importante recurso para Armenia ya que serán los que impulsen
una fuerte colaboración con Rusia que Armenia necesita más que cualquier otra
cosa.
Es cierto, la diáspora armenia en la UE y en EEUU está organizada, tiene
mucho dinero y actualmente está controlada por la narrativa occidental (en
Rusia intentaron instalarse y fracasaron estrepitosamente). Muchos de estos
armenios están horrorizados por el resultado de la guerra y creen que los turcos
han penetrado en la esfera de influencia rusa. A ellos las voces cuerdas
armenias le responden, “simplemente no se dan cuenta de lo que están diciendo”.
Está bien, entendemos los sentimientos armenios, pero dejemos que pasen
unos meses y la realidad acabará por convencer a los que actualmente se niegan
a entenderla.
En este momento, hay una reacción violenta en la capital armenia. Pero
tarde o temprano, los manifestantes serán reemplazadas por algún tipo de
gobierno de unidad nacional y si ese gobierno querrá poner fin a las horribles
pérdidas y reconstruir lo que queda en pie. Entonces, tendrán que llamar al
Kremlin y llegar a algún tipo de trato con Rusia.
La inmensa embajada de EEUU y los cientos de «ONG» patrocinadas por
Soros se podrán oponer, pero el «Imperio Americano» está luchando por la
supervivencia, la Unión Europea está en total desorden y los turcos han
fracasado en todo lo que intentan, una opción anti-rusa no es una opción viable
para el pueblo armenio.
Los rusos solían bromear que se necesitan 2 judíos para engañar a un
armenio, lo que significa que los armenios son muy inteligentes. Comparto esta
admiración por el pueblo armenio: es una antigua, noble y hermosa nación y
cultura, que merece vivir en paz y seguridad. El pueblo armenio ha sufrido
muchos horrores en su historia y merecen mucho más que un títere de la CIA y
del MI6 como Nicol Pashinian.
En este momento, la nación armenia se encuentra en una situación
comparable a los «democráticos» años 90 en Rusia o al actual horror «liberal» que
está teniendo lugar en los EEUU. Pero, como le gustaba decir a Dostoievski,
«uno nunca debe juzgar a una nación por lo bajo que puede caer, sino por lo
alto que puede elevarse».
Lo mejor para Armenia, objetivamente, sería formar parte de Rusia (lo
que Armenia fue en su pasado reciente). Pero eso no va a suceder porque Rusia
nunca aceptaría a Armenia en la Federación de Rusia.
Armenia no tiene nada que ofrecer a Rusia, excepto un territorio difícil
de proteger con vecinos potencialmente peligrosos. No, Rusia nunca perdió a
Armenia, fue Armenia la que perdió a Rusia. Lo máximo que el Kremlin ofrecerá a
Armenia es protección contra vecinos agresivos y ayuda económica.
En cuanto al resto, cuando el próximo gobierno armenio reanude los
intercambios de información, la colaboración militar, las operaciones de
seguridad con Rusia, dará un gran primer paso para su nación.
* The Saker es un analista militar ruso
www.observatoriocrisis.com. Extractado por La Haine.