EL
BLACK “HAWALA”
El
término white “hawala” se utiliza para referirse a transacciones legales,
mientras que black “hawala” engloba las operaciones ilícitas, sobre todo el
blanqueode capitales procedentes del tráfico de drogas, fraude,contrabando, etc.,
por tanto, es ilegal en la mayoría de las jurisdicciones.
La
seguridad, el anonimato y la versatilidad que el hawala proporciona a sus
usuarios lo hace un mecanismo especialmente atractivo para ser utilizado por
delincuentes para mover y blanquear los fondos generados por sus actividades
ilegales. Asimismo ha sido identificado en India y otros países como un canal
utilizado frecuentemente por organizaciones terroristas para mover sus fondos.
El
hawala puede utilizarse en cualquiera de las tres fases del proceso de blanqueo
de capitales: Colocación, Transformación e Integración.
En
la fase de Colocación, el dinero procedente de actividades delictivas es
introducido en el sistema financiero. En las operaciones de blanqueo el
principal problema suele ser el manejo de grandes cantidades de dinero en
efectivo. Algunas jurisdicciones (países de la UE y EEUU) exigen a las
instituciones financieras que informen sobre las transacciones de efectivo
realizadas por sus clientes cuando superan una cantidad determinada. Una forma
de burlar estos requerimientos es mediante el fraccionamiento de las
transacciones en cantidades pequeñas.
El
hawala proporciona un mecanismo efectivo de colocación, dado que los operadores
gestionan de forma paralela el envío de dinero y otro negocio. De esta forma,
pueden realizar depósitos periódicos en las cuentas bancarias en efectivo como
procedentes de dicho negocio. También pueden utilizar parte del dinero que
reciben para pagar los gastos del negocio, reduciendo así sus necesidades de
realizar depósitos en la cuenta bancaria.
En
la fase de Transformación, el blanqueador manipula los fondos ilícitos con el
objetivo de alejarlos de su procedencia delictiva. Uno de los mecanismos que
suele aparecer en este proceso es la transferencia del dinero de una cuenta a
otra. Aunque estas transferencias se realicen de forma cuidadosa por el
blanqueador, la utilización del sistema bancario formal puede entrañar riesgos.
Existe la posibilidad de que la operación sea considerada como sospechosa por
el banco, viéndose obligado a informar de ella a las autoridades financieras.
Además, existe una prueba documental de dicha transacción, lo que podría
propiciar su seguimiento en una investigación y conducir directamente a la
fuente de los ingresos delictivos, acabando con la red de blanqueo.
La
transferencia del dinero a través del hawala dificulta el rastreo documental.
La manipulación de las facturas de compra-venta, la validez de los precios
aplicados en dichas operaciones, la mezcla del dinero procedente de los envíos
con el de la actividad comercial legal desarrollada por el operador, unidos a
una red de envíos compleja crea un rastro mucho más difícil de seguir que el de
una simple transferencia electrónica.
En
la última fase de blanqueo, la Integración, el dinero se invierte en otros
activos o bien es utilizado por los delincuentes para disfrutar un alto nivel
de vida o reinvertido en actividades delictivas. Las mismas características del
hawala que lo convierten en una herramienta potencial de encubrimiento, lo
hacen ideal para la integración del dinero, otorgándole una apariencia de
legitimidad. Una vez conseguida dicha apariencia el dinero puede ser invertido
en un negocio legítimo o enviado al país de procedencia como rendimiento de una
legítima inversión.
“El Hawala
es el método preferido por los terroristas islámicos ,(Al Qaeda )“